Alfonso Díez, llegando a la boda de Cayetano Martínez de Irujo y Bárbara Mirjan
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La tranquila vida de Alfonso Díez en este céntrico barrio de Madrid
Mantiene un perfil bajo y la mayoría de las ocasiones en las que se deja ver están relacionadas con la Casa de Alba
Cuando en 2008 se hizo público el romance entre la duquesa de Alba y Alfonso Díez, él pasó de ser un hombre anónimo a convertirse en uno de los personajes más buscados por la prensa del corazón. Pero no solo eso. La diferencia de edad con Cayetana, 24 años mayor que él, y lo inesperado de su romance, pusieron a Díez en el punto de mira de los hijos de la aristócrata, que llegó a enfrentarse con todos ellos para defender su historia de amor.
Han pasado 17 años y el recelo de Carlos, Jacobo, Alfonso, Fernando, Cayetano y Eugenia se ha transformado en un cariño que, como el propio Alfonso Díez ha dicho hace unos días con motivo de la boda de Cayetano, va más allá de la amistad. El viudo de Cayetana y los hijos de esta se han convertido en familia y, como tal, él ocupó un sitio en las primeras filas del comentadísimo enlace.
¿Cómo es ahora la vida de Alfonso Díez?
Nacido en Palencia, Alfonso lleva gran parte de su vida afincado en Madrid, donde trabajaba como funcionario de la Seguridad Social, y adonde regresó tras la muerte de Cayetana, con la que se había instalado en Sevilla. En la capital tenía un piso que vendió para comprar la que es su residencia actual. Un apartamento de 200 metros ubicado en el céntrico barrio de Chamberí, desde el que acude a los contados eventos en los que elige dejarse ver.
La boda de Cayetano Martínez de Irujo ha sido el último, pero lo cierto es que Díez figura en las listas de invitados de casi cualquier reunión familiar de los Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, habiendo estado presente en la boda de los condes de Osorno y en el bautizo de la primogénita de los duques de Huéscar, por mencionar algunas de ellas.
Alguna convocatoria de premios taurinos, homenajes a la que fuera su mujer o a su amigo Curro Romero o algún funeral de personajes de la alta sociedad como Ira de Fustemberg o Antonio Burgos son las contadas ocasiones, añadidas a las mencionadas con anterioridad, en las que Alfonso Díez reaparece ante las cámaras.
Alfonso Díez, uno de los invitados más esperados a la boda
Con una vida tranquila, Díez disfruta de una posición económica desahogada gracias a su pensión de jubilado y a la asignación de 3.000 euros mensuales que doña Cayetana le asignó de manera vitalicia para que pudiera «vivir dignamente». Su buen talante con la prensa y la discreción con la que continuó su camino tras quedar viudo le han permitido permanecer en un segundo plano, algo que solo se vio empañado en 2024 cuando apareció visiblemente rejuvenecido tras haberse sometido a lo que varios expertos coincidieron que habían sido no pocos retoques estéticos.