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29 de marzo de 2024

Javier Banderas

Javier BanderasCARMEN DUERTO

Javier Banderas, hermano de Antonio, regatea en Palma: «Soy muy monárquico»

El pequeño de los hermanos Banderas navega en la Copa del Rey con el barco Teatro Soho

Aunque Antonio Banderas no venga a Palma, su reinado en las regatas lo defiende su hermano Javier, compitiendo en la 40 Copa de Vela del Rey Mapfre, con el barco Teatro Soho CaixaBank y la equipación náutica del nuevo musical Godspell, que estrenan en Málaga en octubre, en una coproducción con Estudio Caribe de Emilio Aragón. La embarcación de Banderas se llama así por el teatro del actor y no lleva su nombre porque «a mi hermano no le gusta eso, sería muy pedante y además está en una zona de Málaga que se llama SoHo». Los hermanos se llevan dos años y trabajan juntos desde 1994 pero uno hace deporte para seguir subiendo a las tablas y el pequeño, Javier, es deportista extremo y eso que hace 28 años le operaron de un aneurisma en el cerebro. Lleva 25 copas del Rey a sus espaldas y hasta hoy, jueves, su barco es el mejor de toda la flota de 111 embarcaciones. Ahora defiende su título de campeón de la Copa que ganó el año pasado.
Cuando sube a recoger el trofeo, ¿el Rey no le dice: «Javier otra vez por aquí»?
–No, pero en el año 97 nos daban por todos los lados. Llevamos cinco copas ganadas y creo que el Rey lleva también cinco. En el mar somos rivales pero en los pantanales somos todos amigos. Además yo soy muy monárquico, me parece un persona fantástica con una labor muy delicada y ahora que tiene unos días de descanso que aproveche en su copa.
¿En el barco ponen la música de Godspell para animarse?
–No, pero me encantaría. Es un musical de los años setenta que coproducimos y lo dirige Emilio Aragón.
Yo estoy loco del todo pero nos coordinamos bien porque no tenemos ánimo de lucro y si hay ganancias, se reinvierten en los espectáculos. Nosotros estrenamos Godspell en Málaga a finales de octubre y casi va a coincidir con el otro musical que tenemos de gira, con Company que va al teatro Albéniz de Madrid y Antonio se subirá a las tablas para apoyarles.
Javier Banderas, navegando

Javier Banderas, navegandoNico Martínez/Copa del Rey MAPFRE

Están los Rollings Stone de gira, Led Zeppelin y su hermano en las tablas.
–Y el 10 de agosto cumple 62 años y lo veo disfrutando más que nunca. Ha estado rodando Indiana Jones pero todo lo cuadra para subirse a las tablas.
¿Antonio Banderas está diagnosticado como hiperactivo?
–No y tampoco está loco. Es inquieto siempre tiene que estar haciendo cosas. A veces hay que pararle porque no se pueden abrir tantos frentes, llevamos negocios de restauración, negocios de alquileres y de diseño con su marca.
Entonces es cierto que después de su problema cardíaco, ha comenzado la segunda parte de la historia de su vida Sí, su rumbo lo varió después de ponerle los tres stent y corregirle las arritmias. Al principio se quedó un poco tocado. Un día me dijo «procura que no te dé porque es una sensación muy rara». Ahora mi hermano está fantástico y disfrutando. Es el que nos pone firmes a todos.
La presidenta Isabel Díaz Ayuso y Antonio Banderas, ¿qué están preparando?
–Ella nos dijo que no quería desaprovechar la buena ola que vive Madrid. A ella le interesa toda la parte que mi hermano puede aportar con toda su experiencia y con el acuerdo que tenemos con Andrew Lloyd Weber, al que mi hermano considera el Papa de los musicales. Están Nueva York, Londres, Hamburgo y Madrid, que está convirtiéndose en una potencia mundial en musicales con todo lo que eso supone de motor económico para una ciudad.
Pero ustedes son desde Málaga al mundo
–Así es. Siempre buscamos la excelencia y tiramos mucho de la tierra. Queremos demostrar que se pueden hacer cosas con excelencia en nuestra tierra.
¿Cuántas nóminas pagan a final de mes?
–No tantas porque date cuenta que no somos un teatro público, como un ministerio. Nosotros somos un equipo fijo de dieciocho personas que creamos puestos de trabajo. Por ejemplo hubo un momento que teníamos dos compañías en marcha: A Chorus Line y Company con unas cien personas cada una y también la programación fija del teatro. Al final de mes pueden ser muchos cientos de euros. Yo soy el responsable de firmar «el que va al talego» y los demás crean.
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