El historial amoroso de Amaia Montero: un presentador, un cantante y… un futbolista

Ha cantado tantas veces al amor que una podría pensar que lo conoce de memoria. Pero la vida, como sus canciones, está llena de giros inesperados. Y aunque la voz inconfundible de La Oreja de Van Gogh nos enseñó que «puedes contar conmigo», lo cierto es que, en el terreno sentimental, su protagonista ha vivido más baladas que duetos.

A sus 49 años, Amaia Montero parece haber hecho las paces con la idea de que el amor no siempre llega cuando se busca. En sus propias palabras, «no hace falta estar enamorada para inspirarse». Y vaya si lo ha demostrado: mientras otros componen desde el drama, ella lo hace desde la verdad. Quizá por eso, cada vez que canta una historia de desamor, medio país siente que le está hablando directamente.

En una de sus confesiones más sinceras, reconoció que no ha tenido pareja en los últimos años. Aun así, no lo vive con frustración. Al contrario: atraviesa una etapa serena, con los pies en la tierra y la mente centrada en su bienestar.

Su vida sentimental, sin embargo, nunca fue tan pública como su carrera. Siempre ha defendido su intimidad con una discreción casi heroica. Aun así, los rumores han hecho su parte. Solo se le conocen un par de relaciones confirmadas. La más recordada, con el periodista Gonzalo Miró, con quien compartió dos años de relación, entre 2009 y 2011. Eran la pareja inesperada pero perfecta: él, analítico y mediático; ella, emocional y reservada. Juntos vivieron una etapa luminosa, hasta que, como suele ocurrir, la música dejó de sonar.

Antes de aquello hubo otras historias, algunas más discretas. En los inicios del grupo se habló de un tal Martín, el supuesto destinatario de varias canciones del primer disco. Nunca confirmó ni desmintió nada, pero sí admitió que fue «un amor puro y verdadero». Tal vez el primero, y por eso, el más difícil de olvidar.

También circularon rumores sobre una posible relación con el futbolista José María Gutiérrez «Guti», en plena época dorada del Real Madrid. Corría 2006 y, mientras él llenaba titulares deportivos, ella vivía su mejor momento profesional. Nunca hubo declaraciones ni confirmaciones, pero si unas fotos donde iban en el mismo coche.

Años después, ya consolidada en solitario y alejada de los focos, atravesó un periodo complicado, marcado por problemas de salud mental que la llevaron a retirarse temporalmente de los escenarios. En ese tiempo de introspección, su nombre volvió a salir en una anécdota inesperada. Durante una entrevista televisiva, Dani Martín —vocalista de El Canto del Loco— confesó que había tenido «un encuentro» con ella, sin entrar en detalles. Lo mencionó con naturalidad, entre risas y cierta complicidad, dejando entrever que entre ambos existió una conexión fugaz pero especial.

Y ahora, la historia parece cerrar un círculo. Ha vuelto a escena y lo ha hecho por la puerta grande: regresando a La Oreja de Van Gogh, el grupo que la vio nacer. Diecisiete años después de su salida, retoma su papel de vocalista, recuperando ese universo melódico que marcó a toda una generación. Lo hace más segura, más serena y sin necesidad de demostrar nada a nadie. «Está ocurriendo», anunció el grupo en un comunicado que emocionó a miles de fans. Quizá la razón por la que nunca ha «encontrado el amor» sea, sencillamente, que esta vez ha decidido encontrarse a sí misma.