Adriana Abascal y Filiberto de Saboya
El verdadero motivo tras la ruptura de Adriana Abascal y Fliberto de Saboya
Él sigue estando casado y esa situación ha llevado a la modelo y empresaria mexicana a romper su romance
Adriana Abascal encontró la horma de su zapato cuando conoció al Príncipe Filiberto de Saboya. Guapo, elegante, culto y heredero de los derechos dinásticos de la Familia Real italiana.
Su romance saltó a la luz a comienzos de este año, cuando Adriana desfilaba en Sevilla con los trajes de gitana de Rocío Peralta y su novia le miraba arrebatado sentado en la primera fila de la pasarela. La propia diseñadora, Rocío Peralta, así lo confirmaba a El Debate. «Es que vino al desfile porque está saliendo con Adriana», comentaba cuando le preguntamos por qué Filiberto de Saboya estaba en Sevilla en la presentación de su colección el pasado mes de enero.
Un romance casi perfecto
Tras un año de amor, y un romance publicado con pelos y señales en las redes sociales, donde la exmujer de Juan Villalonga ejercía incluso de princesa consorte luciendo sus mejores galas en los palacios europeos, el asunto -al parecer- ha finalizado, de momento. Era la propia Adriana quien así lo comunicaba en sus redes sociales.
Adriana Abascal
La razón es solo una. Adriana Abascal ponía punto final a su noviazgo con el Príncipe porque él sigue siendo un hombre casado legalmente, y ella «no sale con hombres casados», según revela una amiga que reside en Los Ángeles a El Debate. Es católica y tiene valores firmes que le impiden mantener una relación sentimental con hombres que no están solteros.
Su última aparición juntos fue el pasado 8 de diciembre y nada hacía sospechar la inminente ruptura que vino después. Adía de hoy Filiberto sigue unido legalmente a Clotilde Courau, la madre de sus dos hijas, y su expareja. Una situación reversible que, si se cambia, podría provocar una reconciliación en el noviazgo entre la mexicana y el Príncipe de Venecia, quizás, porque nada está escrito en piedra.