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03 de mayo de 2024

Banco de Ámsterdam ilustrado en la obra "Nederlands: De Dam met Paleis en Waag" de Jan Van Kessel (1641-1680)

Banco de Ámsterdam ilustrado en la obra «Nederlands: De Dam met Paleis en Waag» de Jan Van Kessel (1641-1680)

John Law: el timador que provocó la primera gran crisis financiera

John Law acabó desarrollando una teoría por la cual un banco podía emitir bonos/billetes por valor de los intereses de sus acciones que podrían acabar sustituyendo el dinero en metálico ( oro, plata) como forma de pago

John Law (1671–1729) nació en Edimburgo, hijo de un exitoso orfebre que le dejó una buena cantidad de dinero y la propiedad del castillo de Lauriston, frente a la ría de Forth. En 1692 viajó a Londres donde se dedicó a dilapidar su patrimonio en inversiones arriesgadas y en las mesas de juego –fue ludópata toda su vida–. Dos años después, el 9 de abril de 1694, tuvo un sonado duelo con uno de los más elegantes miembros de la sociedad londinense: Edward «Beau» Wilson. Resulta que este individuo debía cierta cantidad de dinero a Elizabeth Villiers, ex amante del Rey Guillermo III de Inglaterra y Escocia. Cuando se le requirió la devolución no solo se negó en rotundo, además amenazó con hacer pública cierta escandalosa información en relación con la señora.
Elizabeth Villiers azuzó al joven, inexperto y ya insolvente John Law contra el «Beau» Wilson. Law dejó seco en un duelo a su adversario, librando de sus problemas a la señora. Pero la justicia veía las cosas de manera mucho más cruda y condenó a John Law a muerte por lo que tuvo que salir, precipitadamente, del Reino Unido. En Ámsterdam tuvo una epifanía al conocer el sistema de acciones al portador de la compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y otros avances financieros que hacía de los Países bajos la economía más ágil y activa del mundo.
Contagiado con el gusanillo, viajó a Génova y a Venecia trabajando como agente cambista al tiempo que profundizaba en los arcanos –para mi insondables– de las finanzas y la economía. John Law acabó desarrollando una teoría por la cual un banco podía emitir bonos/billetes por valor de los intereses de sus acciones que podrían acabar sustituyendo el dinero en metálico ( oro, plata) como forma de pago. «Lo importante es la confianza», afirmaba.
John Law

John Law

En Francia, que estaba en una situación económica desastrosa encontró oídos atentos a sus nuevas ideas y, gracias al apoyo del duque de Orleans, creó la Banque Generale en mayo de 1716. Orleans, que era Regente del Reino, concedió al nuevo banco licencia, por un periodo de treinta años, para emitir billetes canjeables por oro o plata. La emisión inicial –a la que seguirían muchas más– fue de 1.200 acciones con un valor de 500 libras tornesas cada una. Al año siguiente el Gobierno de Francia autorizó el uso de los billetes para el pago de los impuestos.

El siguiente paso fue que se le concediera el monopolio del comercio, gobierno y explotación de la Luisiana

La idea de John Law se desarrollaba brillantemente. El siguiente paso fue que se le concediera el monopolio del comercio, gobierno y explotación de la Luisiana, a través de la «Compagnie d´Occident» que había creado expresamente para ello. El gobierno de Francia concedió privilegios, tanto a la compañía como a su propietario (el Banque Generale) lo que hizo que las acciones de ambos fueran cada vez más atractivas. El uso de las armas reales le obligó a cambiar de nombre y, ya como «Banque Royale» pasó a ser –de hecho– el primer banco central de Francia.
En mayo de 1719 la Compañía de Occidente absorbió a la Compañía de las Indias Orientales y de la China formando la Compañía de Indias, que sería más conocida como Compañía del Missisippi. En septiembre la Compañía prestó a la corona 12.000.000 de libras tornesas y esta, agradecida, le entregó el cobró de los impuestos del reino. Todo esto se financiaba con la emisión de acciones y las sucesivas ampliaciones de capital, tanto del banco como de la compañía del Missisippi.

Los billetes que emitía el Banque Royale se convirtieron en moneda oficial y legal, se prohibió la exportación de oro y plata así como atesorar los mismos

De las 500 libras, de valor inicial de las primeras acciones (las más cotizadas), se elevo a 1000 libras en junio, 4000 en agosto y en marzo de 1720 se pagaban a 12,500 libras la acción. Es durante estos meses que se acuñó la palabra «millonario» y John Law fue nombrado Inspector General de las Finanzas del Reino. Estaba en la cúspide de su gloria. Los billetes que emitía el Banque Royale se convirtieron en moneda oficial y legal, se prohibió la exportación de oro y plata así como atesorar los mismos. Para entonces los billetes que emitía el Banque Royale superaban por cuatro veces el valor del metal que tenían en sus depósitos. La solución: una reducción oficial del precio de la acción. Se acuerdan del principio que postulaba John Law de que lo importante es la confianza, pues este fue el principio del fin.
Papel moneda endosado por John Law, 1718

Papel moneda endosado por John Law, 1718

Los inversores salieron a la calle y la presión popular obligó –seis días después– a dar marcha atrás. Pero el daño ya estaba hecho. Los accionistas perdieron la confianza y reclamaron los pagos en oro y plata. Cundió el pánico y el valor de las acciones cayó en picado. Esta fue la primera «Burbuja Bursátil» de la historia. John Law fue su promotor y creador pero, también, fue el creador y promotor en Occidente de la moneda, pero, por encima de todo creó una crisis fiscal, que heredaría Luis XVI y tendría una gran responsabilidad en la caída de la monarquía francesa.
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