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29 de abril de 2024

Acto fundacional en el Teatro Calderón de Valladolid

Acto fundacional en el Teatro Calderón de ValladolidFalange española de las JONS

90 años

El día que Valladolid fue testigo de la fusión de la Falange y las JONS

El 4 de marzo de 2024, se cumplen 90 años de la unión de dos organizaciones que protagonizaron buena parte de la vida política española el siglo pasado y la presencia del fascismo en España

Estas fechas, el 4 de marzo de 2024, se cumplen 90 años de la unión de dos organizaciones que protagonizaron buena parte de la vida política española el siglo pasado y la presencia del fascismo en España. Una era FE, la Falange Española de José Antonio Primo de Rivera, nacida en octubre de 1933. La otra más antigua, fueron las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalistas, JONS.
Pergeñadas al calor de una publicación, La Conquista del Estado y de la mano de un pensador radical, Ramiro Ledesma Ramos, cuya primera edición vio la luz el 14 de marzo de 1931, un mes antes de la proclamación de la Segunda República española, un periódico cuya finalidad declarada era nacionalizar el espíritu de las masas anarcosindicalistas cuya opción por la acción directa compartían. No pudo ser.
Ruiz de Alda (centro) junto a Valdecasas y Primo de Rivera, en el mitin fundacional de Falange en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933

Ruiz de Alda (centro) junto a Valdecasas y Primo de Rivera, en el mitin fundacional de Falange en el Teatro de la Comedia de Madrid, el 29 de octubre de 1933

En 1933, por un lado Falange necesitaba crecer para no vegetar como un partido marginal, heredero de la Unión Monárquica y simplemente compuesto por los partidarios incondicionales de Primo de Rivera. También necesitaba definirse con más claridad y para ello, el piloto militar Ruiz de Alda y el abogado José Antonio comentaron la necesidad de acercarse a las belicosas JONS, producto de la unión previa de Ramiro Ledesma con Onésimo Redondo, abogado sindicalista agrario y próximo a Herrera Oria.
Entre el mitin de la Comedia y el entierro de Matías Montero, asesinado al volver a su casa del voluntariado en la Cruz Roja por pistoleros socialistas, había logrado crear un cierto interés en la opinión pública, una brecha de atención que las JONS nunca habían tenido, aunque eran mucho más antiguas y habían realizado acciones como el asalto a la asociación de amigos de la URSS.
La unificación no era coser y cantar, había problemas, como por ejemplo el déficit en el escueto programa falangista de un sentido social profundo tan tajante como el de la ideología 'jonsista'. Ledesma también pensaba que Falange estaba demasiado saturada del fascismo italiano, idea que compartía el propio José Antonio.
En cualquier caso y a pesar de los pesares, ambas organizaciones consideraban que era contraproducente mantener la mutua independencia con un ideario tan similar en la base. La salida más lógica era el pacto.

La unión de dos organizaciones

A principios de 1934, Falange había ganado la batalla de la afiliación con unos dos mil miembros, mientras que los jonsistas apenas eran 300 en toda España. Y de hecho, los patrocinadores optaban preferentemente por José Antonio y su Falange dado que eran menos radicales que los nacionalsindicalistas del grupo de Ramiro Ledesma. Además, Falange tenía representación parlamentaria con dos diputados en las Cortes republicanas.
El Consejo Nacional jonsista, para decidir la unión, por prohibición de la Dirección General de Seguridad republicana tuvo que celebrarse de forma clandestina en un ático de la hoy llamada Gran Vía. El único consejero que se opuso tajantemente a la fusión con Falange Española fue Santiago Montero Díaz, mientras que el más favorable fue Giménez Caballero que llegó a proponer la disolución de las Juntas y su ingreso en FE.
El líder nacionalsindicalista, Ramiro Ledesma, veía en Falange Española graves errores pero que podían ser corregidos. Al fin, a la reunión se incorporaron como invitados José Antonio Primo de Rivera y Ruiz de Alda. Uno de los problemas fue diseñar la dirección y liderazgo dado que Falange estaba a favor del mando unipersonal, mientras que las JONS 'ramiristas' defendían la dirección colectiva.

Un acuerdo con siete puntos

Ese día de febrero llegaron a un acuerdo de siete puntos. En el primero daban por creada la organización FE de las JONS, el nombre más largo de formación política alguna: Falange Española de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista. Este nombre disgustó a José Antonio, que hubiera preferido mantener las siglas claras y breves de FE.
El punto dos, por imposición de Ledesma, consideraba imprescindible que el nuevo movimiento no se prestara a confusiones con grupos derechistas. También en él se recusaba como mandos del nuevo movimiento a los camaradas mayores de 45 años, manteniendo así la pujanza juvenil.
El punto cuatro hacia una afirmación nacional sindicalista de la acción directa revolucionaria. El punto seis recogía como emblemas del nuevo movimiento los de las JONS: la bandera roja y negra y el yugo y las flechas de los Reyes Católicos. El punto siete pedía la elaboración de un programa concreto en que se recogiera la opción por la unidad, el anti marxismo y una línea económica revolucionaria que asegurase la redención de la población obrera y campesina y de los pequeños industriales.

Los falangistas tuvieron que modificar algunos aspectos de su discurso político incorporando el tono y los contenidos de la propaganda 'jonsista' que era mucho más radical

Con ello se produjo un giro doctrinal, dado que los falangistas tuvieron que modificar algunos aspectos de su discurso político incorporando el tono y los contenidos de la propaganda 'jonsista' que era mucho más radical.

Toma forma el nacionalsindicalismo

Ledesma y José Antonio hablaron juntos por primera vez el 25 de febrero en un pueblo de Toledo, Carpio del Tajo. Fue José Antonio, quien afirmó allí: «Sin duda, con el propósito de molestarnos, se nos dijo salud y revolución. Pues bien, eso, lejos de molestarnos, es lo que queremos, salud para nosotros y para vosotros y para vuestros hijos, y revolución, la profunda y verdadera revolución, no la revolución con cuya promesa os están engañando a vosotros y a vuestros padres y a vuestros abuelos desde hace más de un siglo. La revolución hemos de hacerla todos juntos. Y así nos traerá la libertad de todos, no de la clase o la del partido triunfante. Nos hará libres a todos al hacer libre y grande y fuerte a España». El nacionalsindicalismo tomaba forma en la nueva organización.
El acto público de unificación tuvo lugar en el Teatro Calderón de Valladolid, el 4 de marzo de 1934. Se eligió esa ciudad por ser una de las más pujantes y con mayor presencia. Y también por estar liderada por Onésimo Redondo que quedaba fuera del triunvirato de mando de la nueva organización. Aunque en realidad Redondo era prácticamente el único que podía presumir de tener seguidores en el mundo agrícola por sus actividades sindicales y su creación de cooperativas. Hablaron Onésimo Redondo, Ramiro Ledesma y José Antonio, como oradores principales.
José Antonio rechazó los vivas con los que fue recibido: «Aquí no puede haber aplausos ni vivas para Fulano ni para Mengano. Aquí nadie es nadie, sino una pieza, un soldado en esta obra, que es la obra nuestra y de España.
Puedo asegurar al que me dé otro viva que no se lo agradezco nada. Nosotros no sólo no hemos venido a que nos aplaudan, sino que casi os diría que no hemos venido a enseñaros. Hemos venido a aprender. Tenemos mucho que aprender de esta tierra y de este cielo de Castilla los que vivimos a menudo apartado de ellos. Esta tierra de Castilla, que es la tierra sin galas ni pormenores; la tierra absoluta, la tierra que no es el color local, ni el río, ni el lindero, ni el altozano. La tierra que no es, ni mucho menos, el agregado de unas cuantas fincas, ni el soporte de unos intereses agrarios para regateados en asambleas, sino que es la tierra; la tierra como depositaria de valores eternos, la austeridad en la conducta, el sentido religioso en la vida, el habla y el silencio, la solidaridad entre los antepasados y los descendientes. Y sobre esta tierra absoluta, el cielo absoluto».
El 19 de abril de 1937, el general Francisco Franco en Salamanca decretó la fusión política del bando rebelde, mediante el cual se unificaban bajo su mando los partidos políticos FE de las JONS y la Comunión Tradicionalista, creándose un nuevo partido único distinto con el nombre de Falange Española Tradicionalista y de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (FET y de las JONS). Pero esa es ya otra historia.
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