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04 de mayo de 2024

Referéndum sobre el Estatuto vasco-navarro del 5 de noviembre de 1933 en Éibar

Referéndum sobre el Estatuto vasco-navarro del 5 de noviembre de 1933 en Éibar

El momento en que el pueblo vasco decidió su autogobierno

Con la toma de Bilbao, 19 de junio de 1937, quedó derogado el Estatuto y los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa. El Estatuto vasco solo estuvo en vigor ocho meses

Cuando se aprobó la Constitución de 1931, en su artículo 12 se establecía que toda región española que quisiera acceder a su autonomía debía cumplir una serie de requisitos. ¿Cuáles? Que lo propusieran un número de ayuntamientos que sumaran dos terceras partes del censo de la región; que lo aceptaran por los menos dos terceras partes de los electores del censo de la región mediante un referéndum; y finalmente, que lo ratificaran las Cortes españolas.

Proyecto Estatuto de Estella

El País Vasco empezó a movilizarse para conseguir la autonomía. En un primer momento, se puso en marcha un proyecto que se llamó Estatuto de Estella. Este no prosperó por razones jurídicas y políticas. Por eso, el 6 de agosto de 1933 tuvo lugar en Vitoria una asamblea de ayuntamientos. En ella 83 ayuntamientos de Guipúzcoa votaron a favor de la autonomía, dos en contra y hubo cuatro abstenciones; en Vizcaya fueron 115 a favor y una abstención; en Álava votaron a favor 41, 26 en contra y 10 abstenciones. Esto dio como resultado un texto, conocido como Estatuto de las Gestoras, siendo elaborado por las Comisiones Gestoras de las Diputaciones Forales.
Una vez pasado el trámite del primer punto del artículo 12 de la Constitución, se convocó un referéndum o plebiscito, para que la ciudadanía votara a favor o en contra de la autonomía. Este se llevó a cabo el 5 de noviembre de 1933. Aquel referéndum tenía el apoyo de nacionalistas, republicanos y socialistas. En contra estaban los tradicionalistas, la derecha y los comunistas.
Mitin a favor del Estatuto Vasco

Mitin a favor del Estatuto VascoEnciclopedia Navarra

Con anterioridad, el 29 de octubre de 1933 se aprobó un decreto para su realización. El referéndum coincidió, en el tiempo, con las elecciones parlamentarias que se llevaron a cabo el 19 de noviembre de 1933. Recordemos que estas se convocaron como consecuencia de la crisis en el gobierno de Manuel Azaña. El decreto del 29 de octubre se aprobó ante la solicitud de varios grupos políticos, entre ellos la Federación de Vizcaya del PSOE, pidiendo la intervención de los partidos políticos en las mesas electorales. Una vez aprobado Acción Republicana, Partido Radical-Socialista Independiente y Federación Socialista vizcaína publicaron una nota que no sentó demasiado bien a sus bases…
«Desde luego el Decreto de 29 de octubre concede derecho de intervención, pero este derecho, por la perentoriedad de los plazos que se especifican, no puede ejercerse… Las corporaciones y entidades a las que el decreto concede el derecho a intervenir, aparte de que nunca fueron la verdadera representación del pueblo, no tienen tiempo hábil ni aun para distribuir las convocatorias».

La jornada de votos

Azaña recomendó, el 4 de noviembre, a los republicanos que votaran el Estatuto. La Federación Socialista dejó libertad a sus afiliados. No hubo oposición a que se votara afirmativamente. Los monárquicos alfonsinos, en un documento hecho público, declararon su adhesión «a la idea fundamental del proyecto». Recomendaron que se votara, aunque en aspectos del contenido y tramitación no estaban de acuerdo.
La jornada transcurrió sin incidentes. Pudieron ejercer su derecho al voto los mayores de 23 años y las mujeres. Hubo una elevada participación. El censo electoral era de 489.887 personas. De ellas votaron 426.309, un 87,02 %. Votaron a favor 411.756 personas; en contra 14.196; 63.578 abstenciones; 357 votos nulos y blancos. El artículo constitucional decía que el quórum exigido para que el Estatuto del País Vasco fuera aprobado tenía que ser de 326.591 votos a favor. La cifra fue superada en 85.164 votos.
Una vez superado este segundo escollo quedaba el definitivo. Esto es, que las Cortes españolas lo ratificaran. Ahí el proceso se encalló por varias circunstancias. La primera es que la distribución de la cámara, después de las elecciones de noviembre, dio mayoría a las derechas. La segunda, las alegaciones de los tradicionalistas alaveses. Denunciaron posibles irregularidades en el referéndum. La última se refiere a las elecciones llevadas a cabo en Álava. Hubo un bajo porcentaje de votantes. En aquella provincia votaron a favor un 79,27 %. Esa cifra equivalía al 46,41 % del censo electoral.

La aprobación final tuvo lugar el 1 de octubre de 1936, en plena Guerra Civil. Aquel estatuto estableció la formación de una región autónoma formada por Álava, Guipúzcoa y Vizcaya

En las otras dos provincias acudió el 90 % de la población. Esos datos suponían que, en esa provincia, no se habían cumplido los requisitos de mayorías. Con lo cual se tuvo que suspender la tramitación del Estatuto de Autonomía. En algún momento se pensó en separar Álava de la región autónoma vasca. Lo cual no se hizo.
La tramitación del Estatuto quedó suspendida hasta febrero de 1936. En aquella ocasión había en las Cortes españolas una amplia mayoría de izquierdas. La aprobación final tuvo lugar el 1 de octubre de 1936, en plena Guerra Civil. Aquel estatuto estableció la formación de una región autónoma formada por Álava, Guipúzcoa y Vizcaya. En verdad, el Estatuto no entró en vigor en Álava y una parte de Vizcaya al formar parte de la zona nacional.
Jose Antonio Agirre in the 1933 Aberri Eguna. Donostia-San Sebastian, Gipuzkoa, Basque Country

Jose Antonio Aguirre en el Aberri Eguna de 1933. Donostia-San Sebastián, Gipuzkoa, País Vasco

La guerra impidió que se celebraran elecciones. Se incluyó en el Estatuto una disposición adicional, por la cual el presidente del gobierno vasco sería elegido por los concejales municipales de los ayuntamientos no ocupados. El 7 de octubre de 1936 resultó elegido José Antonio Aguirre. Como escribe José Luis de la Granja…
«De octubre de 1936 a junio de 1937, el Gobierno de Aguirre transformó lo que era un Estatuto de mínimos en una autonomía de máximos y convirtió a Euskadi, que nació entonces por primera vez en la historia como entidad jurídico-política, en un pequeño Estado semindependiente con todos sus atributos: mantuvo relaciones exteriores a través de sus delegaciones en el extranjero, sobre todo en Francia y Gran Bretaña; formó el ejército regular de Euskadi, con unos 40.000 soldados encuadrados en 90 batallones de partidos y sindicatos, mandado políticamente por Aguirre como consejero de Defensa; acuñó moneda y expidió pasaportes; reorganizó la justicia, con la Audiencia Territorial, el Tribunal Popular y el Tribunal Militar de Euskadi, y concedió indultos; creó la Universidad vasca y numerosos organismos de todo tipo».
Con la toma de Bilbao, 19 de junio de 1937, quedó derogado el Estatuto y los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa. El Estatuto vasco solo estuvo en vigor ocho meses.
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