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Alzando la bandera en Iwo Jima. Fotografía de Joe Rosenthal

Alzando la bandera en Iwo Jima. Fotografía de Joe Rosenthal

Hace 80 años de la icónica foto

¿Fue un montaje? La historia detrás de una de las imágenes más icónicas de la Segunda Guerra Mundial

Durante décadas, Joe Rosenthal, el autor de esta emblemática foto, tuvo que refutar los argumentos de quienes aseguraban que su imagen era un montaje

Tras cinco días de cruenta batalla, seis marines estadounidenses colocaron la bandera de su país sobre la colina más alta de la isla de Iwo Jima, un bastión que los japoneses defendieron ferozmente. Ocurrió el 23 de febrero de 1945 y el fotógrafo Joe Rosenthal tuvo la fortuna de inmortalizar aquel momento histórico. Dos días después, la instantánea sería la portada de todos los periódicos de Estados Unidos y poco después, ese mismo año, la ya aclamada imagen, obtuvo el Pulitzer.

Terminado el conflicto, aquella fotografía que capturó la emoción de aquel momento, se convertiría en una de las más conocidas y representativas de la victoria estadounidense en el conflicto. No obstante, además de despertar el orgullo de una nación, también generó polémica y críticas. Esta es la historia detrás de esta emblemática fotografía.

A finales de 1944, los estadounidenses comenzaron su ofensiva en el Pacífico, conquistando varias islas alrededor del archipiélago japonés con el objetivo de rodearlo y poder realizar el ataque final. Iwo Jima, era una isla valiosa por su posición estratégica a medio camino entre Japón y las islas Marianas y Guam. Además de ser un bastión de defensa para las fuerzas aéreas japonesas frente a los ataques estadounidenses, sus estaciones de radar permitían alertar a las grandes ciudades niponas con horas de antelación.

Por ello, Estados Unidos veía en la conquista de esta isla una vía favorable para poder invadir Japón. Después de hacerse con el control de Iwo Jima en febrero de 1945, el fotógrafo Joe Rosenthal apuntó con su cámara Graflex 4x5 en el momento exacto en el que varios soldados alzaban la bandera de barras y estrellas en lo alto del monte Suribachi. Sin embargo, pasada la emoción y el orgullo, la perfección de esta fotografía empezó a chirriar.

Lo cierto es que, antes de que el fotógrafo de Associated Press (AP) llegara a la cima, a 169 metros de altura, un equipo de marines ya había izado una pequeña bandera estadounidense. De hecho, fue el fotógrafo de la Marina, el sargento Louis Lowery, quien capturó el momento en el que erigieron la bandera. Según narran James Bradley en Banderas de nuestros padres el comandante del segundo batallón, Chandler Johnson, ordenó al capitán Dave E. Severance enviar una sección y tomar la montaña, pero antes de que partiera, el comandante le dio una bandera al capitán y dijo: «Si llegas a la cima, ponla».

Fotografía de Lowery tomada en el momento que se alzó la bandera por primera vez

Fotografía de Lowery tomada en el momento que se alzó la bandera por primera vez

Pero segundos más tarde, las tropas japonesas, al ver ondear la bandera estadounidense, empezaron a dispararlos. «Al agacharse para protegerse, la cámara de Lowery se rompió y este tuvo que descender para buscar su equipo de repuesto. Por el camino se topó con Rosenthal, que aún tenía dificultades para llegar a la cima, y le dio la mala noticia: la bandera ya estaba izada», recoge National Geographic.

Pero aquello no desanimó al fotógrafo americano, que aún tenía dificultades para llegar a la cima: «Conforme el sendero se volvía más escarpado, empecé a preguntarme y a desear que el esfuerzo valiera la pena», declaró el propio fotógrafo de AP más adelante.

Al llegar a lo alto del monte, vio que un segundo grupo de marines se preparaba para alzar una segunda bandera más grande, pues por órdenes del alto mando, la bandera de estadounidense debía ser visible desde toda la isla: «Por el rabillo del ojo había visto a los hombres empezando a levantar la bandera, y él osciló la cámara y capturó la escena», describe el historiador Derrick Wright en su obra La batalla de Iwo Jima 1945.

Bob Campbell, otro fotógrafo presente en la cumbre del Suribachi, pudo encontrar un ángulo que le permitiera fotografiar el momento en que se intercambiaban las dos banderas

Bob Campbell, otro fotógrafo presente en la cumbre del Suribachi, pudo encontrar un ángulo que le permitiera fotografiar el momento en que se intercambiaban las dos banderasBob Campbell

Un malentendido que llevó a confusión

Rosenthal sacó varias fotos más entre las que se encuentra un posado de 16 marines y dos enfermeros alrededor de la bandera. Cuando se revelaron las fotos, alguien preguntó al fotógrafo de la Associated Press si habían posado para la foto. Rosenthal contestó que sí al pensar que se refería a la foto grupal.

Aquel malentendido trascendió a la prensa: Robert Sherrod, corresponsal de Time-Life, envió un telegrama a sus editores en Nueva York en el que afirmaba que Rosenthal había hecho posar a los marines y más tarde, en el programa de radio de la revista Time Views The News, se difundió un reportaje en el se le acusaba de haber subido al Suribachi cuando la bandera ya estaba izada y «como la mayoría de los fotógrafos no pudo resistirse a acomodar a los personajes en una pose histórica».

Tras sacar la foto del alzamiento de la bandera en el monte Suribachi, Rosenthal pidió a 16 marines y a dos enfermeros que posaran para esta foto de grupo

Tras sacar la foto del alzamiento de la bandera en el monte Suribachi, Rosenthal pidió a 16 marines y a dos enfermeros que posaran para esta foto de grupoJoe Rosenthal

Como resultado, Rosenthal fue acusado de haber escenificado la foto o al menos de haber encubierto la primera vez que se alzó la bandera. Durante décadas, Rosenthal tuvo que refutar los argumentos de quienes aseguran que su fotografía había sido manipulada: «Joe pasó el resto de su vida defendiendo la que se consideraba una 'imagen falsa'», declaró en una entrevista Hal Buell, editor fotográfico ejecutivo de AP.

Aquel rumor, que desprestigiaba su trabajo, persistió incluso tras una investigación en la que las autoridades militares y los editores de al revista Life concluyeron que era una foto auténtica, según explica National Geographic.

«Si hubiera trucado aquella toma, la habría arruinado –aseguró Rosenthal en una ocasión–. Yo habría cogido menos hombres. Habría hecho también que giraran sus cabezas para que pudieran ser identificados por miembros de AP por todo el país y no habría resultado nada parecido a la imagen existente».

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