
Ilustración de vikingos
Picotazos de historia
El vikingo al que mató un muerto
Sigurd «el Poderoso» ató la cabeza de Máel Brigte a su silla de caballo como trofeo de conquista y mientras cabalgaba los dientes de Máel fueron mordiendo la pierna de Sigurd. La herida se infectó y provocó su muerte
El jarl Rognvaldr, casado con una hija de Hrolf «el Narizotas» y padre de Hrolf que se estableció en Normandía, cedió a su hermano Sigurd el señorío sobre las islas Shetland y Orcadas, que el rey Harald «el de los hermosos cabellos» –sus enemigos le llamaban «el peludo»– le había entregado. Sigurd utilizó las Orcadas como base para una expansión por el norte de Escocia.
Derrotó a los caudillos y condes –el equivalente escocés de los Jarl noruegos que se llamaban Mormaer– de Caithness, Sutherland, Moray y Ross. Al sur de Moray mandó levantar una fortaleza y cerca de ella organizó un encuentro con el Mormaer picto de Moray, con quien estaba en guerra, con la idea de acordar la paz entre ambos. Este Mormaer se llamaba Máel Brigte y le decían «el Dentón» por unos caninos muy desarrollados que le daban aspecto fiero.
Sigurd y Máel Brigte habían acordado el número de los guerreros que les acompañarían pero Sigurd, que no tenía intención de hacer paces con nadie, hizo trampas y llevó el doble. Con esa ventaja atacó al Mormaer y su gente. Una vez eliminado Máel Brigte y sus 40 guerreros, Sigurd ordenó que se les cortara las cabezas y las colgaran de los arzones de los caballos para mostrar su triunfo. La cabeza de Melbridge colgaría en la silla del propio Sigurd.
Cuando Sigurd clavó espuelas la cabeza se ladeó y se pegó a su muslo. El movimiento del cabalgar hizo que los largos colmillos de Máel Brigte rozaran hasta producir un rasguño y a través del rasguño entró la infección. Esa noche llegó la fiebre y al poco tiempo la muerte. De esta manera Sigurd «el Poderoso», Jarl de las Orcadas, fue muerto por un muerto.