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Juan de Jáuregui intentando asesinar a Guillermo el Silencioso, príncipe de Orange , de Frans Hogenberg , 1582 (publicado en 1616)

Juan de Jáuregui intentando asesinar a Guillermo el taciturno, príncipe de Orange, de Frans Hogenberg , 1582 (publicado en 1616)

Picotazos de historia

La recompensa por el asesinato de Guillermo I de Orange era de 2.877 coronas

El domingo 18 de marzo de 1582, en Amberes, Guillermo de Orange sale del comedor cuando es abordado por Jauregui que le dispara a bocajarro

Año 1582, Amberes, el mercader de pieles alavés Gaspar de Añastro está hundido en la desesperación. Dos de sus naves se han ido a pique con su carga y una tercera ha sido arrastrada por una tormenta a las costas inglesas donde ha sido confiscada y su tripulación presa. Está cargado de deudas y no puede hacerles frente, está arruinado. Sabedor de estas circunstancias, su primo Juan Martinez de Insunza, que era proveedor general de las galeras de España, le envía una carta proponiéndole una solución para salir del apuro: Felipe II ha ofrecido una recompensa de ochenta mil ducados y el hábito de la Orden de Santiago a quien elimine al molesto conde de Nassau, Guillermo «el taciturno» de Orange.

Lleno de dudas morales busca el consejo del dominico Antonio Timmermans, quien no solo le alienta si no que le absuelve de culpa y le indica la posibilidad de cometer el crimen por delegación: buscar una mano ejecutora. La primera opción es su contable, el bilbaíno Antonio Venero. El contable no está por la labor, pero señala que hay un joven que le ayuda en la contabilidad que podría estar dispuesto, se llama Juan de Jauregui. Este, quien parece que no brillaba por su intelecto, acepta la propuesta deslumbrado por la oferta de ganar 2.877 coronas que le prometen.

El domingo 18 de marzo de 1582, en Amberes, Guillermo de Orange sale del comedor cuando es abordado por Jauregui que le dispara a bocajarro. Parece que el arma no funcionó bien, aun así el proyectil atravesó al conde de Nassau por debajo de la oreja y salió por el lado izquierdo de la mandíbula. Durante dos semanas estuvo gravísimo, pero consiguió recuperarse.

Jauregui fue muerto en el sitio por miembros del séquito de Guillermo de Orange y, gracias a documentos que hallaron en su poder, se apresó y ejecutó a Venero y al padre Timmermans.

¿Y que fue de Añastro?

El incitador de todo había salido zumbando de Amberes, en dirección a Brujas, en el mismo momento que se puso en marcha el atentado. Se presentó ante Alejandro de Farnesio, Capitán General del Ejercito de Flandes, y reclamó la recompensa. Nunca la cobró, Farnesio alegó que no se había cumplido y no ocultó jamás la repugnancia que le inspiraba Añastro y el hecho en si, aunque lo hubiera impulsado Felipe II.

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