Quién diría que la posibilidad de
sufrir un infarto o un ataque cardiaco se podría prevenir desde edades tan tempranas como la niñez. Un nuevo estudio, publicado en
The New England Journal of Medicine, confirma que existe un vínculo entre una serie de factores de riesgo que se pueden evitar o paliar durante la edad pediátrica y poder esquivar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
Son bien sabidas las conductas que llevan a que los adultos padezcan este tipo de enfermedades, como colesterol alto, la inactividad física o el tabaquismo. Sin embargo, por primera vez, la investigación encabezada por David R. Jacobs y Jessica G. Woo, ha demostrado que existen ciertas condiciones presentes en la infancia que afectan directamente a la aparición de patologías cardiacas una vez nos hacemos mayores, con el 75 % de los eventos antes de los 53 años.
Los cinco factores de riesgo
Los niños con un índice de masa corporal alto, presión arterial, colesterol o triglicéridos y aquellos que comienzan a fumar en la adolescencia corren un mayor riesgo de sufrir alguna dolencia del corazón o los vasos sanguíneos, tales como hipertensión, infartos o insuficiencias cardiacas. No obstante, «cuando estos factores de riesgo son más bajos en la edad adulta que en la infancia, por ejemplo, dejar de fumar entre la niñez y la edad adulta, el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular en la edad adulta era menor. Esto destaca la importancia de garantizar que todos los niños desarrollen y mantengan hábitos saludables en la edad adulta», afirma Woo.
La enfermedad cardiovascular afecta a más de 126 millones de personas al año en todo el mundo y sigue siendo la principal causa de muerte en el mundo desarrollado. Sin embargo, «la evidencia específica que relacionaba la presencia de factores de riesgo en la edad pediátrica con la enfermedad clínica no se había demostrado hasta ahora», apuntan desde el
Comité de Promoción de la Salud de la
Asociación Española de Pediatría.
Investigaciones como esta, realizada por el
International Childhood Cardiovascular Cohorts Consortium (i3C), de la que forman parte las universidades de Colorado, de Cincinnati, de Minnesota en Estados Unidos, Oxford en Reino Unido o el
Murdoch Children´s Research Centre de Australia, entre otros; pretenden ser una
llamada de atención de que la práctica de una buena salud cardiovascular comienza en la juventud, mediante la promoción saludable y actividad física en casa y en el colegio, y que ha de mantenerse de por vida.