
Génesis - Elcano, el buque escuela de la Princesa Leonor
En vídeo, la fascinante historia del Juan Sebastián de Elcano, el buque escuela de la Princesa Leonor
Vea el programa realizado por el canal Génesis del Hub de la Universidad CEU San Pablo
Bienvenidos a Génesis, el hogar de la cultura, el escaparate de la historia, la ventana del arte. En el programa de hoy hablaremos del buque Juan Sebastián de Elcano. Os suena, ¿verdad? Pues sí, ha estado de moda últimamente, dado que la princesa Leonor, la heredera del trono español, ha estado embarcada y ha sido su casa flotante, Elcano, en los últimos meses.
Si queréis conocerlo, quedaos anclados a vuestras pantallas porque empieza el programa en el que lo vais a descubrir. La Princesa está en el Juan Sebastián de Elcano desde enero, pero el barco lleva usándose desde hace casi un siglo.
Salió a la mar en 1928, y desde entonces ha servido como barco de instrucción para la Armada española, ya que su objetivo es formar a los guardiamarinas, que serán los futuros oficiales de la Armada. El caso de doña Leonor es particular, porque sus compañeros están todos en tercero de carrera antes de ser oficiales.
La Princesa, sin embargo, está recibiendo una formación especial y, por eso, ha ido directamente al buque escuela. La travesía, todo hay que decirlo, está lejos de ser un crucero. Se levantan a las siete menos cuarto y dedican el día a aprender, porque estar en el velero incluye recibir clases de 18 asignaturas: desde navegación o meteorología hasta derecho marítimo, pasando, por ejemplo, por liderazgo o táctica. El objetivo está claro: aprender a navegar, el léxico marino, compañerismo, a estar en la mar en las duras y en las maduras, y a tratar con gente distinta.
Bueno, es que el recorrido suele rondar las 20.000 millas, así que pasan por unos cuantos países y conocen a todo tipo de gente. Están cinco meses a bordo y, cuando recalan en los puertos, suelen tener tiempo libre. Eso no quiere decir que el barco esté quieto y cerrado.
De hecho, cuando recala en algún puerto, el Juan Sebastián de Elcano ejerce su segunda función: es prácticamente una embajada. Tanto locales como españoles que viven fuera pueden visitar el barco cuando permanece en puerto.
Funciona de esta forma como un escaparate de nuestro país. Lo que se pretende es que quienes lo vean queden impresionados y cautivados por este particular velero bergantín. La máxima velocidad registrada por el barco es de 17 millas náuticas, unos 32 kilómetros por hora. Es un velero, pero no va siempre a toda vela. Un secreto: tiene motor. Y es que, aunque lleve 97 travesías, ha cruzado el Atlántico plenamente a vela solo en 11 ocasiones, cuando el viento ha estado más a favor.
Ello no impide que las velas de Elcano sean espectaculares. Son cuatro mástiles que, además, deben sus nombres a los barcos escuela que antes tuvo la Armada. El recorrido que hace el Juan Sebastián de Elcano varía cada año y se adapta.
Esta, por ejemplo, es la ruta que está siguiendo doña Leonor. La Princesa partió de Cádiz, pasó por Tenerife y Las Palmas, en Canarias; Salvador de Bahía, en Brasil; o Montevideo, en Uruguay. El viaje sigue por Punta Arenas y Valparaíso (Chile), Lima y El Callao (Perú), Ciudad de Panamá, Cartagena de Indias (Colombia), Santo Domingo (República Dominicana) y, finalmente, Nueva York.
El precursor fue Juan Sebastián Elcano, que da nombre al barco. Se trata de una figura de la historia de nuestro país porque fue quien completó la primera vuelta al mundo.
Pero, ¿sabe la gente quién fue Elcano? Hemos salido a preguntarlo. Al preguntar por Leonor de Borbón, todo el mundo piensa en la Princesa que está ahora mismo en el Juan Sebastián de Elcano. Pero ¿qué pasa cuando se pregunta por el hombre que da nombre al barco en el que está ahora doña Leonor? ¿Conoce la gente a Elcano? Salimos a preguntarlo.
La expedición de Elcano fue salvaje. Para ayudarnos a entenderla está con nosotros Eduardo de Mesa, doctor en Historia y coordinador del Instituto de Estudios Históricos del CEU San Pablo. Él nos cuenta la historia. Lo importante es que eran empresas conjuntas entre la Corona y sus súbditos, y si eres súbdito, eres español.
Nos despedimos ya. Hasta pronto en el próximo Génesis. Adiós.