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Pedro Sánchez visita el mausoleo de Ho Chi Minh, el líder comunista

Pedro Sánchez visita el mausoleo de Ho Chi Minh, el líder comunistaEFE

Quién fue Ho Chi Minh, el represor comunista al que Sánchez ha puesto flores en Vietnam

Su régimen estuvo marcado por una severa persecución política, implantación del terror y ejecuciones masivas

Vietnam ha sido la primera parada del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en su gira asiática. Su agenda ha transcurrido íntegramente en Hanói, donde ha aprovechado para realizar una visita al mausoleo de Ho Chi Minh, el líder comunista que sumió al país en una sangrienta dictadura.

«He expresado la cercanía del pueblo español con una ofrenda floral en el monumento a sus héroes y una visita al mausoleo del presidente Ho Chi Minh», expresó Sánchez, tras el homenaje, en su cuenta de X. Pero lejos de ser un líder brillante que luchó por la independencia de Vietnam, el Tío Ho —como le llamaban sus camaradas— fue «un dictador comunista que manipuló el nacionalismo de sus súbditos», expresa el escritor estadounidense Michael Lind en su obra Vietnam: La guerra necesaria: una reinterpretación del conflicto militar más desastroso de Estados Unidos.

¿Quién fue realmente?

Nació en 1890 como Nguyễn Sinh Cung, pero a los diez años cambió de nombre siguiendo la tradición confucionista. En aquel entonces, Vietnam era una colonia francesa, conocida como Indochina francesa, pero bajo el gobierno nominal de un emperador. En 1911, Ho aceptaría un trabajo en un trasatlántico francés, lo que le permitió viajar por el mundo.

Vivió en Londres y París, donde tomó contacto con el Partido Comunista. En 1923, visitó Moscú para participar en varios congresos de la Internacional Comunista. Sin embargo, fue en el comunismo francés donde encontró la ideología más adecuada para combatir el colonialismo francés y japonés durante el periodo de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial, y ayudar a sus compatriotas a ganar la independencia.

Ho Chi Minh (1890-1969) Presidente del Gobierno Revolucionario Indochino Con Pham Vong DandGTRES

Tras su estancia en Rusia, viajó a China, donde promovió los ideales revolucionarios, y en Hong Kong fundó el Partido Comunista Indochino en 1930. Debido a sus ideas políticas, estuvo encarcelado hasta 1940, cuando fue liberado y regresó a su país.

«Cuando regresó a Vietnam como Ho Chi Minh, el patriota ya no existía. En su lugar estaba un asesino brutal dedicado a expandir el comunismo por Asia», indica el investigador independiente Paul Schmehl, en su artículo ¿Quién fue Ho Chi Minh? Un asesino en masa engañoso publicado en «Veteranos de Vietnam por una historia real», una página web cuya misión es «proporcionar datos de historiadores profesionales, testigos presenciales y participantes en la guerra de Vietnam para corregir los mitos y mentiras en torno a esta contienda», aseguran en su carta de presentación.

«Un asesino en masa»

Cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial, las potencias aliadas dividieron el norte y el sur de Vietnam por el paralelo 17. En el norte, Ho se convirtió en presidente de la recién creada República Democrática de Vietnam, tras imponerse a Francia en la guerra. A partir de entonces, impulsó una política comunista a gran escala para «concentrar todos sus esfuerzos en la lucha por la unidad y la independencia completa de todo el país», tal y como afirmó en un discurso el 22 de julio de 1954.

Pero la obra de Lind revela que «casi un millón de habitantes de Vietnam del Norte huyeron del gobierno de Ho Chi Minh en la década de 1950». Su régimen estuvo marcado por una severa persecución política, implantación del terror y ejecuciones masivas.

Entre 1953 y 1956, llevó a cabo una reforma agraria diseñada para eliminar a los supuestos «terratenientes» en favor de los campesinos. La realidad fue que entre 50.000 y 100.000 personas fueron ejecutadas públicamente, muchas sin juicio y acusadas de ser «enemigos del pueblo», según las estimaciones del historiador francés Stéphane Courtois en El libro negro del comunismo: Crímenes, terror y represión.

Hồ Chí Minh (tercero por la izquierda, de pie) en 1945.

En 1955, Ho inició una guerra civil contra Vietnam del Sur. Según explica Schmehl, Vietnam del Sur «gozaba de independencia y libertad» a pesar de todas las acusaciones «sobre la corrupción, la naturaleza autocrática del gobierno survietnamita o la supresión de algunos medios de prensa» que el norte argumentó para entrar en guerra. «Todos los argumentos sobre la no pueden ocultar el hecho de que tenían libertad de prensa, elecciones abiertas, partidos de la oposición y una crítica política estridente y abierta siempre que no promoviera la versión comunista de la verdad», detalla el investigador.

Y advierte que «cuando el Norte derrotó al Sur, el mantra de Ho de independencia y libertad, una realidad [que ya existía] en Vietnam del Sur, fue barrido en una brutal represión de toda oposición comunista».

«Como el hombre responsable de la expansión del comunismo en Vietnam, Camboya y Laos, Ho Chi Minh es directa e indirectamente responsable por las vidas de 1,7 millones de camboyanos, 2 millones de vietnamitas y posiblemente 230.000 laosianos. Estas no son muertes de guerra, sino personas asesinadas, muertas de hambre o 'reeducadas' hasta morir. En 1995, Vietnam reveló que perdió 1.1 millones de militares durante la guerra», denuncia Schmehl en su artículo publicado en 2014.

Memoria histórica selectiva

La reacción al homenaje del presidente del Gobierno a un dictador sangriento ha generado diversas críticas. Mientras que algunos han considerado este gesto como parte del protocolo habitual en visitas de Estado —Yoon Suk-yeol (Corea del Sur), Barack Obama (Estados Unidos) o Xi Jinping (China) son algunos de los líderes internacionales que también han realizado esta ofrenda floral—, para muchos otros este acto supone una legitimación simbólica de una dictadura que atentó contra los derechos humanos.

«Pedro Sánchez ordenó desenterrar a Franco tras 44 años bajo tierra por 'memoria democrática', pero deposita flores ante la estatua de Ho Chi Minh: líder comunista responsable de purgas políticas, ejecuciones masivas y más de 500.000 muertes. ¿Qué opinas?», reza uno de los muchos tuits que han criticado el homenaje de Sánchez al líder comunista.

Otro comenta: «Imagínate qué diría la prensa si Ayuso o Abascal le ponen flores a Franco, Hitler o Mussolini. Al PSOE no le molestan las dictaduras. Le molestan las dictaduras que no son de izquierdas».

Esta no es la primera vez que a Sánchez se le olvida su ley de memoria democrática. Ya lo hizo en 2023 realizaba una ofrenda floral ante la tumba de Hassan II, en Rabat. La larga etapa de Hassan II como representante de una monarquía absolutista fue altamente cuestionado en materia de derechos humanos por numerosas organizaciones e instituciones.