Ropa de segunda mano en la pasarela de Ágatha Ruiz de la Prada

Nada sobre su ex novio, ni una referencia a José Manuel Díaz Patón No porque la diseñadora y el abogado ya no estén juntos. Ágatha no comentó nada sobre su pareja cuando la prensa le preguntó, minutos antes del desfile, porque dice que no puedo hablar de ese tema porque «tengo un contrato con televisión que me lo impide». Por tanto, los labios de la diseñadora están sellados sobre el tema amoroso, un tema tan recurrente en los últimos días. Y por supuesto ni rastro de él en la primera fila del desfile.

«Estuve a punto de anular este desfile por lo difícil que era», comenta. Un desfile por cierto que es el que más público ha congregado de todos los celebrados en la Pasarela Cibeles madrileña, en esta edición que finaliza este domingo. Un show de colores y corazones que Agatha Ruiz de la Prada ha presentado en colaboración con Humana -organización que promueve la protección del medio ambiente mediante la reutilización del textil- y un desfile en el que ha subido a la pasarela una «colección de ropa que incluye piezas de segunda mano» para agitar así conciencias y apostar por la sostenibilidad.

Diseños que mezclan tejidos nuevos, prendas 'vintage' y recursos de la ONG textil. El resultado son vestidos, abrigos y conjuntos con vida propia y poco convencionales, como la diseñadora. Lo previsible: mezclas difíciles y patrones imposibles para el día a día.

Un asunto, el de la basura textil que le trae de cabeza desde que visitó un basurero textil gigante en Chile, el pasado año. Aunque en sus genes lleva la ecología, según ella misma explicó. « Mi abuelo y mi padre eran ecologistas y yo he crecido con ello desde pequeña», comenta. Tiene obsesión por dejar un planeta mejor y no lo disimula. «Que la ropa no se quede en el armario y no se tire a la basura», dice.

De todo el arco iris, Ágatha elige el verde siempre por definición. Presentó sus creaciones ecológicas y también algo que le encanta: un limpiador ecológico. «Limpiar es lo que más me gusta», reconoce la aristócrata.

Los gitanos que le amezaron en su momento por unas declaraciones polémicas no han sido un problema finalmente. Su negocio va bien y sigue en su sitio. No ha dejado de trabajar ni de viajar ni un minuto. «Lo elegante es reciclar y ser ecologista», sentencia.