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04 de mayo de 2024

Pago Guijoso

El empresario Antonio Conesa

El murciano que crea un vino espumoso cada vez que cumple años

Cumple 59 años y lo celebra creando un Brut Reserva

¿Quién puede regalarse un vino espumoso cada vez que cumple años? Esa persona existe, es murciano y se llama Antonio Conesa. Este año ha cumplido los 59 y lo festeja creando el Brut Reserva A.Conesa 59 que acaba de lanzar al mercado. Si estuviéramos en Reims sería champagne pero en La Mancha se llama espumoso.
El año pasado se estrenaron con el Brut Nature Blanc de Blancs A. Conesa 58 y con la versión Rosé. El de este cumpleaños aún no lo he probado, pero los del 58 sí y desde el cariño, el respeto y la admiración por nuestros vecinos fronterizos, el Brut que sale de Albacete es para dar palmas con los pies. Qué espumoso dorado tan rico y su primo, el rosado, es como si te piden que elijas entre papá o mamá, mejor quédense con los dos.
No me pregunten si tiene un fondo de cereza o una pincelada de tomate. Sólo sé que cuando lo bebes exclamas, qué cosa tan rica! Y a mi esas notas gustativas de salida ya me valen.
Me adelanta, Pedro Carrascosa, que es el alma de este terruño, que el Brut Reserva A. Conesa 59 (D.O. Pago Guijoso), sí, han leído bien, tiene Denominación de Origen propia porque es una de las 18 bodegas españolas que cuenta con la D.O Vino de Pago, máximo reconocimiento a la calidad y la singularidad del terruño, es de la cosecha 2019, que fue considerada muy buena. Está elaborado al cien por cien con uva chardonnay, siguiendo el método tradicional Blancs de Blancs y cuenta con un envejecimiento en barrica de ocho meses, más una permanencia en botella de dos años. En sus notas destacan su color dorado y la burbuja finísima. En nariz es potente, sincero y elegante, con notas frescas de frutas, flores blancas y un aroma profundo y equilibrado, gracias a las barricas francesas donde descansa el vino que da vida a este nuevo Brut Nature.
Y si a eso le añado que se elabora en una de las fincas más espectaculares y grandes (2000 hectáreas) de España, con una reserva de Sabinas, una especie protegida que son como el museo del Prado de los árboles y alguna con 3000 años de edad, con rebaños de ovejas manchegas con el que elaboran unos quesos que tendrían catorce estrellas Michelin y maduran bajo tierra sobre madera de Sabina, campos de cultivo con los que alimentan a media España y viñas con las que llevan a cabo el necesario I+D que les permite crear este espumoso que es la gloria y homenaje de su propietario, Antonio Conesa, la segunda generación de agricultores murcianos. Es el anti divo, a pesar de ser el propietario y presidente de Pago Guijoso, es un hombre que no sabe hacer otra cosa que trabajar y para él y para Carrascosa, producir un espumoso en el corazón del Campo de Montiel era un reto y, por qué no, una forma de celebrar la familia que han creado y la empresa que ha levantado con su trabajo, siendo él la segunda generación de agricultores Conesa.
Tiene el enorme reto «y responsabilidad porque pienso en todas las personas que viven de esta empresa y no puedo dejar de trabajar», de ser el responsable de una de las empresas más importantes y especializadas del sector agrícola. En 2013 Conesa adquirió la finca El Guijoso e invirtió en ella un 120 % del valor de su compra para, entre otras cosas, dotar a la bodega y al viñedo de una tecnología puntera. El Guijoso estuvo mucho tiempo a la venta, no era fácil hacerse con ella porque es una de las fincas más espectaculares de Europa. Ubicada en la comarca de Campo de Montiel (Albacete), ahora cuenta con un viñedo único, diseñado por el gurú de la viticultura Richard Smart y situado entre los más altos de nuestro país.
Las 122 hectáreas de viñedo de Familia Conesa-Pago Guijoso se encuentran a 1.100 metros sobre el nivel del mar. Esta altitud, junto a su ubicación entre dos parques naturales –las lagunas de Ruidera y la sierra de Alcaraz–, favorece una climatología única y extrema, con fuertes contrastes de temperatura entre el día y la noche responsables de una maduración lenta de la uva; por su parte, el suelo de guijarros –que dan nombre al pago, Guijoso– aporta mineralidad y complejidad a sus vinos, de ahí la sorpresa cuando descorchas una de las 250.000 botellas que salen de estos pagos bajo los nombres de El Beso, La Sabina, La Doncella (considerado uno de los diez mejores chardonnay del mundo) o el Brut Nature Blanc de Blanc A.Conesa 58 y 59 y que sientas la complejidad de estas tierras singulares y el alma de un murciano emprendedor, Antonio Conesa y un director tan comprometido y excelente como Pedro Carrascosa.
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