Una bandera de Bélgica ondeando con los colores a la inversa de lo que marca la Constitución
Bélgica celebra su día nacional: ¿por qué lleva dos siglos con la bandera del revés?
Según la Constitución, las franjas deberían ser horizontales y en el orden inverso al que se colocan
Hoy es 21 de julio y es fiesta nacional en Bélgica, un país de relativamente reciente creación por mucho que su historia nos suene lejana (y española). Cada 21 de julio, los belgas salen a la calle para conmemorar el día que el Rey de Bélgica, Leopoldo I, juró por primera vez la Constitución.
Lo curioso de esa constitución es que establecía uno de los emblemas característicos del país que, sin embargo, nunca llegó a ponerse en práctica. La bandera de Bélgica que hoy todos conocemos no se diseñó así, sino a la inversa: rojo, amarillo y negro en lugar de negro, amarillo y rojo.
En España por mucho que le dieran la vuelta a la bandera seguiría siendo igual si no fuera por el escudo. Sin embargo, el estandarte belga cambia radicalmente invirtiendo los colores, que fue precisamente lo que pretendían los que defendían la bandera del revés.
Al separarse de los Países Bajos, Bélgica empezó a utilizar la bandera francesa, pero pronto se dieron cuenta de que si querían una identidad propia también deberían tener sus propios colores. Se optó entonces adoptar los de la revolución brabanzona de 1787 que dio lugar a los efímeros Estados Unidos de Bélgica.
Aquella primera enseña evolucionó hasta convertirse en la bandera oficial, con franjas horizontales rojas, amarillas y negras, en ese orden, según marca el artículo 193 de la Constitución de Bélgica, que fue proclamada en febrero de 1831.
Sin embargo, surgieron los que pensaban que esa bandera se parecía demasiado a la de los Países Bajos –roja, blanca y azul, también en horizontal–. Como querían dejar atrás todo lo que tuviera que ver con el pasado, el Gobierno provisional publicó un decreto cuando la Carta Magna iba camino de imprenta en el que se establecía que los colores de la bandera deberían ponerse en vertical y con el rojo pegado al mástil.
Pocos hicieron caso, ya que desde el principio los barcos de la Marina belga comenzaron a colocar la enseña invertida, con el negro pegado al mástil. Dicha práctica se fue extendiendo a lo largo y ancho del país, lo que obligó al Gobierno a publicar un nuevo decreto en septiembre de 1831 estableciendo el orden de los colores en la bandera como el pueblo quería.
Sin embargo, el artículo de la Constitución que hablaba de la bandera nunca se cambió, por lo que, todavía a día de hoy, se sigue usando mal el estandarte según la Carta Magna. Los colores deberían ser rojo, amarillo y negro, en ese orden, y dispuestos en vertical. Es el único país del mundo cuya bandera no se rige por lo que marca la Constitución.
Comentarios
