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30 de abril de 2024

El Wilhelm Gustloff como buque hospital, en el puerto de Danzig en 1939

El Wilhelm Gustloff como buque hospital, en el puerto de Danzig en 1939Bundesarchiv / Wikimedia Commons

El hundimiento del Gustloff, la mayor tragedia náutica de la historia

El transatlántico, joya de la corona de Adolf Hitler, se hundió en las aguas del mar Báltico llevándose consigo la vida de más de 9.000 personas, la mayoría niños y civiles refugiados evacuados de Polonia

A principios de 1945 el final de la Alemania nazi empezaba a tomar forma. El Ejército Rojo arrasaba los territorios orientales de Prusia, Polonia, Curlandia (parte oeste de Letonia) y Memel. Los altos mandos de la marina alemana sabían que la guerra estaba perdida y conscientes de que los civiles serían masacrados por las tropas soviéticas decidieron destinar todos los buques disponibles al mar Báltico para evacuar a más de dos millones de soldados, heridos, mujeres, niños, ancianos, colaboracionistas y prisioneros en la operación Aníbal, una de las evacuaciones más grandes de la historia. El buque Wilhelm Gustloff sería uno de aquellos más de 1.000 navíos destinados para el rescate.
Evacuación de refugiados

Evacuación de refugiados

El MV Wilhelm Gustloff llevaba a bordo alrededor de 10.000 personas cuando el 30 de enero de 1945 un torpedo soviético impactaba en el gigantesco buque alemán provocando su hundimiento en las gélidas aguas del mar Báltico. Más de nueve mil personas, la mayoría de ellas civiles, perecieron en su interior intentando escapar del avance soviético durante la Segunda Guerra Mundial.

De crucero a buque hospital

Hitler destinó el buque a España para recoger a la Legión Cóndor, los soldados alemanes que combatieron junto a Franco en la Guerra Civil española

El transatlántico fue construido por órdenes directas de Adolf Hitler con la finalidad de servir como crucero vacacional para la población obrera germana y bautizado en memoria del político nacionalista suizo Whilhelm Gusttloff con propósito propagandístico. En 1938 entró en servicio; su viaje inaugural zarpó en abril con destino a la isla de Madeira, en Portugal. A pesar de su gran lujo y potencial en el mundo del ocio, desempeñó esta función solo hasta 1939 cuando Hitler destinó el buque a España para recoger a la Legión Cóndor, los soldados alemanes que combatieron junto a Franco en la Guerra Civil española.
Orquesta de la policía militar tocando en la cubierta (Oslo, 1940)

Orquesta de la policía militar tocando en la cubierta (Oslo, 1940)Bundesarchiv / Wikimedia Commons

Su siguiente destino fue Gotenhafen, la actual ciudad de Gdynia, en Polonia. Poco tiempo después, fue transformado en buque hospital y anclado en el puerto polaco de Danzig (actual Gdansk) hasta mayo de 1940. A lo largo de su casco blanco se le pintaría una franja verde y el emblema de la Cruz Roja Internacional en la chimenea. Durante ese tiempo sirvió en Oslo a los heridos de la Wehrmacht, las fuerzas armadas alemanas.
Pasado algunos meses, la marina de guerra alemana (la Kiregsmarine) haría uso del Gustloff como buque nodriza de los submarinos y trasladado a la ciudad polaca de Szczecin en octubre de ese mismo año. Y en 1943 fue repintado de gris y revestido con ametralladoras, borrando sus antiguas características de buque hospital. Regresaría a Gotenhafen para ser el buque cuartel y el alojamiento de la armada.

Última misión

El inminente avance de las fuerzas soviéticas hacia territorio alemán a través de Prusia Oriental obligó a los alemanes residentes en la zona a escapar de la guerra. La Kiregsmarine envió al Gustloff a su última misión: la Operación Aníbal con el objetivo de rescatar a refugiados civiles y militares. Junto al buque alemán se encontraron cruceros como el Deutschland y el Admiral Scheer o los transatlánticos Goya y General von Steuben, aunque el Wilhelm Gustloff era el mayor de todos.
Refugiados alemanes huyendo

Refugiados alemanes huyendoBundesarchiv / Wikimedia Commons

El 30 de enero de 1945 el buque debía trasladar refugiados desde Danzig y Pillau, dos de los puertos principales donde los alemanes intentaban huir de la guerra. Miles de personas embarcaron superando su capacidad máxima: oficialmente llevaba unas nueve mil personas, pero la realidad es que más de 10.500 acabaron dentro del barco.
A 60 millas de Stolpmünde, el submarino soviético S-13 comandado por el capitán Alexander Marinesko disparó a las 21:20 horas tres torpedos que impactaron bajo la línea de flotación del Wilhelm Gustloff. Bastaron escasos minutos para que el transatlántico volcara y se hundiera a unos 45 metros de profundidad. Cerca de 10.000 personas perdieron la vida en el que fue la mayor catástrofe marina de la historia. Tras la ofensiva, diferentes embarcaciones que escoltaban al buque acudieron al lugar del hundimiento consiguiendo salvar a unas 1.000 personas.
Refugiados alemanes en el Puerto de Pillau, 26 de enero de 1945

Refugiados alemanes en el Puerto de Pillau, 26 de enero de 1945Bundesarchiv / Wikimedia Commons

El Gobierno nazi no quiso desmoralizar aún más al ya atormentado pueblo alemán divulgando la tragedia sufrida en el Báltico. Tampoco los aliados quisieron explicar al mundo que acababan de hundir barcos civiles repletos de refugiados y prisioneros. Por ello, se cubrió de silencio aquel acontecimiento hasta que el cine (primero en 1959 con Darkness fell in Gotenhafen y más tarde en 2008 con Die Gustloff) y la literatura (Lágrimas en el mar de Ruta Sepetys) volvieron a sacar a luz la historia.
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