
El 10 % de los menores de entre 10 y 16 años son víctimas de ciber acoso
Dos de cada 10 menores sufren acoso en España: el mayor estudio nacional alerta de la magnitud del problema
El 10 % de los niños entre los 10 y los 16 años afirman que han sufrido algún tipo de ciber acoso a través de los grupos de WhatsApp o de las redes sociales
El acoso escolar afecta a más de 220.000 estudiantes en España, según el mayor estudio realizado hasta la fecha por la Universidad Complutense y la Fundación ColaCao. El informe revela que casi dos de cada diez alumnos son víctimas de bullying, y destaca la urgencia de implementar medidas efectivas para combatir esta problemática, tanto en los colegios como en los hogares.
Radiografía del bullying en España
El estudio, titulado Acoso escolar y ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia, se basa en una muestra de 20.622 estudiantes de entre 4º de Primaria y 4º de ESO, pertenecientes a 325 centros educativos de las 17 comunidades autónomas.
Los datos revelan que el 9,5% del alumnado ha sufrido acoso escolar, lo que equivale a más de 220.000 estudiantes. Además, el 2,1 % se reconoce como acosador, y un 16,3 % afirma haber presenciado situaciones de acoso en su entorno escolar. O lo que es lo mismo, que por cada menor que acosa a una víctima, ocho lo presencian sin hacer nada.
El papel de los testigos
Precisamente, uno de los hallazgos más significativos del estudio es el papel crucial que desempeñan los testigos en la dinámica del acoso escolar.
La pasividad o la falta de intervención por parte de los compañeros puede perpetuar y agravar las situaciones de bullying. Por ello, los autores enfatizan la necesidad de fomentar una cultura de implicación y apoyo entre los estudiantes para romper el ciclo del acoso.
Una cultura de la prevención que también empieza en casa, cuando no detectamos que nuestros hijos sen víctimas... porque tal vez estén siendo testigos de un acoso.
La comunicación frecuente y sincera sobre el ambiente en el colegio, la pregunta sobre posibles casos de acoso, y la llamada explícita a intervenir, bien dando la voz de alarma a los tutores y profesores, bien desmarcándose del grupo, bien plantando cara a favor de la víctima, incluso de forma directa si no hay otra alternativa, son aspectos que las familias deben abordar con sus hijos varias veces a lo largo de cada curso escolar.
Ciberacoso: una extensión del problema
El informe también aborda el ciberacoso, una forma de acoso que se ha intensificado, y que extiende el problema más allá de los muros del centro escolar. Si antes el acoso terminaba cuando la víctima llegaba a casa, ahora puede continuar sin límite de tiempo ni lugar a través de las tecnologías digitales.
Tanto como para que el 10,3% de los estudiantes encuestados afirme que ha experimentado situaciones de ciberacoso, como maltrato, burlas o menosprecio, tanto a través de los grupos de WhatsApp como a través de las redes sociales.
Con el matiz de que, en el ciber acoso, la responsabilidad tiende a diluirse y a compartirse, pues pueden ser varios los ciberacosadores, de mayor o menor intensidad, que se sumen al linchamiento de un compañero.
Recomendaciones efectivas
Los autores del estudio Acoso escolar y ciberacoso en España en la infancia y la adolescencia proponen una serie de medidas para prevenir y abordar el acoso escolar:
- Implementar programas de educación emocional y convivencia en los centros educativos.
- Fomentar la participación activa de las familias en la vida escolar y el diálogo entre padres e hijos.
- Formar al profesorado en la detección y gestión de situaciones de acoso.
- Establecer protocolos claros de actuación ante casos detectados de acoso y ciberacoso.
El estudio de la Universidad Complutense y la Fundación ColaCao pone de manifiesto la magnitud del acoso a menores en España, y la necesidad urgente de tomar medidas efectivas para combatirlo tanto en el ámbito familiar como escolar y de la propia Administración.
La implicación de toda la comunidad educativa y la sociedad en general es esencial para crear un entorno en el que niños y adolescentes puedan desarrollarse plenamente, libres de violencia y discriminación.