Genoveva Casanova, en una imagen de archivo
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La guerra de Genoveva Casanova contra los medios de la que puede salir mal parada
En plena batalla judicial, ha decidido abandonar el piso del barrio de los Jerónimos donde se tomaron las imágenes junto a Federico de Dinamarca
La batalla judicial de Genoveva Casanova con los medios ha entrado en un momento decisivo. Tras meses de silencio, la mexicana espera el pronunciamiento de la justicia sobre la demanda presentada contra la revista Lecturas. Aunque intenta mantenerse en un segundo plano, su nombre vuelve a ocupar titulares. El arranque de curso la encuentra entre procesos judiciales, mudanzas y cambios personales que devuelven a la primera línea un episodio ocurrido en 2023 y con repercusiones todavía vigentes.
En paralelo, ha tomado una decisión simbólica: abandonar la vivienda del barrio de los Jerónimos, en Madrid, donde se tomaron las imágenes junto a Federico de Dinamarca. Busca un inmueble «más adecuado a este momento por el que transita y, sobre todo, que tenga mayor privacidad para su día a día».
La polémica nació en noviembre de 2023, cuando Lecturas publicó en portada una serie de fotografías tomadas en Madrid junto al entonces Príncipe heredero, hoy Federico X. La exclusiva apareció en los últimos meses de la regencia de Margarita II y apenas semanas antes de la proclamación del nuevo monarca en enero de 2024. El impacto fue inmediato: la imagen del heredero quedó bajo el foco y la presión alcanzó también a su familia. Mary Donaldson, actual Reina consorte, se trasladó con sus hijos a Australia durante parte de las navidades para esquivar el vendaval mediático.
Para Casanova, el golpe fue doble. Solo tres meses antes había sufrido una embolia que derivó en un infarto pulmonar y un derrame. Estuvo ingresada ocho días en el Hospital Universitario Moncloa y relató en televisión que al inicio pensó que se trataba de una contractura: «un dolor tremendo en la espalda que yo consideraba que era una contractura muscular porque se parecía mucho al dolor de la contractura».
La confirmación del diagnóstico la dejó en una situación de extrema vulnerabilidad justo antes de verse expuesta a la portada que dio la vuelta al mundo. Convencida de que aquella publicación sobrepasaba los límites, defendió que «la difusión de dichas imágenes vulneró su derecho a la intimidad y dañó gravemente su imagen personal y profesional». En junio de 2024 presentó una demanda de más de 400 páginas en la que reclama un millón de euros como indemnización.
Genoveva Casanova se mantuvo durante meses al margen del ojo público para evitar la polémica
El primer capítulo judicial llegó el 22 de septiembre, con la primera vista oral. Ese día declararon el director de Lecturas, Luis Pliego, y varios periodistas que habían escrito sobre el tema. Pero la lista de citados no termina ahí. El 24 también acudió a los juzgados Alessandro Lequio, que no hizo las fotos, pero sí habló sobre ellas en televisión y cuyos comentarios Genoveva considera dañinos para su imagen. Además, la demanda se amplía a otros rostros conocidos como Ana Rosa Quintana y a varios miembros de su productora Unicorn Content, así como a directivos de Mediaset, por haber tratado el asunto en diferentes programas.
Hasta ahora, la defensa de Casanova ha sostenido que la publicación carecía de interés público, que las imágenes se obtuvieron de manera intrusiva y que su difusión obedeció a un propósito puramente sensacionalista. La parte contraria, en cambio, ha replicado que ella es una figura de notoriedad social, vinculada a la aristocracia española por su matrimonio con Cayetano Martínez de Irujo y con presencia habitual en televisión y prensa, lo que justificaría un interés informativo legítimo. En este punto, ella no es una desconocida para la audiencia, ha salido en programas como El Desafío, MasterChef Celebrity o El Hormiguero, además de entrevistas y reportajes en revistas del corazón.
Genoveva Casanova, con su hija Amina Martínez de Irujo
Así se gestó el reportaje
El paparazzi Pepelu Dueñas relató que todo comenzó por casualidad, cuando buscaba aparcamiento cerca del Retiro y vio a la exmujer de Cayetano Martínez de Irujo con un hombre que le llamó la atención. Desde el coche tomó las primeras imágenes de ambos entrando en la casa. Al revisarlas, reconoció el parecido con Federico de Dinamarca y avisó a sus compañeros.
Horas más tarde, un coche recogió a la pareja y los fotógrafos iniciaron un seguimiento que los llevó hasta un restaurante, donde cenaron en un reservado y salieron de madrugada, lo que interpretaron como un intento de pasar inadvertidos. A la mañana siguiente, Dueñas volvió a fotografiar al heredero saliendo de la vivienda, hasta que fue recogido por un coche diplomático. Aquel reportaje, que acabó publicado superó los 100.000 euros en ventas internacionales.