Tres adolescentes con su teléfono móvil
¿Qué significa «6-7», «53x0» y otros códigos que usan tus hijos para que los adultos no les comprendan?
Del misterioso «6-7», elegido «palabra del año», a cifras que avisan de que los padres están cerca o que esconden riesgos serios, esta es una guía rápida para que las familias entiendan el lenguaje numérico de la «generación Alpha».
No es nada nuevo: los adolescentes tienden a crear su propia jerga para separarse de las generaciones que les preceden. La novedad es que ahora, en lugar de decir «tronco» o «dabuten» como en los 80, «me las piro, vampiro», como en los 90, o «tqm» y «friki» como en los primeros dos mil, la llamada «generación Alpha» ha creado su propio idioma a través de emojis y números, en el contexto de las redes sociales y de los smartphone.
Conscientes de que sus padres fueron la primera hornada en emplear un lenguaje cifrado para ahorrar caracteres con los SMS, los adolescentes han optado por emplear cada vez más números y abreviaturas nacidas del inglés, para tratar de esquivar la atención de los adultos, o compartir bromas y memes. Aunque, en ocasiones, también busquen encubrir situaciones potencialmente peligrosas.
De hecho, varias entidades que trabajan en la protección de la infancia y la juventud, como la Fundaciones ANAR, han pedido a los padres que estén atentos a este lenguaje cifrado y no duden en preguntar a los adolescentes para descartar que puedan pasar por alto situaciones de ciberacoso, sexting o malestar emocional severo.
Para ayudar a los padres a «desencriptar» esos extraños códigos numéricos que utilizan sus hijos, El Debate aporta este diccionario básico:
6-7 / Six-Seven
Es, sin duda, el código de moda entre la generación alpha. Algunos portales incluso han elegido esta cifra como «la palabra del 2025»... a pesar de que no sea una palabra. Aunque en origen pudo tener relación con códigos policiales o con una escena fugaz y sin sentido de un video musical, el término se ha popularizado tanto, a lomos de TikTok y WhatsApp, que ya es un meme generacional que no significa nada concreto. Una cifra comodín.
«Six-Seven» o «6-7» es tan sólo una coletilla de complicidad generacional que se adapta a cualquier contexto, y lo mismo puede significar «estoy bien» («de chil») que «estoy surcando una de las procelosas tempestades propias de la convulsa etapa antropológica conocida como pubertad».
1174
A diferencia de 6-7, este sí tiene un sentido claro... Más o menos. Suele utilizarse para ubicar un punto de encuentro para una fiesta o una quedada. Y si aparece repetido varias veces, puede indicar un matiz más atractivo: quedadas sin supervisión de adultos.
53x0
Lejos de suponer un repentino entusiasmo por las Matemáticas, es una forma numérica de transcribir la palabra «Sexo». También puede abreviarse con tono anglosajón: «53x», en lugar de «Sex».
Los más creativos pueden relacionarlo con los «logaritmos neperianos», porque «nepe» es la forma de decir «pene» en redes sociales para esquivar la censura de los algoritmos.
Suele emplearse para bromas de contenido erótico o para propuestas más serias. Más allá de los memes, conviene prestar atención al contexto y a con quién chatea el menor.
7642 y el «abecedario secreto»
Algunas guías para padres han detectado combinaciones como 7642 y tablas donde cada letra se sustituye por dos cifras. La idea es poder hablar de «esa persona especial» o escribir nombres sin que los adultos lo entiendan.
En principio es más un juego de encriptar mensajes que un riesgo (como aquellas prácticas de los años 60 de intercalar «ti» detrás de cada sílaba), pero puede usarse para ocultar relaciones o conflictos que, de llegar a ojos de los adultos, serían reconducidos.
La Fundación Pascual ha llegado a desencriptar varias de estas cifras: 1437 = I love you forever; 737 = Buenas noches; 88 = Adiós; 14324 = I love you so much; 1122 = Mandar energía a las 11:22; 7642 = Te lo cuento, pero es secreto; 666 = Transmitir tranquilidad; 687 = Lo siento (a una pareja); 14643 = I will always love you; 7375 = Gracias por hacerme feliz; 1543 = Todavía te quiero; 4444 = Me has hecho cambiar; 5555 = Echo de menos tu voz.
505, 11:11, 273, códigos de malestar
Aunque usar este tipo de códigos pueda parecer pueril para los adultos, no hay que minusvalorarlos. Entre otros motivos, porque varios informes recientes divulgados por proyectos educativos y por la Fundación ANAR explican que algunos números pueden esconder señales de alarma severa, o que el menor no lo está pasando bien:
505: Petición de ayuda (juego con S.O.S).
11:11: «No estoy pasando por un buen momento».
273: «Ya no puedo seguir con esto».
No se trata de que cada número sea alarmante por sí mismo, pero si aparecen junto a mensajes tristes o apáticos, de aislamiento o desprecio, es una señal clara para hablar y, si hace falta, pedir ayuda profesional.
En rigor, más importante que memorizar todas las claves es abrir un diálogo fluido. Y en caso de duda, apostar por preguntas tranquilas como «He visto que usáis mucho este número, ¿qué significa?».
La comunicación en familia, sea por la vía que sea –códigos numéricos incluidos– es siempre la mejor garantía para atravesar la adolescencia sin daños.