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26 de abril de 2024

Comenzó a cuidar de los Príncipes cuando Carlos y Diana se divorciaron

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Tiggy, la exniñera real a quien Lady Di envidió

La BBC tendrá que pagarle una indemnización por acusarla falsamente de mantener una relación con el Príncipe Carlos

Era la Navidad de 1995 y alrededor de 100 personas celebraban fin de año en el Hotel de cinco estrellas Lanesborough de Londres. Todos los invitados eran miembros del personal del Príncipe y la Princesa de Gales. A pesar de que la pareja real se había separado tres años antes, habían mantenido el festejo. Era una oportunidad única para que sus caballerizos, secretarias y miles de otros miembros del personal de apoyo se relajaran. El estado de ánimo era jubiloso a todas luces y la bebida fluía. Lo que sucedió a continuación fue un incidente que aún vive en el recuerdo real, y que puso dramáticamente de relieve una aversión latente que Diana había estado fermentando.
Según varias declaraciones de testigos presenciales que estuvieron allí esa noche, Diana caminó hacia una empleada rubia en particular. Cuando la royal se acercó, dijo en voz lo suficientemente alta para que otros pudieran escuchar: «Siento mucho lo del bebé». La mujer, Tiggy Legge-Bourke, la amada niñera de los Príncipes Guillermo y Harry, se echó a llorar y salió de la habitación. La escena fue, quizás, uno de los episodios más vergonzosos en la denominada Guerra de Gales y fue calificada «de mal gusto» durante gran parte de los años 90 por la prensa mundial.
Tiggy podría haber sido ostensiblemente una niñera humilde, pero su título inocuo y su salario insignificante desmentían el lugar central que ocupaba en la vida de los tres Príncipes. Durante años, había sido una fuente clave de apoyo emocional constante para Guillermo y Harry mientras sus padres se peleaban a puertas cerradas y en las portadas de los tabloides británicos.
Sin embargo, durante todo ese tiempo también se habían estado gestando rumores sobre la relación de Tiggy con el Príncipe Carlos. Sus fotos saludándola con besos en la mejilla en público solo sirvieron para provocar rumores sobre cuán cerca estaba el miembro de la realeza de la mujer a la que confiaba el cuidado de sus hijos.
Fue a principios de 1993, después de que firmasen el divorcio definitivo, cuando decidió buscar a una persona que se ocupase de ellos. Si bien siempre había sido un padre cariñoso, entretener a dos niños revoltosos cuando regresaban a casa del internado era una perspectiva desalentadora para un Príncipe que disfrutaba hablar sobre arquitectura y espiritualidad toscanas.

Sus conexiones reales

Entró en acción Alexandra «Tiggy» Legge-Bourke –su apodo proviene de la Sra. Tiggywinkle, el personaje de Beatrix Potter–. Una mujer jovial que no solo tenía la experiencia necesaria –ya había trabajado en una guardería de Battersea–, sino que también estaba repleta de fuertes conexiones con la realeza. Su madre, Shan, había sido la dama de compañía de la princesa Ana, y su hermano Harry, el paje de honor de la Reina. Además, había asistido a la misma escuela suiza de que Diana –y que Camilla, por cierto– y su abuelo adoptivo era William Sidney, primer vizconde de L'Isle, quien fue gobernador general de Australia de 1961 a 1965.
Fue Lady Susan Hussey, la madrina de Guillermo y dama de compañía de la Reina, quien sugirió que Tiggy sería perfecta para el papel. Con ella, comenzaron a practicar caza, tiro, pesca, polo, karting y todo tipo de actividades que agotaran a dos muchachos de su edad. «Les doy lo que necesitan en esta etapa: aire fresco, un rifle y un caballo», dijo Tiggy en una ocasión.
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Rápidamente, se convirtió en una figura central en la vida de los niños tanto en St James' Palace, donde vivía su padre en Londres, como en Highgrove, su vasta propiedad en Gloucestershire, donde a menudo pasaban los fines de semana. «Era, en parte, sirvienta; en parte, hermana y, en parte, madre», comentó un exasistente real del Príncipe. Se hizo tan cercana a sus jóvenes protegidos que no pasó mucho tiempo antes de que se refiriera a ellos como «mis bebés». El cariño fue tal que en cierta ocasión el Príncipe Guillermo prefirió invitarla a ella a un evento en Eton que llevar a sus padres, enfrentados ya por aquel entonces.
Todo ello despertó cierta antipatía en la difunta Princesa. Se dice que Diana odiaba el hecho de que Tiggy fumara cerca de sus hijos y durante las disputas legales de su divorcio, la Princesa exigió una aclaración oficial sobre cuál era exactamente su trabajo y por qué estaba tan involucrada estaba en las vidas de Guillermo y Harry.

Affaire en palacio

La cercanía y la comodidad de Tiggy con sus tres hombres resultaban irritantes para la Princesa y pronto comenzó a obsesionarse con la idea de que mantenían una aventura. «La princesa desarrolló una imagen de fantasía cada vez más espeluznante de la vida privada de Tiggy. Ningún hombre en el séquito del Príncipe estaba a salvo de ella, incluido él mismo», escriben Shadows of a Princess.
Todo ello fue a más incluso después de la muerte de Lady Di. Durante la investigación sobre su fallecimiento, apareció una nota escrita por uno de sus abogados, Lord Mishcon, en la que detallaba sus temores de que el hijo de Isabel II la matara a ella y a Camilla Parker-Bowles para «dar paso» a Tiggy como su futura esposa.
No iba desencaminada, ya que «en ese momento, se le estaba alentando a dejar a Camilla, y es fácil ver cómo la idea de que la agradable Tiggy, que era soltera y tenía buenas conexiones, se acercara al Príncipe» de forma amorosa.
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La fiesta de Navidad

Para la Navidad de 1995, corrían rumores infundados de que Tiggy abortó después de haberse quedado embarazada de Carlos. Según el mayordomo de Diana, Paul Burrell, la princesa había iniciado una investigación «ultrasecreta» sobre esta posibilidad y, en el momento de la fiesta de Fin de Año, vio la oportunidad de atacar. «El horror paralizó el rostro de Tiggy. Las lágrimas brotaron de sus ojos y salió de la habitación acompañada por el ayuda de cámara del príncipe Carlos, Michael Fawcett», escribió Burrell en su libro A Royal Duty.
En los días posteriores, Tiggy se puso en contacto con sus abogados, quienes le ordenaron a Diana que dejara de difundir estos rumores, escribiéndola incluso de forma personal para explicarle que, en el momento el que se habría producido el supuesto aborto, ella, en realidad, se encontraba cuidando de sus hijos. Solo dos años después de la muerte de Diana en 1997 en París, fue Tiggy quien brindaría el apoyo emocional esencial para los jóvenes príncipes despojados.
En 1999, Tiggy se casó con su amor de la infancia, Charles Pettifer, y dejó su empleo como niñera. No por ello abandonó su relación con los Príncipes. Ha estado discretamente involucrada en cada momento significativo de sus vidas durante las últimas dos décadas. A Harry le nombró padrino de su primer hijo, Fred, y a Guillermo, del segundo, Tom.
Este último, además, fue paje real en la boda del heredero al trono con Catalina de Inglaterra en 2011. Al año siguiente, Harry acudió junto a Tiggy a la representación anual en el colegio de Fred. Pocos después, además, vio imprescindible presentarle a Meghan Markle y que fuera testigo directo de su unión en la capilla de San Jorge del Castillo de Windsor.
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