Bertín Osborne ha perdido diez kilos y reconoce que lo suyo ha sido cuestión de fuerza de voluntad
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El sorprendente cambio físico de Bertín Osborne a punto de cumplir los 68
«Yo ahora mismo estoy como hace treinta. Y no es tan difícil ni tan complicado, es cuestión de proponérselo», explica
Dos años después de su separación de Fabiola Martínez, Bertín Osborne parece haber encontrado la tranquilidad en su finca Sevilla. El artista andaluz confesaba hace unos meses sentirse a gusto con la soledad de la misma y aseguraba que este tiempo alejado de la vida más pública lo estaba aprovechando para ponerse en forma. Algo de lo que daban fe sus seguidores de Instagram donde ha compartido varias imágenes en el gimnasio que instaló en su casa.
Ahora, meses después de esa iniciativa y a poco de cumplir los 68 años, muestra ese cambio físico en la revista ¡Hola! «Me lo propuse hace cuatro cinco meses y la verdad es que he dado un cambio enorme. Me ha costado mi trabajo al principio, ahora no me cuesta absolutamente nada mantenerlo», reconoce y apunta: «Hacer ejercicio todos los días de una forma ordenada y metódica y cuidar la alimentación es algo que para mí es ya un hábito».
El empresario ha perdido diez kilos y reconoce que lo suyo ha sido cuestión de fuerza de voluntad. «Llega un momento en la vida que vas cumpliendo años y no te puedes dejar ir. Yo ahora mismo estoy como hace treinta. Y no es tan difícil ni tan complicado, es cuestión de proponérselo y eso es salud, eso es bienestar y eso es satisfacción personal», explica.
Además, hace balance de su relación con Fabiola y asegura que no se arrepiente de haberse divorciado. «Hemos cubierto una etapa en nuestra vida en la que hemos tenido mucha felicidad, hemos vivido estupendamente juntos, hemos tenido dos niños fantásticos, hemos pasado por muchos trances que nos han unido mucho. Algunos nos han separado, pero son muchas más los que nos han unido. Ahora estamos viviendo otro momento y yo creo que los dos estamos cómodos y bien».
Su principal preocupación, ahora, es asegurarle a Kike y a Carlos un futuro estable para cuando él y su madre falten. «De verdad que se me nubla la vista cuando tengo que pensar en el día de mañana». Especialmente, por Kike, que nació con una lesión cerebral. «Eso me quita el sueño y me hace vivir algunos momentos con una intranquilidad terrible. Por eso, mi principal objetivo en esta vida es asegurarme de que el futuro de mi hijo Kike va a ser bonito y agradable».
En cuanto al amor, reconoce que no plantea volver a enamorarse, aunque sí que se lo desea a su exmujer: «Deseo que Fabiola será la mujer más feliz del mundo porque se lo merece. Y me encantaría que fuera feliz sola o acompañada. Ella decidirá cómo quiere serlo».
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