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Un empleado de biblioteca nacional de Suecia junto al códice, 1929

Un empleado de biblioteca nacional de Suecia junto al códice, 1929Biblioteca Nacional de Suecia

Picotazos de historia

El Códice Gigas: el manuscrito medieval más grande del mundo envuelto en leyendas oscuras

El emperador Rodolfo II, un apasionado del ocultismo, formó un gabinete de curiosidades con los objetos más asombrosos que existían y en tal colección no podía faltar este códice

En el siglo XIII, en el monasterio benedictino de Podlazice, situado en el reino de Bohemia (actual República Checa), se escribió un códice, un libro singular que, por varios motivos, destaca entre todos aquellos que nos han llegado y que conocemos como el Códice Giga o Códice del Diablo.

Cuenta una leyenda –recogida en el catálogo del gabinete de curiosidades del emperador Rodolfo II, con fecha de 1635, en donde estaba entonces– que un monje del monasterio había quebrantado gravemente sus votos. Condenado a morir emparedado y tratando de eludir tan desagradable final, ofreció escribir, en una sola noche, un libro tal que diera perpetua gloria al monasterio.

Los monjes le permitieron que tal cosa hiciera, pero pronto se dio cuenta el condenado de que no podría cumplir con lo prometido. Desesperado –«hágase el milagro y hágalo el Diablo», dice el refrán–, invocó a Satanás para que acudiera en su ayuda, trocando su alma a cambio. Aceptando el trato, se puso a trabajar con gran denuedo. Al amanecer, tenía listo el códice del que trata el presente artículo. El monje, para dejarnos constancia de la verdadera autoría, dibujó una gran figura que representa al demonio y que le ha dado nombre.

Codex GigasBiblioteca Nacional de Suecia

El códice, el de mayor tamaño del mundo, es una gigantesca obra formada por 624 gruesas páginas de pergamino, protegidas por dos planchas de madera cubiertas de cuero y adornadas con tachones metálicos, que forman la cubierta y la contracubierta del tomo. El libro tiene 92 centímetros de altura por 50 de ancho y cuenta con un grosor de poco más de 22 centímetros. Su peso es de 75 kilogramos. Se calcula que le faltan unas once páginas del principio.

El libro está iluminado con profusas ilustraciones de color rojo, verde, amarillo y dorado. En el lado derecho (recto es el nombre técnico) del folio 290 –según algunos estudios, en realidad es el 289–, correspondiente a la página 577 en la versión digital, encontraremos la famosa imagen que ha dado nombre al códice. La figura del diablo –que ocupa toda la página– está enfrentada (esto es, tiene en la página anterior) con una representación en el reverso del folio que nos muestra el Reino de los Cielos.

La figura del Diablo está representada de cuclillas, con los brazos levantados. Está desnudo, excepto por un taparrabos hecho con lo que se cree que puede ser armiño (símbolo de la realeza). Tiene grandes cuernos de color rojo. Sus manos y pies tienen cuatro dedos cada uno y están armados con grandes garras. La cabeza es grande, la boca está llena de afilados dientes y, de dentro de ella, sale una lengua bífida, como la de las serpientes.

Contenido del códice

El grueso tomo contiene la Biblia en su versión Vulgata (versión en latín escrita por san Jerónimo en el siglo IV), Las Etimologías de san Isidoro de Sevilla, la Crónica Boemorum de Cosme de Praga, las Antigüedades judías de Flavio Josefo y varios tratados más sobre filosofía e historia. Además, contiene un listado de milagros realizados por miembros de la orden benedictina, el listado de la comunidad del monasterio, noticias locales, etc. En conjunto, forma una cantidad asombrosa de información y conocimiento compilado en un solo tomo.

Aparte del hecho de sus dimensiones gigantescas –les vuelvo a recordar que es el códice de mayor tamaño del mundo–, causa asombro comprobar que los más de 140 metros cuadrados de piel están cubiertos por una caligrafía precisa y uniforme. Esta no muestra alteración, como si el amanuense no hubiera sufrido períodos de enfermedad o alteración caligráfica debido a la edad. Se ha calculado que se necesitarían unos veinte años para escribir todo el texto; sin embargo, da la sensación de haber sido escrito por la misma mano y en un período de tiempo relativamente corto. Aunque aparecen algunos textos en griego demótico y ciertos añadidos escritos con caracteres cirílicos, la práctica totalidad del códice está escrita en latín.

Una de las páginas del códice

Como les comenté anteriormente, leyendas aparte, el libro fue creado por un amanuense del monasterio de Podlazice, de la orden benedictina. Este monasterio sería destruido durante las guerras husitas (así llamadas por el reformador religioso Jan Hus, que enfrentaron a sus seguidores con el Imperio entre 1419 y 1434) junto con todo lo que contenía.

Afortunadamente, el códice fue trasladado, en el año 1245, al monasterio cisterciense de Sedlec, cabeza de la orden monástica en el reino de Bohemia, por ser el primer asentamiento que tuvieron. En 1447, el códice volvió a ser trasladado, esta vez a la archiabadía de Břevnov, en el distrito de Praga. La archiabadía, dedicada a san Adalberto de Praga, conservó el códice en su biblioteca hasta el año 1593.

El emperador Rodolfo II, un apasionado del ocultismo, formó un gabinete de curiosidades con los objetos más asombrosos que existían. En tal colección no podía faltar el Códice del Diablo, y allí fue trasladado por indicación del propio emperador. En 1648, las tropas suecas saquearon Praga durante el conflicto denominado Guerra de los Treinta Años (1618-1648), que asoló Centroeuropa.

El Codex Gigas, junto con otras muchas piezas del gabinete de curiosidades y otros recuerdos tomados durante el saqueo, viajó con destino a Suecia como parte del botín de guerra. Desde entonces, el códice ha permanecido en la Biblioteca Real de Estocolmo, a donde tendrán ustedes que viajar si quieren contemplar esta singular obra.