Edmundo Bal, con su hijo mayor Edmundo
La desconocida vida privada de Edmundo Bal
Hablamos con el hijo mayor del portavoz parlamentario de Ciudadanos. Ove tiene 23 años, escribe canciones de rap y quiere dirigir su futuro hacia la Lingüística computacional
Hace algo más de año y medio, en vísperas de las elecciones de la Comunidad de Madrid a las que se presentaba Edmundo Bal como candidato de Ciudadanos, su hijo Edmundo me confesó en una charla distendida que se abstendría y no le votaría. Le pregunté si podía publicarlo y con gran valentía accedió. El revuelo informativo resultó mayúsculo. Ahora su padre protagoniza una pugna por el liderazgo del partido con Inés Arrimadas y Edmundo Jr. no tiene duda de que su padre es el hombre idóneo para enderezar el rumbo de la formación.
El portavoz de Ciudadanos en el Congreso lleva 26 años casado con la abogada Maje Barba, madre de sus dos hijos Edmundo y Lucía. Edmundo tiene 23 años, es licenciado en Filología Hispánica, cursa un máster en Lengua española y ejerce como profesor en una academia. Su verdadera pasión es la música y compone rap bajo el nombre artístico de Ove. Un joven con la cabeza bien amueblada, afable y de educación exquisita.
Edmundo Bal, con su mujer y sus hijos; Edmundo y Lucía
–¿En casa se habla mucho de política?
–Sí, hablamos bastante, aunque no es el tema central de nuestras conversaciones. Como cualquier familia, en las cenas hablamos normalmente de cómo nos ha ido el día a cada uno, y después de esto a veces comentamos también las noticias de Twitter o del telediario.
–¿Qué cualidades subrayaría de su padre como político?
–Pienso realmente que son muchas, pero destacaría dos sobre todas las demás. En primer lugar, la honestidad. Lo demostró como abogado del Estado y lo sigue demostrando como político. En segundo lugar, una determinación absoluta a la hora de trabajar y demostrar que es una persona brillante. No para de trabajar y lo hace con gusto porque sabe que es lo que tiene que hacer.
–¿Qué opinión le merece Inés Arrimadas?
–Me parece que hizo bien su papel hace años dentro de la política catalana. Actualmente, quizás ha perdido fuerza en su discurso y creo que cualquier líder de partido, como cara visible que es, debe demostrar más fuerza y carisma en su actitud, ya que es quien realmente puede convencer a los votantes de que su partido es el adecuado para gobernar. Al margen de eso, me cae bien como figura pública.
No me afiliaría a ningún partido, pero mi ideología ha cambiado mucho los últimos años
–¿Se afiliaría a Ciudadanos?
–No me afiliaría a ningún partido, pero mi ideología ha cambiado mucho los últimos años. Actualmente, votaría a mi padre sin dudarlo si fuera el presidente del partido. No creo que haya nadie que esté mejor preparado, y lo digo objetivamente de la misma forma que lo dije años atrás. La diferencia es que actualmente sí que tenemos unas ideas muy parecidas.
–¿Sigue con la música?
–Sigo escribiendo de vez en cuándo. Tengo en marcha un álbum de rap que en algún momento me gustaría grabar, cuando pueda. Llevo mucho tiempo sin subir nada porque tengo poco tiempo libre. Terminé la carrera en junio y ahora estoy haciendo el máster en Lengua Española en la Universidad Autónoma de Madrid. A la vez que el máster, estoy trabajando de profesor en una academia. En abril empiezo las prácticas del máster, estoy dirigiendo mi carrera académica hacia la Lingüística computacional.
Edmundo Bal, de vacaciones
–¿Cómo ve la política ahora?
–El mayor problema, en mi opinión, es que muchos políticos son políticos de profesión vitalicia. Empezaron muy jóvenes en política y no conocen nada fuera de ella, lo cual les aleja también de lo que ocurre en el mundo real, en la vida cotidiana de las personas. Dicen lo que la gente quiere oír porque no tienen dónde ir fuera de la política. No hay muchos que quieran cambiar las cosas realmente porque no se quieren arriesgar a perder su trabajo. Solo unos pocos lo conciben como una manera de intentar cambiar algo y de poner en práctica sus ideas, y son los que tienen ya un nombre dentro de sus respectivos ámbitos profesionales fuera de la política. Mi padre es uno de ellos.
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