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27 de abril de 2024

Matrimonio.

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San Valentín

Las cuatro claves para una relación feliz y duradera

El día de los enamorados coincide para algunos con el 14 de febrero, pero para otros, el propósito y la voluntad de mantener un relación de pareja por encima de todo lo demás es un compromiso diario

El día de los enamorados para muchos coincide con el 14 de febrero. Una cita anual en la que llegan con flores a casa y organizan una cena romántica. San Valentín era un sacerdote que vivió en la Roma del siglo III y su martirio se convirtió en el origen de esta fiesta. Cuenta la leyenda que el joven Valentín desafió al emperador y su ley de prohibir a los jóvenes contraer matrimonio para que en cambio se alistaran al ejército. El rebelde comenzó a casar a parejas en secreto, además de convertir a muchos de ellos al cristianismo. Por ello, fue arrestado.
El carcelero que le custodiaba le retó a devolverle la vista a su hija, Julia, que nació ciega. En nombre de Dios realizó el milagro, y logró que tanto el oficial romano como toda su familia se convirtieran y comenzaran a seguir a Cristo, pero ello no consiguió que lo sacaran de la prisión. El 14 de febrero del 269 fue lapidado y decapitado, no sin antes escribirle una carta a Julia, de la que se había enamorado en la que firmó: «de tu Valentín». La joven plantó tras su muerte un almendro en la tumba de su amado y dieciocho siglos después los enamorados siguen escribiéndose cartas con mensajes de amor en este día.
El día de los enamorados coincide para algunos con el 14 de febrero, pero para otros, el propósito y la voluntad de mantener un relación de pareja por encima de todo lo demás es un compromiso diario. Las parejas del siglo XXI no tienen los mismos problemas que Valentín y Julia. Ellos apenas tuvieron tiempo de afianzar su relación y ser felices. Con motivo de San Valentín 2024, el mediador de familia Nacho Tornel, autor de Emparejarte, da para El Debate las cuatro claves para una relación feliz.

Tiempo blindado para los dos

«No cerréis ningún día sin haberos dedicado un rato para hablar tranquilamente mirando a los ojos y haciéndoos la fundamental pregunta de cómo estás», explica Tornel. Estos momentos han de ser de calidad: sin pantallas de ningún tipo, ni teléfonos ni tabletas ni televisión…,y sin hijos alrededor. «Aunque estéis muy cansados o mejor precisamente por eso se trata de descansar el uno en el otro desaguando vaciándose en el otro. Buscando su apoyo y su cercanía», continúa el mediador familiar.

Que sepa que es tu prioridad

Es fundamental, indica, ser lo primero el uno para el otro y «que lo tengáis muy claro porque os lo expresáis y os lo manifestáis así en detalles concretos en el día a día». No basta con declararlo y decirlo de boca sino que se trata de vivirlo. Tornel en Relacionarte (Planeta 2023), presenta los círculos concéntricos que rodean a la pareja y en los que él y ella deben demostrar que priorizan a su pareja frente a sus hijos, su trabajo, su familia de origen...

Mantener viva la admiración

Para eso es fundamental ser un equipo: «hablar con frecuencia y respaldaros en todo lo que sea necesario tanto dentro como fuera de casa», explica Tornel. Ese apoyo es lo que se traduce en agradecimiento que fácilmente toma el color de la admiración.
Esta admiración se pierde, según indica el experto, cuando la crítica interna crece, cuando los pensamientos negativos acerca del otro van cobrando fuerza y «los vamos rumiando hasta ir poco a poco destruyendo la buena imagen que teníamos de nuestra pareja», continúa. Tornel explica que ello se notará mucho en «el modo en el que miramos a nuestra pareja que ya no será con indulgencia, con cariño y con amor sino con rencor con espíritu crítico y quizás con la escopeta cargada».

Que no se enfríe la caldera

La afectividad entre los dos es lo que mantiene la temperatura de la relación con el nivel de calor adecuado. «No podéis abandonar esos gestos diarios de cariño, de ternura, de atención del uno hacia el otro, de detalles pequeños», enumera. La razón, indica, es que todo esto serán ramas que mantengan el fuego encendido y «permitan que cuando se den las circunstancias se pueda incrementar la temperatura y avanzar hacia vuestras relaciones sexuales que serán plenas e integradoras de todo aquello que os une». Dejar de lado la afectividad trae consigo, ejemplifica el mediador familiar, «lo que le ocurre a una máquina que no tiene aceite lubricante, las piezas irán oxidándose, se irán rozando cada vez más costará mucho el movimiento producirán un incómodo chirrido y podrían acabar rompiéndose».
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