El actor Rodolfo Sancho
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El motivo por el que Rodolfo Sancho aún no ha viajado a Tailandia
El padre de Daniel Sancho, roto por la culpa, escribe un mensaje por Instagram a la hermana del cirujano plástico presuntamente asesinado por su hijo
Ocurrió este fin de semana. Darlin, hermana de Edwin Arrieta, el cirujano plástico asesinado y descuartizado en Tailandia, abrió su Instagram. Observó que tenía un mensaje y al mirar el remitente se dio cuenta de que se apellidaba Sancho, como el presunto asesino de su hermano. Lo investigó un poco y averiguó que era Rodolfo, su padre, actor famoso en España.
Abrió el mensaje y pudo leer las siguientes líneas: «Hola Darling. ¿Cómo estáis? Soy Rodolfo Sancho, el padre de Daniel Sancho. Lamento mucho lo sucedido con tu hermano. Pienso que tuvo que haber tenido un trastorno. Disculpa, somos dos familias destruidas. Lo siento. No sé qué se le ha podido pasar por la cabeza a Daniel. Disculpa, estamos muy confundidos con todo esto que está pasando».
Rodolfo Sancho, en contra de lo que se ha publicado, no ha viajado a Tailandia. Sabe que su hijo está aislado y que no puede verle con lo que el desplazamiento sería en balde. Para alejarse del foco mediático se ha refugiado en su casa en España.
Desde la isla, a través de los medios de comunicación, va recibiendo noticias de las novedades de su hijo en la prisión de Kho Samui. El director de la cárcel explica: «Daniel está fuerte y sano. Ya no tiene en su cuerpo las heridas del primer día (las que vio la policía tailandesa tras el asesinato y que levantaron sospechas). Está tomando vitaminas, porque él está preocupado por su cuerpo y su salud. Son vitaminas que suele tomar la gente deportista. La medicina que pidió y que han traído desde la otra isla es melatonina para poder dormir».
Presos de la cárcel de Koh Samui durante un rezo
A Daniel le han cortado el pelo, pero no le han rapado. Se lo han cortado por encima de la oreja «y él se ve bien», dice el director. «Comparte habitación con otros presos que también están en cuarentena. Son cinco en total. La habitación tiene ventanas y cuarto de baño. Durante el día hace yoga, ejercicio y ha cogido un libro de la biblioteca. Una novela romántica». Los horarios del español son más flexibles que los del resto de presos porque «no tiene nada que hacer». Duerme mucho. Ayer pidió salir al patio, pero le dijeron que no. Ha pedido hablar con su familia, pero no ha podido. No tiene acceso a televisión, internet, teléfono ni tecnología de ningún tipo.
El director de la cárcel se enteró de que es hijo de un actor famoso en España porque buscó su nombre en Google. Dice que Daniel nunca lo ha mencionado. Mientras, en Colombia, la madre de Edwin, Marcela Arteaga, habla por primera vez: «Estoy muy triste y muy cansada, casi no duermo. Pero así lo ha querido la voluntad de Dios. Era un santo, mi único hijo varón, quería mucho a su hermana y su sobrina, y me lo han arrebatado. Pido que se haga justicia y que me lo envíen (su cuerpo) para al menos tenerlo aquí conmigo, en forma de cenizas o para darle cristiana sepultura. Nunca voy a poder superar este dolor. Se han llevado una parte de mí».
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