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Ernesto de Hannover, en una imagen de archivo

Ernesto de Hannover, en una imagen de archivoGTRES

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El complicado historial médico de Ernesto de Hannover, ingresado de urgencia de nuevo

Tres hospitalizaciones en dos meses no pueden entenderse como una casualidad, sino como un indicio de que el príncipe atraviesa una etapa crítica

Ernesto de Hannover, a sus 71 años, vuelve a ser ingresado en un centro hospitalario. El pasado 25 de mayo fue trasladado de urgencia a la clínica Ruber Internacional de Madrid. Se trata de su tercera hospitalización en apenas dos meses, un dato que ha encendido todas las alarmas en torno a su estado de salud. El entorno del príncipe alemán, fiel a la discreción que siempre ha caracterizado a la Casa de Hannover, no ha emitido ningún comunicado oficial, y el hermetismo que lo rodea no ha hecho más que intensificar la preocupación pública.

Según ha adelantado en exclusiva la revista Semana, la información sobre este nuevo ingreso ha vuelto a situar el foco sobre la frágil condición médica del todavía marido de Carolina de Mónaco. A lo largo de las últimas dos décadas, el padre de Christian de Hannover —casado con la abogada y modelo peruana Alessandra de Osma— ha atravesado un visible deterioro físico, marcado por numerosos episodios clínicos de gravedad.

La inquietud más reciente se disparó tras una prolongada hospitalización en abril. El día 3 de ese mes ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos, donde permaneció varios días antes de ser trasladado a planta, tras evolucionar favorablemente. Después de algo más de dos semanas bajo observación, recibió el alta hospitalaria y abandonó el centro médico acompañado por su pareja. A pesar de la larga estancia, se mostró con buen aspecto y entereza. Siempre se ha informado que el príncipe padece diabetes, una condición que, sumada a su historial clínico, contribuye al complejo panorama que atraviesa.

Unos meses antes, en diciembre de 2024, sufrió una caída que obligó a una intervención quirúrgica de cadera, con la colocación de una prótesis. Varios medios especularon con que la recuperación fue más lenta de lo previsto y que su posterior ingreso podía estar relacionado con aquella operación. No obstante, su novia, Claudia Stilianopoulos desmintió dicha conexión, y el hecho de que pudiera caminar con normalidad al salir del hospital reforzó su versión.

Ernesto de Hannover, el pasado 13 de noviembre de 2021 en Madrid

Ernesto de Hannover, dando un paseo por Madrid, donde tiene fijada su residenciaGTRES

Un historial clínico complejo

Uno de los primeros episodios críticos que marcaron el declive de su salud tuvo lugar en 2005, cuando una pancreatitis aguda obligó a inducirle un coma farmacológico. La gravedad del cuadro le impidió asistir al funeral de su suegro, el Príncipe Rainiero de Mónaco, y dejó patente el deterioro provocado por años de excesos, especialmente por su conocida relación con el alcohol.

En 2011, durante una estancia en Ibiza, tuvo que ser ingresado de urgencia por una infección abdominal. Aunque recibió tratamiento conservador y logró estabilizarse, el incidente confirmó la fragilidad de su aparato digestivo.

Cinco años después, en 2016, se sometió a una intervención cardíaca urgente. Aunque nunca se dieron detalles del procedimiento, fuentes cercanas lo describieron como una operación compleja y necesaria, que requirió posteriores cuidados continuados.

Ernesto de Hannover

Ernesto de Hannover, junto a su pareja ClaudiaGTRES

En 2018, un nuevo contratiempo de salud le obligó a ser hospitalizado durante la boda de su hijo Christian. En esa ocasión, se trató de una intoxicación alimentaria causada por el consumo de pescado crudo durante el banquete. Si bien fue un episodio puntual, volvió a dejar en evidencia la vulnerabilidad de su estado físico.

En 2020 recibió uno de los diagnósticos más delicados: un tumor maligno en el cuello. Fue intervenido quirúrgicamente y sometido a un tratamiento de crioterapia —técnica que congela las células cancerosas—, logrando una recuperación satisfactoria.

El cuadro que presenta Ernesto de Hannover hoy no responde a una enfermedad concreta, sino al efecto acumulado de múltiples dolencias: diabetes, problemas cardiovasculares, antecedentes oncológicos, trastornos gastrointestinales y una edad avanzada que multiplica los riesgos.

Ernesto de Hannover y Claudia Stilianopoulos en una imagen tomada en Madrid el pasado mes de noviembre

Ernesto de Hannover y Claudia Stilianopoulos en una imagen tomada en MadridGTRES

A este contexto se suma una larga lucha contra el alcoholismo, factor que ha influido decisivamente tanto en su salud como en su imagen pública. A lo largo de los años ha ingresado en diversas clínicas de rehabilitación, y sus episodios de comportamiento errático han sido recurrentemente documentados: enfrentamientos con la prensa, altercados con la policía y ausencias notorias en eventos oficiales.

Uno de los más sonados fue su plantón en la boda de los actuales Reyes de España, Felipe VI y Letizia Ortiz. Carolina de Mónaco, su entonces esposa, acudió sola al enlace tras buscarlo, sin éxito, por varios bares de Madrid donde, según trascendió, el Príncipe faltó porque tenía resaca.

En esta última etapa, Claudia Stilianopoulos —artista y filántropa— se ha convertido en su principal apoyo. Desde que iniciaron su relación en 2021, ha estado presente en cada uno de sus ingresos hospitalarios, acompañándolo en silencio. Su presencia constante ha sido interpretada por su entorno como un ancla emocional en medio de la creciente fragilidad física del príncipe y el silencio institucional que rodea su estado actual.

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