Sus obsequios no pueden ser costosos ni comprometidos
Gente
Qué se le regala a la Reina
A una Reina se le regala de todo. A Letizia, una mujer real, menos cosas. Algunos se preguntarán y qué diferencia hay, si ella es la Reina Letizia
Pues mucha, como figura institucional una Reina consorte recibe de todo, reproducciones de monumentos, mantones, flores, libros raros, álbumes de fotos o ropa, mucha ropa. Algunas cosas son difíciles de encajar, por el contenido y el continente, aunque disponga de un palacio para guardarlo. Como Letizia, una mujer real, con r minúscula, la cosa cambia. Ahí entran en juego sus gustos y estos son más limitados y concretos: música, libros, arte y gastronomía, por ejemplo. Obviedades pensarán, pero es que son sus gustos.
A ella el deporte, más allá del que le sirve para tonificar el cuerpo, no le motiva; la pintura, la equitación o la caza, que son actividades muy regias, tampoco. Y sus hijas ya han crecido para que le regalen los dibujos que antes le hacían por su cumpleaños. De ahí, el famoso anillo de plata bañada en oro que Doña Letizia no se quita aunque se cuaje de chatones. Tuve el placer de contarle al mundo el origen y el por qué de ese anillo y agradezco la confianza de mis compañeros por seguir divulgándolo, cuando supieron, por mi crónica, que había sido un regalo de sus hijas.
En el palacio se reciben diariamente las cosas más diversas y cuando llega una fecha como un 50 cumpleaños, eso, se pueden imaginar ustedes que se multiplica por mil. Si a la casa de Paula Echeverría llegan diariamente 15 mensajeros, reconocido por su exmarido Bustamante, imagínense lo que se recibe en Zarzuela.
Y, por dar detalles, una que será muy bien recibida, porque completaría la que se le regaló al Rey Felipe el año pasado en Palma, sería una escultura con su rostro realizado en acero de gran tamaño, que está pidiendo a gritos el exterior del Palacio de La Zarzuela, porque la imagen de Don Felipe ya luce allí, junto al mástil donde ondea la bandera, ahora falta su reina.
Desde el 2015, los regalos están regulados. No pueden ser costosos, ni comprometidos. Los comprometidos no se aceptarán y los costosos pasarán al fondo de Patrimonio Nacional. A todo, según llega al recinto palaciego, se le abre una ficha donde se recogen los datos como; descripción, quién lo envía, fecha y etc. Generalmente, se dan las gracias, pero no siempre, conozco casos que nunca más se supo si llegó o a dónde llegó, algo razonable porque es mucho trajín. Cuando reciben, por ejemplo, prendas de ropa, aunque se les ha pedido a la mayoría de diseñadores que no lo hagan y que es preferible que envíen un boceto, puede que algunas se queden en el fondo de armario pero las que no, se devuelven y de aquellas escogidas, se suele pedir que envíen la factura para proceder a su pago. No es fácil regalar. También ha ocurrido que reciben un vestido, y lo devuelven comprándolo en otro color.
Puede que le lleguen 50 gafas para ella y sus hijas Leonor y Sofía y lo que ella hace, porque ahí le sale su Letizia, mujer real –con minúscula– es que cada una elige un modelo y las demás se devuelven. Ni para ella, y mucho menos para sus hijas, quiere nadar en la opulencia. Bastante nadan ya con el patrimonio nacional que les rodea.
En un intento por acercar su figura, todo esto y mucho más lo cuento en el libro Letizia, una mujer real, editado por Harper Collins y que, por cierto, es un regalo para la Reina y ha sido el primero que se publica en España sobre estos asuntos menos conocidos de la Reina Letizia y cada vez son más las opiniones de los lectores reconociendo que, después de leerlo, pueden formarse una opinión mejor sobre la periodista que lleva ocho años como Reina consorte de España, lo que es un regalazo para Su Majestad.
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