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18 de mayo de 2024

Un estudio de la Universidad de Nuremberg

La Universidad de Nuremberg es la autora de este estudioPexels

Dormir juntos o separados: ¿qué es mejor para un matrimonio feliz?

Un estudio del British Sleep Council reveló que los matrimonios que han dejado de dormir juntos han subido en los últimos años del 8 al 12 %, un tímido aumento si se compara con Estados Unidos, donde uno de cada diez ciudadanos pernocta por separado

Menos Felipe V e Isabel de Farnesio, que compartieron el lecho toda su vida de casados, para sel resto de parejas de su época (allá por el siglo XVIII), sobre todo las de alta alcurnia, el pan de cada día -o de cada noche- era dormir separados. Cada uno en una cama y en una habitación distinta.
Lo que en el pasado fue lo normal, ahora solo lo practica una minoría. En el mundo anglosajón se conoce como sleep divorce y supone que una pareja lo comparta todo, menos el colchón y la almohada. Un estudio del British Sleep Council reveló que los matrimonios que han dejado de dormir juntos han subido en los últimos años del 8 al 12 %, un tímido aumento si se compara con Estados Unidos. Al otro lado del Atlántico, según una investigación del Better Sleep Council, uno de cada diez ciudadanos pernocta por separado.
Sus defensores argumentan que el divorcio de cama y de cuarto tiene como consecuencia una mejor calidad del sueño. Un estudio de la Universidad de Nuremberg concluyó que los problemas de sueño de uno de los miembros de la pareja también pueden llegar a serlo del otro, es decir, que si uno de los dos padece insomnio, puede llegar a desarrollarlo también su compañero de vida y de cama. Otra de las conclusiones de esta investigación fue que los inconvenientes para dormir y los conflictos en la pareja están muy relacionados, es decir, que si no se descansa bien, se discute más.
Los críticos con la práctica de dormir en camas distintas se escudan en que el divorcio de sueño puede llevar a firmarlo sobre el papel. Para muchas parejas, el momento de irse a dormir representa intimidad, confesiones de última hora, unos momentos que dedicarse mutuamente sin los niños correteando a su alrededor. Que un matrimonio escoja pasar sus noches separados puede repercutir en su intimidad física y emocional.
Dormir juntos tiene también sus puntos positivos. Un estudio de la Universidad de Arizona, liderado por Brandon Fuentes, analizó las respuestas de 1.000 encuestados con la calidad de su sueño. Uno de sus principales resultados fue que las personas que dormían con sus parejas tienen menos fatiga al día siguiente, pero también son capaces de conciliar el sueño más rápido y dormir más tiempo. Fuentes y su equipo también concluyeron que los cónyuges que compartían cama tuvieron también puntuaciones más bajas en ansiedad, depresión y estrés que los que dormían solos.
Aunque los de Arizona no pudieron dar como resultado que dormir en pareja mejorase la calidad del sueño, sí que hallaron una relación estrecha entre ambos factores que siguen estudiando. No obstante, desde el Instituto del Sueño subrayan los beneficios que puede tener para el bienestar de una persona compartir la noche con su amado. «Aumenta la fase REM del sueño y, además, los dos tienden a sincronizar la arquitectura de su sueño», indican.
El cómo también es importante. Para quienes prefieren dormir abrazados, favorece la liberación de serotonina y oxitocina debido al contacto físico. Otro estudio, este de la Universidad de Carolina del Norte comprobó los abrazos reducen el ritmo cardiaco y la presión arterial. Aunque los ronquidos o los despertares nocturnos pueden ser molestos, unos días más que otros, la cama no es solo el lugar de descanso, sino también donde se sueña en pareja sobre el futuro.
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