Fundado en 1910
Simo Häyhä apunta con su rifle desde su posición de francotirador

Simo Häyhä apunta con su rifle desde su posición de francotiradorArchivos Militares Finlandeses

Centinelas del silencio: estos son los francotiradores más letales de la historia

Su cometido no puede desligarse de consideraciones más hondas: la ética del combate, la defensa del bien común, la templanza frente a la violencia indiscriminada

A lo largo de la historia de la humanidad, la guerra ha ocupado un lugar central en la narrativa de la civilización. Pero dentro de este complejo arte existe una figura singular, solitaria y casi invisible, que ha despertado tanto admiración como temor: el francotirador. Centinela oculto, observador paciente, ejecutor letal. En su esencia, el francotirador representa una mezcla de técnica, autocontrol y, en muchos casos, un profundo sentido del deber. Su cometido —reducido muchas veces a cifras por la historiografía militar— no puede desligarse de consideraciones más hondas: la ética del combate, la defensa del bien común, la templanza frente a la violencia indiscriminada.

«La Muerte Blanca» al servicio de su patria

Nacido en Finlandia en 1905, Simo Häyhä ha sido el francotirador más letal de la historia. Su actuación durante la Guerra de Invierno (1939-1940), en la que Finlandia se enfrentó a la Unión Soviética, dejó una huella indeleble en la memoria bélica del siglo XX.

Armado únicamente con un M28 Pystykorva sin mira telescópica (variante finlandesa del fusil ruso Mosin-Nagant), Häyhä eliminó a más de 500 soldados enemigos en menos de cien días, en condiciones climáticas extremas y con temperaturas que llegaban a los 40 grados bajo cero. Entre sus técnicas para ser uno de los mejores francotiradores de la historia, se llenaba la boca de nieve para no soltar vaho y evitar ser visto.

Simo Häyhä tras ser condecorado con el fusil honorífico modelo 28

Simo Häyhä tras ser condecorado con el fusil honorífico modelo 28

También llegó a utilizar un subfusil Suomi KP/-31, con el que mató a otros doscientos soldados en un periodo de tres meses. En el año 1940 fue herido en el rostro por una bala explosiva, lo que le llevó a estar en coma un largo tiempo.

Más allá de la cifra, lo que hace de Häyhä una figura excepcional es su humildad, su fe luterana profundamente arraigada y su concepción del deber como una extensión del amor a la patria y al orden natural. Jamás buscó gloria ni recompensa. Tras la guerra, vivió retirado en su granja, en paz con Dios y con su conciencia, evitando cualquier protagonismo público.

Mosin-Nagant

Mosin-Nagant

Desde Stalingrado con precisión

En la otra cara del drama europeo de mediados del siglo XX, el soviético Vasili Záitsev encarnó la defensa desesperada de su tierra natal ante la invasión nazi. Su actuación durante la batalla de Stalingrado (1942-1943) —uno de los episodios más cruentos de la Segunda Guerra Mundial— fue legendaria. Záitsev eliminó a más de 225 soldados enemigos, incluidos numerosos francotiradores alemanes.

Vasili Záitsev (izquierda) durante la batalla de Stalingrado en 1942

Vasili Záitsev (izquierda) durante la batalla de Stalingrado en 1942

Aunque el régimen comunista soviético instrumentalizó su figura para fines propagandísticos, la historia real de Záitsev muestra a un hombre endurecido por la pobreza y la guerra, pero profundamente vinculado al deber con su familia, su pueblo y su tierra. Como muchos campesinos de la vasta estepa rusa, encontraba en la naturaleza y en la contemplación una fuente de serenidad antes de cada combate.

La dama letal que asombró al mundo

La historia del francotirador no es exclusiva del varón. Uno de los nombres más notorios del siglo XX es el de Ludmila Pavlichenko, una joven ucraniana que, enrolada en el Ejército Rojo, se convirtió en una de las más eficaces francotiradoras de todos los tiempos, con más de 300 bajas confirmadas.

Liudmila Pavlichenko empuñando un fusil semiautomático SVT-40 en 1942

Liudmila Pavlichenko empuñando un fusil semiautomático SVT-40 en 1942

Su desempeño en los frentes de Odesa y Sebastopol le valió el reconocimiento internacional. Sin embargo, fue herida por un proyectil de mortero en las operaciones desempeñadas en esta última localización, lo que hizo que tuviera que retirarse de la carrera militar. Una vez recuperada, Stalin la nombró instructora de la escuela de francotiradores soviética. A principios de los años cuarenta visitó Estados Unidos y fue la primera ciudadana soviética en ser recibida por el presidente Franklin D. Roosevelt en La Casa Blanca.

Honor, deber y autocontrol

En el contexto más reciente de la Guerra de Vietnam, el estadounidense Carlos Hathcock se consolidó como uno de los francotiradores más eficaces del siglo XX. Con 93 bajas confirmadas, Hathcock no solo destacó por su puntería prodigiosa, sino por su altísimo grado de control emocional y su código de honor.

Carlos Norman Hathcock II (1942 – 1999) es uno de los francotiradores más famosos de la historia de las fuerzas armadas de Estados Unidos

Carlos Norman Hathcock II (1942 – 1999) es uno de los francotiradores más famosos de la historia de las fuerzas armadas de Estados Unidos

Apodado «White Feather» por llevar siempre una pluma blanca en su sombrero, Hathcock se negaba a participar en asesinatos por contrato o a disparar sin un objetivo militar legítimo. Su vida posterior, marcada por el dolor físico y las secuelas de la guerra, fue un testimonio de entrega silenciosa y servicio a los demás. Dedicó sus años posteriores a entrenar a jóvenes tiradores, promoviendo una visión ética de la disciplina militar.

Una figura polémica con raíces cristianas

Más conocido por la adaptación cinematográfica de su autobiografía en American Sniper, Chris Kyle fue el francotirador más letal en la historia militar de los Estados Unidos, con más de 160 bajas confirmadas durante sus misiones en Irak, apodado por el régimen iraquí como Al-Shaitan Ramad (El Demonio de Ramadi).

En esta foto de archivo del 6 de abril de 2012, Chris Kyle, ex SEAL de la Marina y autor del libro American Sniper, posa en Midlothian, Texas

En esta foto de archivo del 6 de abril de 2012, Chris Kyle, ex SEAL de la Marina y autor del libro American Sniper, posa en Midlothian, Texas©GTRESONLINE

El 2 de febrero de 2013 fue asesinado junto a su compañero Chad Littlefield por Eddie Ray Routh, otro exmarine que sufría estrés postraumático debido a las secuelas que le provocó la guerra. Tras su muerte, su mujer, Taya Studebaker-Kyle fundó una organización sin ánimo de lucro para ayudar a aquellos soldados retirados y a sus familiares y así evitar situaciones de estrés postraumático como la que tuvo Ray Rputh.

Silencio y precisión

En tiempos donde el ruido mediático enaltece la violencia y el individualismo, la historia de los grandes francotiradores ofrece un contraste inesperado: hombres y mujeres que ejercieron su misión con sobriedad, precisión, silencio y, en muchos casos, con un gran sentido del deber. A pesar del uso de la fuerza, estos centinelas del silencio fueron testigos del dolor humano y, en muchos casos, buscadores de redención. Al recordarlos, no glorificamos la muerte, sino el sacrificio y la lealtad al deber. Valores que, en definitiva, siguen siendo luz en medio de un mundo lleno de sombras.

comentarios
tracking

Compartir

Herramientas