
Frank Cuesta
Frank Cuesta: «Asumo que acabaré siendo condenado»
Después de que se pusiese en duda su credibilidad y de múltiples acusaciones, Frank Cuesta cuenta que lo ha pasado fatal: «Incluso con ataques de ansiedad»
Han sido meses difíciles para Frank Cuesta. Se ha enfrentado a muchas acusaciones: le llamaban mentiroso, le acusaban de colaborar con traficantes de animales, de engañar con su cáncer, de mentir cuando aseguraba que era veterinario... «Ahora me encuentro bastante mejor anímicamente, Han sido meses bastante duros. A nivel personal, físico y anímico. Obviamente te afecta muchísimo. Nunca había experimentado un ataque de ansiedad. Y para mi familia, para mis hijos muy duros», comienza explicando Frank en una entrevista a Código 10.
Todo empezó después de que la policía de Tailandia registrase su finca. «El Santuario está en el mismo sitio que estaba ayer, hace dos meses y hace cinco años. El Santuario se va a quedar. Cuando creé este lugar, no lo creé para tener un zoo privado, divertirme y hacerme millonario. Lo creé porque yo tenía un sueño que era crear un lugar donde los animales que no pueden ser dejados en libertad, porque no pertenecen en este país, pudieran tener un lugar, una segunda oportunidad. Un animal que ha vivido en una jaula, en un cercado, que tenga la posibilidad de tener un espacio tan grande para poder desarrollar todas sus todas sus actividades y todos sus los impulsos que tiene los animales, los instintos que puedan desarrollarse de nuevo como como un animal. Ese era mi sueño. Un sitio así, obviamente es un sitio para toda la vida».
En la gestión de este lugar reconoce haber cometido errores: «A veces haces cosas bien. A veces haces cosas mal. Pero el Santuario se va a quedar en el mismo sitio. Está todo registrado. Está todo en orden. Y lo único que hubo aquí es que unas nutrias que no tenían licencia, cosa que de alguna manera es raro que haya pasado todo esto porque hemos tenido nutrias durante muchos años. Se ha visto. Nunca se ha escondido nada. La licencia que teníamos como fundación caducó en octubre del 2024 y por la razón que sea esto ha pasado».
Lo siguiente es preguntarle por su situación judicial y saber si está preocupado. «Llevo aquí 26 años en Tailandia. Y nunca, jamás, había tenido ningún problema con la policía. Nunca había tenido ningún problema judicial, ningún juicio. De repente me encontrado con juicios por todos lados, denuncias por todos los lados. Sé que voy a tener una condena. Fui a hablar con el juez. Me preguntó las cosas como son. Si no tengo la licencia para tener esas nutrias en ese momento me tengo que declarar culpable porque no le voy a contar una milonga. Eso hice. Voy a tener una condena. Supongo que entrar en la cárcel no. Pero obviamente es algo de lo que aprendes. Yo he aprendido y ahora mismo tenemos en orden hasta las ruedas del coche, el seguro de las ruedas del coche».
Mucha gente especuló con la posibilidad de que huyera de Tailandia dada su situación legal. «Es que Tailandia es mi casa. Mi hogar. Es la tierra que que me dio lo más importante de mi vida, que son mis hijos. Adoro Tailandia. Es decir, yo no tengo un problema con Tailandia ni con los tailandeses. Si me tengo que ir porque me echan, me deportan pues obviamente yo me iría, pero para mí sería terrible tener que irme de Tailandia, porque es que es mi hogar. Llevo toda la vida aquí. He vivido en diferentes países anteriormente, pero Tailandia me ha dado una vida, me ha dado la oportunidad de desarrollarme en muchísimos sentidos y espero que algún día, cuando me muera, me pueda morir aquí».
Frank niega haber matado ningún animal a pesar de los audios que se han filtrado en el que amenaza con hacerlo: «Se han dicho muchas mentiras, se ha manipulado mucho. Se Hay audios cortados y pegados. Son conversaciones privadas. Grabadas ilegalmente. Porque si te graban y tú no lo sabes, supongo que eso será ilegal. Eso es lo que más me ha dolido. Los chantajes. Tuve que salir haciendo un vídeo con un guion que se me dio. Si yo no hacía ese video, pues había unas consecuencias graves de chantajes y de coacciones fuertes. No estoy, no estoy contando ninguna milonga. Es lo que más me ha dolido, porque lo que se pretendía es que yo me humillarse, me destrozarse, que tocase el botón de autodestrucción y se fuera todo a la mierda. Pero mañana me levanto y sigo haciendo lo mismo. Intento hacer un mundo mejor alrededor mío e intento ayudar a los máximos animales a que salgan de unas condiciones deplorables y que puedan venir aquí y tener una segunda oportunidad para ser animales salvajes de nuevo».