
La famosa biblioteca de Ashurbanipal en Nínive
Cinco grandes bibliotecas del Mundo Antiguo que fueron destruidas
Aunque algunas sucumbieron al paso del tiempo, otras fueron arrasadas por saqueos, incendios y guerras. La pérdida de estos santuarios del saber fue un gran retroceso en la preservación del conocimiento
Las ciudades más grandes de la antigüedad, como Alejandría, Pérgamo, Roma, Constantinopla y Nínive, entre otras, tuvieron majestuosas bibliotecas donde los eruditos acudían a estudiar. En ellas albergaban textos escritos en papiros o rollos de cuero, así como en tablas de cera o arcilla e incluso en códices de pergamino en los que se trataban todos los temas. Todas fueron enormes centros culturales en sus respectivas épocas al igual que ejemplo de nuestra incansable búsqueda de sabiduría.
Aunque algunas sucumbieron al paso del tiempo, otras fueron arrasadas por saqueos, incendios y guerras. La pérdida de estos santuarios del saber fue un gran retroceso en la preservación del conocimiento.
Nínive
Fue el centro del saber de la capital asiria de Nínive. Su construcción se inició con el rey Sargón II y ampliada por el rey Asurbanipal, el gran rey del Imperio neoasirio. Con él la capital de Asiria gozó de un gran esplendor en el siglo VII a.C., que además de su fama de despiadado líder, era un intelectual interesado por la cultura, llevándole a impulsar la creación de un repositorio que contuviera todo el conocimiento y la sabiduría de los pueblos de Mesopotamia y las regiones circundantes.

Reconstrucción de los palacios de Nínive hecha por Austen Henry Layard en 1853
Así, la biblioteca albergó miles de tablillas de arcilla con escritos en cuneiforme de diversos temas como la gramática, listas oficiales de reyes y ciudades, así como tablillas sobre la religión, arte y literatura. Sin embargo, fue destruida en el 612 a.C., cuando la ciudad fue saqueada por los babilonios.
Siglos más tarde, un equipo de arqueólogos que excavaba en las antiguas ruinas de Nínive (actual Mosul en Irak), desenterró los restos de este espacio proporcionando a los investigadores una ventana a la civilización mesopotámica. Entre los objetos se halló un fragmento del Poema de Gilgamesh, considerado la obra épica más antigua conocida.
Alejandría
Considerada como la mayor biblioteca de la antigüedad, en ella, bajo la dinastía Ptolemaica de Egipto, se logró reunir una gran cantidad de importantes obras científicas y literarias de la época: tenía como finalidad compilar todas las obras del ingenio humano para crear una suerte de «colección inmortal para la posteridad», según indica National Geographic.

Vista de la biblioteca de Alejandría, Egipto
De esta manera, a mediados del siglo III a.C. y bajo la dirección del poeta Calímaco de Cirene, se cree que la biblioteca poseía cerca de 490.000 libros, una cifra que dos siglos después había aumentado hasta los 700.000, según Aulo Gelio. Aunque son cifras discutidas.
Por otro lado, a pesar de que muchos historiadores han tratado de esclarecer la causa de destrucción de este espacio de conocimiento, existe una falta de evidencias que sostengan una tesis definitiva. Lo cierto es que la biblioteca no fue destruida en un solo evento. El más conocido fue el incendio provocado en el año 48 a.C. por Julio César. Durante el ataque, el fuego se extendió hasta la biblioteca.
Pérgamo
Su construcción se debe al rey Átalo I Sóter y su hijo, Eumenes II, que se encargaría de agrandar y fomentar la biblioteca, llegando a convertirse en el centro de conocimiento más famoso y respetado después de la Biblioteca de Alejandría: su intención era convertir a la ciudad en el gran foco de la cultura helenística para rivalizar con la Alejandría de la dinastía Ptolemaica.

Acrópolis de Pérgamo, por Friedrich Thierch
De este modo llegó a acumular hasta 200.000 volúmenes, la mayoría escritos en pergamino. Sus instalaciones sirvieron como escuela para estudios gramaticales, aunque estaban enfocados a la filosofía estoica. Según cuenta la leyenda, tras el incendio de Alejandría y como recompensa por las pérdidas, Marco Antonio donó gran número de los volúmenes de la biblioteca de Pérgamo al centro cultural Ptolemaica. De cualquier modo, Pérgamo fue cayendo en declive debido a los conflictos políticos y aunque la biblioteca continuó existiendo, su importancia disminuyó con el tiempo.
Ulpia en el Foro de Trajano
Formó parte del inmenso complejo de edificios que mandó construir el emperador Trajano en el año 112 y llegó a ser una de las bibliotecas más famosas del Imperio romano. Conocida como la biblioteca dual de Trajano, estaba compuesta por dos estructuras separadas: una para las obras escritas en latín y otra para aquellas en griego.

Biblioteca Ulpia en el Foro de Trajano (Ilustración de James E. Packer)
La biblioteca de Ulpia se pensó para que se convirtiera en el archivo público de a ciudad de Roma, además de ser el centro de estudios más grande de la Ciudad Eterna. Por ello, llegó a albergar más de 20.000 rollos que contenían registros sobre la población de la ciudad, a lo que se sumaron otros textos provenientes en su mayor parte de la biblioteca privada de Epaphrodites de Cheronea.
A diferencia que otras bibliotecas contemporáneas, ésta se mantuvo en activo más que ninguna otra ya que superó varias guerras y conflictos, hasta la caída completa del Imperio romano a mediados del siglo V.
Constantinopla
Ubicada en la capital del Imperio bizantino (la actual Estambul), fue la última de las grandes bibliotecas del mundo antiguo. Fue fundada por Constancio II, el emperador que estableció un scriptorium para que las grandes obras de literatura griega, ya deterioradas, pudieran copiarse y conservarse.

Caída de Constantinopla en 1453
Fue guardiana del conocimiento durante casi 1.000 años y se cree que llegó a albergar unos 100.000 volúmenes de textos antiguos. En 1204 sufrió grandes daños durante el saqueo de francos y venecianos en la Cuarta Cruzada y muchos de los ejemplares fueron destruidos o robados. Más tarde, con el declive del Imperio bizantino y la posterior caída de Constantinopla en 1453 a manos del Imperio otomano, muchas de las colecciones de la biblioteca se perdieron o desaparecieron.