Coco Chanel
Paul Iribe, un gran amor de Coco Chanel que murió en La Pause
Ahora que acaba de abrir las puertas de su casa, se podrá ver la pista de tenis donde el famoso dibujante perdió la vida
La única residencia diseñada de cabo a rabo por la mismísima Mademoiselle Chanel, su verdadera residencia personal e íntima, el lugar donde libremente se reunía con amigos y donde vivió alguno de sus grandes romances, fue La Pause. Situada en Roquebrune-Cap-Martin, entre Mónaco y la frontera italofrancesa, fue en esta casa, ahora comprada por la casa Chanel y redecorada por Peter Marino, donde tuvo lugar la muerte de uno de sus amores, Paul Iribe. Contamos la historia.
Coco Chanel tuvo una vida, como ella misma contó, de mujer sola, con las dificultades y las grandezas que ella confesaba atravesar según el momento. Esta genialísima sombrerera convertida en modista que se metió en el bolsillo al mundo entero, siempre encontró la intimidad en su casa en la Costa Azul, con vistas al mar, pista de tenis, piscina y despacho. Allí pasó algunos de sus mejores momentos, como los años junto a Paul Iribe.
Paul Iribe, francés de origen español, se llamaba en realidad Joseph-Paul Iribarnegaray. Fue un destacado diseñador, ilustrador y director artístico conocido por ser el primer representante del estilo Art Nouveau. Iribe fue además, una de las relaciones más intensas y pasionales de Cocó.
Roquebrune-Cap-Martin
En La Pause, Coco y Paul fueron felices en la villa de Roquebrune: bailaban, nadaban, jugaban al tenis, dibujaban y leían. También invitaban a sus amigos más íntimos a cenar. En una de esas reuniones, Paul había acudido con otros amigos y el diseñador de muebles, coleccionista, creador de escenarios y decorador de películas de Hollywood se enganchó con Coco.
Coco, una mujer visionaria y moderna, había tenido varios amores importantes. Uno de ellos fue el duque Westminster, como contábamos ayer. Otro fue Etienne Balsan, que a su vez le presentó al que fue su gran amor, Boy Capel, con el que empezó a crear looks femeninos con base a la ropa deportiva en el armario de él. A su muerte en accidente de coche, Coco sufrió una larga depresión de casi 10 años. Había sido él quien verdaderamente había apoyado a Gabrielle a la hora de abrir tiendas y había esperado años y años a que se rentabilizasen. Le daba igual. Se lo podía permitir y confiaba ciegamente en ella y su instinto.
Volviendo a Iribe, Coco conoció a Paul en una de sus reuniones de artistas bohemios. Nacido en Angulema (Francia) en 1883 de padres españoles, se había convertido inicialmente en caricaturista en publicaciones satíricas; había hecho carrera además dibujando los diseños de Paul Poiret y de Jeanne Lanvin. Con Poiret comenzó a diseñar los vestidos rectos, cómodos y de gran caída que le hicieron famoso. A Lanvin le dibujó su propio logotipo, que incluía a Jeanne y a su hija Marguerite.
Coco Chanel, en 1970
Paul Iribe acabó siendo conocido por todas las royals de la época, que copiaban los vestidos de Paul Poiret que él dibujaba. Colaborando en la Gazette du Bon Ton, se convirtió en uno de los dibujantes de renombre, junto a Georges Barbie o Georges Lepape. No obstante, Paul Iribe fue aún más conocido por sus dibujos eróticos.
Jacques Doucet, el creador que fue el verdadero primer empresario de la moda - con grandes ideas comerciales y de márketing - contó con Iribe para diseñar piezas de mobiliario para su estudio y taller, e incluso - ya puestos- para su propia casa. Doucet hacía grandes fiestas en su domicilio para darse a conocer en sociedad y convertirse en imprescindible. Y esas piezas de mobiliario fueron las precursoras del estilo Art Déco.
El padre de Iribe, un ingeniero de origen español, no estaba contento con la profesión inicial de su hijo. Así que Paul decidió independizarse y ganar dinero en los Estados Unidos, donde brilló en el vestuario y decorados de las películas de Cecil B. DeMille en Los Ángeles. Colaboró en Los diez mandamientos y otras películas comerciales. Allí se casó con una norteamericana. Pero tras un segundo matrimonio, volvió a París. Fue entonces cuando conoció a Coco.
Con el dinero de su mujer, Maybell Hogan, Iribe montó una tienda en París cerca de la casa y estudio de Cocó. Allí vendía sus joyas, bibelots y mobiliario, siendo parte del grupo social de Gabrielle, protagonizado por Misia Sert y Jean Cocteau. En París, en 1931, se conocieron Coco y Paul. Ella le pidió que dibujase algunas joyas para su colección. Maybell Hogan pronto comprendió que Paul se había enamorado de Coco Chanel y que ambos mantenían una relación. La Hogan hizo sus maletas y se volvió a los Estados Unidos.
Paul Iribe
En 1932 Coco Chanel presentó Bijoux de diamants, una colección de joyas ideada por Paul Iribe que contaba con collares y pendientes en forma de constelaciones y estrellas. A Iribe se le consideraba un patriota francés que apoyaba el nacionalismo francés, con lo que dibujó a Coco como una posible Marianne francesa, el símbolo del país, en un controvertido cartel, rodeada de dirigentes de otros países.
Paul Iribe, un verdadero vividor, criticaba inicialmente a Coco por su lujoso estilo de vida, toda una contradicción, porque a él le encantaba disfrutarlo. «¡Qué despilfarro!», le decía con frecuencia. Hizo que Cocó se mudase a dos habitaciones de una pensión más económica en Rue Cambon, junto a su estudio y tienda, para luego él decidir instalarse en el Ritz. A Cocó le enervaba esta permanente contradicción y este ataque a su persona.
Pero Coco se enamoró apasionadamente de Paul Iribe, algo que la enfadaba de sobremanera. «Era agotador, acababa con mi salud», declaraba a un amigo años después. «Yo era para él ese París que no había conseguido dominar y por eso me quería pero albergaba la esperanza de destruirme, vencerme, humillarme. Paul era perverso e interesado, pero a su vez muy inteligente y cariñoso, un ser extremadamente refinado».
Las amigas de la nobleza internacional le avisaron a Coco de que Paul era un ligón impenitente, siempre insatisfecho con la última conquista. Polifacético e inquieto, se había asociado con Pierre Legrain para elaborar colecciones de papeles pintados y muebles cómodos con fina marquetería e incrustaciones varias. Pero pasaba del amor al odio con Coco, quizás por celos personales o profesionales. «Eres una pobre idiota», le llegaba decir Iribe a Coco, quien a su vez, opinaba que Paul era «un celoso, un vasco envidioso».
Paul Iribe
La realidad es que gracias a la ayuda de Coco Chanel, Paul Iribe pudo fundar la revista «Le Temoin» y editarla de 1906 A1935, una publicación cargada de ilustraciones, sátira, política, arte y cultura. La ideología de derechas, nacionalista, esnob e incluso xenófoba, contrastaba con las ideas de la revista en contra de la religión y a favor de la libertad sexual y de los derechos civiles más insospechados.
Aunque probablemente se tratase de una relación muy tóxica, como todas las que tenía Iribe, cuando Paul sufrió un ataque al corazón mientras jugaba al tenis en la pista de La Pause, Coco quedó destrozada. Chanel, siempre desafiada por este hombre dominante y celoso, se había sentido apoyada y estimulada por él. El 21 de septiembre de 1935, dos días después de este infarto, Coco se vio de nuevo, a sus 52 años, con el corazón partido. Pero otros amores llegarían a habitar «La Pausa» un tiempo después. Continuará mañana.