Todos los detalles de la boda secreta de Luis Medina y Clara Caruana

La boda de Luis Medina y Clara Caruana, celebrada el pasado 14 de noviembre, ha sido uno de esos acontecimientos discretos que, precisamente por silenciosos, despiertan aún más interés. No hubo focos, ni poses calculadas, ni ese despliegue mediático que suele acompañar a los apellidos de la alta sociedad.

Hubo, en cambio, una ceremonia íntima y elegante en la que solo participaron sus familiares y amigos más cercanos, un reflejo fiel de una relación que siempre ha preferido el murmullo tranquilo a la exposición pública. Resulta llamativo que este verano ambos se dejaran ver en el Starlite marbellí, donde coincidieron con Virginia Troconis y Manuel Díaz ‘El cordobés’, una aparición social que pocos esperaban tratándose de una pareja tan celosa de su intimidad.

Según adelantó esta semana la revista ¡Hola!, el enlace ha seguido al pie de la letra la esencia del noviazgo: discreto, sólido y alejado por completo de los flashes. La pareja, que inició su relación en plena pandemia, dejó que el tiempo hiciera su trabajo mientras construían una complicidad serena que se afianzó incluso en los momentos más difíciles, especialmente durante el juicio por los presuntos delitos de estafa y falsedad del que Luis fue finalmente absuelto a principios de este año. Clara, que ha sido un pilar constante a su lado, vivió esa etapa como un apoyo silencioso, firme y determinante, un gesto que quienes conocen al empresario describen como decisivo en la evolución de la historia que ahora culmina en matrimonio.

Lo que muchos no recuerdan es que su noviazgo salió realmente a la luz en octubre de 2023, cuando ambos acudieron a la boda de la duquesa de Medinaceli en Jerez de la Frontera. Allí, entre aristócratas, velos y tradición, Clara que iba vestida de rojo, elegante y sobria se convirtió sin pretenderlo en el centro de muchas miradas, confirmando que Luis había encontrado mucho más que un romance pasajero. Pero su historia se remontaba más atrás: ya en diciembre de 2022 habían sido fotografiados en un fin de semana romántico en Sevilla, preludio discreto de lo que estaba por venir.

La novia, además, llega a esta familia con un linaje propio. Nieta del barón de San Petrillo, José Caruana Gómez de Barreda, y de la marquesa de Villamayor de Santiago, Ethelvina Velázquez Stuyck, combina tradición aristocrática con una carrera profesional que nada tiene que ver con el postureo ni con la vida social. Estudió Enfermería, después Derecho, cursó un máster en el IESE y hoy ocupa cargos de responsabilidad en la Clínica Universidad de Navarra, donde es gerente de Urología y Project Manager del Cancer Center. Su trayectoria está marcada por la gestión sanitaria, la investigación oncológica y el rigor académico, un perfil que aporta equilibrio y discreción a una de las familias más mediáticas del país.

De hecho, su primera aparición en un evento benéfico junto a su suegra, Naty Abascal, se produjo este junio en la III Gala Niños Contra el Cáncer, una cita en la que se vio a una Clara profesional, implicada y completamente volcada en la causa de la fundación. La química entre ambas quedó clara, pese a que hasta entonces no habían posado juntas.

Y si hablamos de familia, hablar de Luis es hablar inevitablemente de Naty, una de las mujeres más elegantes y fotografiadas de España. Se casó en 1977 con Rafael Medina, duque de Feria, y tuvo con él a sus dos hijos, Rafa y Luis, vivió una etapa marital intensa, mediática y no exenta de turbulencias antes de su separación en 1988. Rafael, el mayor, está casado con Laura Vecino desde 2010 y juntos tienen dos hijos, Rafael y Laura, que han crecido entre Barcelona y Madrid siguiendo el ritmo profesional de su padre, ligado primero a Massimo Dutti y después a distintos proyectos en el sector de la moda y el comercio online.