Alfonso XIII y los Regulares de África
La unidad de élite creada para combatir en Marruecos que desfilará en la Fiesta Nacional
Durante el tradicional acto castrense del 12 de octubre, desfilará en Madrid una representación del Grupo de Regulares de Ceuta n.º 54, la unidad más condecorada del Ejército
En la parada militar participarán la escuadra de gastadores del Grupo de Regulares de Ceuta, Mando y Plana Mayor de Mando, además de dos compañías del Tabor «Tetuán» n.º 1, acompañados por la Nuba (banda de guerra).
Creación de la unidad
Las Fuerzas Regulares Indígenas de Melilla fueron creadas el 30 de junio de 1911, con tropa mayoritariamente indígena al mando de oficiales y suboficiales españoles, poco antes del comienzo de la campaña del Kert. En gran medida, la creación de los Regulares, como posteriormente del Tercio de Extranjeros, fue una respuesta a la resistencia de la sociedad española a emplear soldados de reemplazo en las campañas de Marruecos. Aunque España había sido pionera en la utilización de tropas indígenas en tierras africanas. Hacia 1732 se crearon los Mogataces de Orán, los Tiradores del Rif fueron organizados en Melilla en 1859 y las Milicias Voluntarias de Ceuta nacieron en 1886.
Los primeros voluntarios con destino a las nuevas Fuerzas Regulares se alistaron en el Fuerte de Sidi-Guariach —hoy conocido como Fuerte la Purísima Concepción— en Melilla. Inicialmente organizados en un tabor (unidad de entidad batallón) de Infantería y un escuadrón de Caballería, los Regulares fueron puestos al mando del teniente coronel de Caballería Dámaso Berenguer y Fusté. Este militar, que llegaría a convertirse en presidente del Consejo de Ministros durante la «Dictablanda», fue encarcelado tras el advenimiento de la Segunda República. Tuvo el dudoso privilegio de ser último prisionero recluido en el Alcázar de Segovia.
Volviendo a la flamante unidad, su impronta de fuerza de choque se puso de manifiesto ya desde las primeras acciones de combate en las tomó parte. Tan pronto como el 15 de mayo de 1912 uno de sus miembros, el teniente de Caballería Jaime Samaniego y Martínez Fortún, recibió la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando en reconocimiento a su destacada actuación en la toma del poblado de Haddu Al-lal u Kaddur.
Reorganizaciones
Las brillantísimas actuaciones de las Fuerzas Regulares, siempre en vanguardia y en las situaciones de mayor riesgo, llevaron a que en julio de 1914 fuesen ampliadas a cuatro Grupos de Fuerzas Regulares Indígenas: Tetuán n.º 1, Melilla n.º 2, Ceuta n.º 3 y Larache n.º 4. Cada grupo estaba formado por dos tabores de Infantería a tres compañías y un tabor de Caballería a tres escuadrones.
Desde su creación los Regulares lucharon con incomparable valentía en cada acción en la que tomaron parte, demostrando una enorme preparación y una extraordinaria disciplina. Su arrojo los llevó, en más de una ocasión, a hacer el mayor de los sacrificios. Esto sería especialmente cierto en la Campaña de Annual, tras la cual se organizó el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas Alhucemas n.º 5. Su primer jefe fue el teniente coronel Rafael de Valenzuela y Urzaiz, quien posteriormente mandaría el Tercio de Extranjeros.
De África a Rusia
Entre otras operaciones clave durante la Guerra del Rif, los Regulares formaron parte de la vanguardia en la campaña de Desquite que siguió a la desorganizada retirada de Annual y también en el desembarco de Alhucemas. Esta intrépida operación militar llevó a la pacificación del Protectorado español.
También participaron las acciones militares llevadas a cabo para sofocar el levantamiento armado de Asturias de octubre de 1934 y estuvieron presentes en los principales frentes de la Guerra Civil. Además, tomaron parte en algunas operaciones específicas contra el maquis. Algunos de sus integrantes se unirían de forma voluntaria a la División Azul.
Elementos distintivos
Los Regulares pueden ser fácilmente identificados en cualquier parada militar, puesto que tienen muchos elementos que los diferencian del resto de unidades. Pero hay dos fundamentales: la uniformidad y el paso de desfile.
Una de las prendas más destacada es el tarbush, conocido también como fez. Se trata de un sombrero cilíndrico de fieltro rojo, hecho de una sola pieza y adornado con una borla negra. Otro elemento característico es la capa, formada por el alquicel, de color blanco y más ligero, y el sulham, una capa más gruesa de color azul en los Regulares de Ceuta y rojo en los Regulares de Melilla. Puede también citarse la Skara, bolsa de costado de cuero de marroquinería.
Un momento del tradicional desfile del 12 de octubre, uno de los actos conmemorativos del Día de la Fiesta Nacional
Por otra parte, son la única unidad que desfilan con dos pasos diferentes. Además del paso ordinario de 124 pasos por minuto, destaca el elegante paso Regular a 90 pasos por minuto, marcha que da porte y majestuosidad a los Regulares. De hecho, durante el desfile el día de la Fiesta Nacional los Regulares serán encuadrados en la 5.º Agrupación, de unidades con paso específico. Delante de ellos marchará el Tercio Gran Capitán, 1.º de La Legión, con su característico paso de 160 pasos por minuto.
Condecoraciones
Los Regulares acumulan el mayor número de condecoraciones individuales de todas las unidades del Ejército de Tierra español; un total de 52 Laureadas de San Fernando y 209 Medallas Militares. El Grupo de Regulares de Ceuta n.º 54 es el que más condecoraciones individuales posee, totalizando 15 Laureadas y 67 Medallas Militares.
En cuanto a las condecoraciones colectivas, la Bandera del Grupo de Regulares de Ceuta n.º 54 es la más condecorada del Ejército español, colgando de su moharra 10 Laureadas colectivas y 33 Medallas Militares.