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La Garganta de Alardos, en plena región de La Vera, en Extremadura

La Garganta de Alardos, en plena región de La Vera, en Extremadura

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El rincón de la dehesa española que encandila a Ana Rosa Quintana, Alejandro Sanz y Felipe González

Un paraíso natural convertido en el refugio de estas tres figuras públicas tan distintas entre sí

En pleno corazón de Extremadura, resguardada por las cumbres de la Sierra de Gredos y acariciada por gargantas cristalinas, se encuentra una de las comarcas más bellas y discretas de España. Un paraíso natural ubicado en la provincia de Cáceres que se ha convertido en un refugio elegido por algunas figuras más conocidas del panorama nacional, como la periodista Ana Rosa Quintana, el músico Alejandro Sanz y el expresidente del gobierno Felipe González.

Lejos del bullicio de las grandes ciudades y el turismo de masas, La Vera ofrece una combinación inigualable de paz, tranquilidad y exclusividad. Tres características especialmente significativas si eres un rostro conocido en el panorama nacional. Sus pueblos de arquitectura tradicional, sus paisajes de robles, castaños y prados, y su clima suave en cualquier época del año la convierten en un destino perfecto para quienes buscan desconectar sin renunciar al confort. No es casualidad, por tanto, que tres personalidades tan distintas hayan encontrado aquí el paraje idóneo para refugiarse y recuperar energías.

Ana Rosa Quintana, una de las comunicadoras más influyentes de España, posee una casa entre los pueblos de Jarandilla de la Vera y Cuacos de Yuste. Un oasis de paz donde incluso tiene un gallinero, un huerto y olivos que producen su propio aceite y al que se traslada siempre que puede en compañía de su marido Juan Muñoz y sus dos hijos, Juan y Jaime. La finca rural cuenta con una gran casa de piedra y un amplio terreno en el que poder desconectar de la agitada rutina que la familia al completo tiene en la capital.

Alejandro Sanz, por su parte, ha estado vinculado emocionalmente a diferentes zonas rurales de España, pero en La Vera ha encontrado un refugio que alimenta su faceta más íntima y creativa. En un entorno de silencio, árboles centenarios y caminos de piedra, el artista puede dedicarse a la composición, al descanso o simplemente a vivir sin ser observado. Aunque poco dado a hablar de su vida privada, se sabe que valora profundamente la privacidad que le brinda esta región.

Su finca se llama El sueño de los Parrales y tiene un total de 32 hectáreas, 12 de ellas destinadas a un bosque formado por robles, higueras, olivos y castaños, además de a un huerto en el que cosecha tomates, guindillas, pimientos y aceite. A nivel personal, se trata de un hogar inolvidable para Alejandro Sanz, ya que fue allí donde se casó con Raquel Perera el 26 de mayo de 2012.

Alejandro Sanz en el porche de su finca extremeña

Alejandro Sanz en el porche de su finca extremeña

Su vivienda principal alberga 386 metros cuadrados y dos plantas. Según el citado medio, en la de abajo encontramos tres dormitorios, todos con su propio baño, un comedor y un salón con una (romántica) chimenea de piedra. La habitación de Alejandro se localiza en la de arriba, junto con una suite con baño, su vestidor, un despacho, una sala de lectura y otro salón. Además, posee dos casitas en el jardín con invitados, que conectan con las zonas comunes de chill out y piscina, lo que hace que la propiedad cuente con 14 estancias en total.

En el caso de Felipe González, expresidente del Gobierno y figura clave de la política española durante la transición y la consolidación democrática, y su mujer Mar García Vaquero también han elegido La Vera como uno de sus retiros habituales. Su casa, rodeada de naturaleza y con vistas privilegiadas, se ha convertido en un lugar de reflexión, lectura y encuentros con amigos. González ha declarado en más de una ocasión su aprecio por Extremadura, tierra que considera aún poco explotada y llena de tesoros por descubrir.

Felipe González y Mar García Vaquero

Felipe González y Mar García VaqueroGTRES

En esta finca llamada El Penitencial en plena Sierra de Guadalupe, en un bosque de castaños, se refugiaron en plena pandemia. La vivienda posee 600 metros cuadrados distribuidos en dos plantas, con 5 habitaciones con baño en suite, además de comedor, amplia zona de estar con chimenea, despacho y cocina. Sin olvidar, a su vez, un taller donde el expolítico lleva a cabo labores de artesanía, uno de sus hobbies, y otro donde puede cultivar y trasplantar tanto bonsáis como olivos.

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