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17 de mayo de 2024

Dos de mayo: entrada del ejército libertador liderado por el general Serrano

Dos de mayo: entrada del ejército libertador liderado por el general Serrano

El general Serrano, el (otro) héroe en la liberación de Bilbao durante el asedio carlista

Este 2 de mayo también conmemoramos los 150 años del levantamiento del cerco de Bilbao, un hecho histórico desarrollado durante la tercera guerra carlista

Desde el 29 de diciembre de 1873, las tropas carlistas tenían bloqueada la ría de Bilbao con intención de tomar la ciudad, dado el valor comercial de su puerto. Bilbao era entonces la capital más rica y el mayor foco liberal del País Vasco. Sitiada durante cuatro meses, febrero a mayo de 1874, se lanzaron sobre ella implacables bombardeos buscando el agotamiento físico y moral de sus habitantes.
En pocos días la población bilbaína padeció hambre y necesidades, pero la ciudad, defendida heroicamente por el general Castillo, resistió hasta el 2 de mayo, en que fue rescatada por el Ejército liberal mandado por el capitán general Francisco Serrano, duque de la Torre.
En la madrugada del 25 de febrero de 1874, Moriones, general en jefe del Ejército del Norte, a las tres de la madrugada, comunicaba, por medio de un parte telegráfico, que el Ejército liberal había sufrido un importante revés frente a las tropas carlistas. No había podido forzar las fortificaciones enemigas de San Pedro de Abanto, y aunque conservaba Somorrostro y la comunicación con Castro Urdiales, pedía refuerzos y que otro general se encargara del mando.
Nada más recibir el telegrama de Moriones, Serrano, entonces presidente del Poder Ejecutivo de la República, convocó el Consejo de Ministros. Considerada la gravedad de la situación, se discutió la decisión a tomar, ofreciéndose Serrano para sustituir a Moriones, como general en jefe del Ejército del Norte. El Consejo de Ministros acordó que Serrano se mantuviese como presidente del Poder Ejecutivo de la República, conservando como jefe del Estado las facultades y atribuciones que figuraban en el Título IV de la Constitución de 1869, en vigor; que el general Zavala, ministro de Guerra, fuese el presidente del Gobierno y que, al día siguiente, 26 de febrero, Serrano partiese hacia el Norte, acompañado por el vicealmirante Topete, ministro de Marina.
Nada más llegar a Cantabria, Serrano reorganizó las fuerzas. Durante los días 25 al 27 de marzo, entró en combate a lo largo de la línea de Somorrostro. Pero al intentar romper el centro de la defensa carlista, la zona más defendida, sufrió una importante pérdida de hombres y material, fracasando en el ataque.
Telegráficamente, pidió ayuda al general Zavala. Necesitaba un cuerpo auxiliar de doce mil hombres para levantar el sitio de Bilbao. Zavala barajó varios nombres, entre ellos el del general Pavía, capitán general de Madrid. Pero el general Manuel Gutiérrez de la Concha, marqués del Duero, se ofreció para mandar este cuerpo auxiliar.

Serrano y Concha

Aunque Serrano sabía que Concha era uno de los hombres clave de Cánovas en la restauración de Alfonso XII, dado su gran prestigio militar, dio su conformidad al ofrecimiento de éste, que se incorporó con un Cuerpo de Ejército de quince mil hombres.
Una vez reunidos Serrano y Concha en el campamento de Somorrostro, centro de operaciones del Ejército liberal, decidieron como actuar. Dividieron el campo enemigo en dos sectores: del Occidental, se ocuparía Concha, que contaría para mandar las divisiones con los generales Martínez Campos, Echagüe y Reyes. Del Oriental se encargaría Serrano con sus tropas que, en la noche del 30 de abril, coronaron las cimas de los Montes Galdames y las Gargantas del Montano, deshaciendo las posiciones carlistas. Concha, en un movimiento envolvente, tomó el Paso de las Muñecas obligando a los carlistas a retirarse. Ambas operaciones, que supusieron un importante éxito del Ejército liberal, lograron levantar el cerco de Bilbao.
Después de la victoria, Serrano que había llegado a Portugalete y estaba más cerca de Bilbao que Concha, a las diez de la mañana del día 2 de mayo, pudo haber entrado en la ciudad recibiendo él solo las aclamaciones de sus habitantes.
Pero, el general Serrano con un gesto de caballerosidad, –muy propio suyo–, permaneció hasta las dos de la tarde en Somorrostro, hora en la que acompañado del vicealmirante Topete, y de su Estado Mayor, partió hacia Bilbao dando tiempo a Concha a llegar primero y ser aclamado por los bilbaínos.
Cuartel general de Serrano en Somorrostro, dibujo de Vierge

Cuartel general de Serrano en Somorrostro, dibujo de Vierge

Al caer la tarde Serrano entró en Bilbao con su acompañamiento, reuniéndose allí con el marqués del Duero y sus tropas. Al día siguiente, 3 de mayo, se congregaron los jefes y oficiales de la guarnición y de la milicia local, en la diputación de Bilbao. El general Castillo, defensor de la ciudad durante el sitio, en nombre de sus habitantes, de sus compañeros de armas, y también en el suyo propio, dio las gracias a sus libertadores, pronunciando unas sentidas palabras.
El general Serrano le contestó felicitándole por la defensa que él y sus hombres habían realizado. Después dijo unas emocionadas palabras, pidiendo al auditorio que reservase su gratitud para Concha. Las frases de Serrano conmovieron a éste, fundiéndose ambos en un abrazo.
En la misma ceremonia, el alcalde de Bilbao nombró hijos adoptivos de la ciudad al duque de la Torre y al marqués del Duero. Y para subrayar su agradecimiento, a partir de 1875, al acercarse la fecha del levantamiento del asedio de Bilbao, el Ayuntamiento envió al general Serrano, año tras año, un telegrama de gratitud, incluso después de su fallecimiento, –26 de noviembre de 1885–, haciéndoselo llegar a su viuda, la duquesa de la Torre.
El gesto de caballerosidad del general Serrano ha sido la causa de que en las publicaciones que tratan este hecho histórico, se escriba que quien levantó el sitio de Bilbao fue el general Manuel Gutiérrez de la Concha. Al general Serrano ni siquiera se le cita.
He comprobado que, a día de hoy, el general Gutiérrez de la Concha y otros generales del Ejército liberal, tienen una calle en Bilbao. Sin embargo, no existe ni un solo recuerdo para el general Serrano, que siendo jefe del Estado, se ofreció en Consejo de Ministros, el 25 de febrero de 1874, para ocuparse, como general en Jefe del Ejército del Norte, de organizar y dirigir el levantamiento del cerco de Bilbao.
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