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28 de abril de 2024

Alfonso XIII

Alfonso XIII, acompañado de Miguel Primo de Rivera y uno de sus guardias, en La Albufera valenciana

Gente

El coto de caza de los Reyes en La Albufera

En 1911, Alfonso XIII le vende a la ciudad de Valencia, por un millón de pesetas, su coto de caza de aves

La mata del Rey y la barca podrida son enclaves de La Albufera. Así los recoge Blasco Ibáñez en su libro Cañas y Barro que describe el singular humedal que linda con la ciudad de Valencia y que bien merece una visita para disfrutar de sus paseos en barca entre cañas y arrozales, de un baño en el mar con cuidado de no molestar a las tortugas o de un exquisito arroz cocinado en la paella.
La Albufera hasta el siglo XX fue un espacio casi autosuficiente. Allí crecía y crece la enea y las cañas con las que se hacían capazos, sillas y las techumbres de las barracas donde vivían los aldeanos. Los peces de la laguna eran su alimento principal y la caza real les daba unas monedas para sobrevivir. Cuando ese terreno dejó de pertenecer a los Reyes de España, la caza como medio de vida fue dejando paso poco a poco al cultivo de arroz. Cada vez más tierra cubría las orillas de la laguna. La Albufera, siendo aparentemente la misma, cambiaba las costumbres de sus habitantes. Y eso costó sudores y lágrimas.
Esas barracas, de las que hubo 2000 y ahora solo quedan 69, eran las humildes viviendas de sus habitantes, que hoy han mutado en espacios para el ocio. Un micro mundo pegado a Valencia del que muchos nunca salieron y ahora es como un parque temático para turistas.
El Saler

El Saler

El enorme humedal propiedad de los Reyes españoles era el regio espacio privado para cazar aves. Allí los monarcas y sus invitados, se entretenían en tirarles a los patos, las gavinas o el gall de canyar (un pájaro azul que hoy escasea). «Su Majestad…..ojo. Por detrás le entra un colloverde» avisaban los ojeadores a la emperatriz Eugenia, según relata Vicente Blasco Ibáñez. La pesca no les interesaba a sus majestades, así que las anguilas que proliferaban en el humedal era la comida para los hombres que les acompañaban en sus barcazas de madera. El ahora apreciado all i pebre, guiso de anguilas con patatas, ha sido durante siglos la dieta de los habitantes del humedal, aún así desde que Jaime I lo convirtió en su coto de caza, los pescadores tenían que dar la quinta parte de la pesca a la Corona, según se lee en Cañas y Barro.
Poco a poco el arroz le fue ganando el terreno y es lo que Blasco Ibáñez retrata con crudeza en su obra. Actualmente proliferan las cañas, que no dejan cortar y crecen y crecen sin control, y mucho barro en los momentos de siembra, durante el mes de mayo y de recogida del arroz, a finales de septiembre. Aunque el cambio climático se está notando a pasos agigantados en este peculiar reducto de arrozales. Tanto es así que llevan tres años desorientados con los ciclos de siembra, cosecha y cantidades recogidas de arroz.
Campos de arroz

Campos de arroz

La idea es aparentemente sencilla. Los campos, que ellos llaman tancat, están por debajo del nivel del agua del lago de agua dulce, se abren las compuertas, se anegan las tierras y se siembra en mayo. El arroz crece y las aves anidan. Cuando llega el otoño, se retira el agua de los campos y el arroz se seca. Ahora se ve sencillo, pero esos campos de tierra se consiguieron con muchos viajes transportando tierra en los barquitos de madera, menos mal que el lago es poco profundo, pero ahí quedaron muchos riñones y espaldas rotas.

Las diez claves del arroz de Valencia

  1. El lago de 2700 hectáreas de agua dulce de la Albufera está rodeado de arrozales y una barrera de arena con una franja de bosque litoral con orquídeas endémicas, que les separa del mar.
  2. En La Albufera siembran 14.700 hectáreas pero también la D.O. Arroz de Valencia tiene cultivos en Castellón y un humedal al norte de Alicante que están dentro de la denominación.
  3. Antes se accedía a los campos de arroz en barca de vela porque todo estaba anegado por el lago. Hoy son embarcaciones a motor las que lo surcan.
  4. El Rey Jaime I tenía esta zona como coto de caza para patos y los Borbones, también aficionados a la caza, recogieron el testigo de Jaime El Conquistador.
  5. Del arroz se aprovecha todo. La cascarilla se utiliza como camastro para los gallineros y de ahí pasa a fertilizante. También se emplea como biocombustible y biomasa para la construcción.
  6. El arroz está dentro de una cascara. El grano está recubierto de una membrana, que es el salvado de arroz, que también se aprovecha.
  7. Todos los arroces son integrales, hasta que se le pasa por una piedra que los pule, les quita el salvado y blanquea los granos.
  8. En 1911, Alfonso XIII le vende a la ciudad de Valencia, por un millón de pesetas, su coto de caza de aves: La Albufera.
  9. Se recogen unos 120 millones de kilos de D.O. Arroz de Valencia. Se exporta poco a Estados Unidos, Inglaterra y Alemania porque el mercado interno lo demanda casi todo al ser una producción corta y muy apreciada.
  10. Actualmente hay 8000 agricultores en La Albufera, que cultivan tres variedades: bomba, senia y albufera. Lo que les hace peculiares es que estos arroces absorben más los sabores.
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