Grandes gestas de la Historia
La Gesta de Enigma, las Spanish Enigma y españoles que descifraron códigos nazis
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El Museo Histórico Militar de Sevilla situado en plena Plaza de España es uno de los más visitados del país. Entre sus piezas más valiosas exhiben un artefacto que apasiona a un mundo interdisciplinar: aficionados a la Historia, a la matemática, la ingeniería, tecnología, la informática hasta al cine. se han sentido fascinados por la historia de una máquina singular: la Enigma.
La conservada en Sevilla, conocida en el mundo como Spanish K, está identificada con el código A-1234 y es uno de los escasos ejemplares que se conservan prácticamente intactos, y si se quisiera, en pleno funcionamiento… ya que lo único que tiene roto es una de las asas de la caja que la contenía.
'Enigma A1234', exposición temporal sobre espionaje y cifrado durante la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial
Enigma en España: una historia poco contada
Nuestro país fue campo de experimentación para la futura Segunda Guerra Mundial y también en el ámbito de la criptografía. Del griego Kriptos, oculto, y graphos, escritura, el arte de las claves secretas se hunde en la noche de los tiempos porque en un conflicto bélico es tan crucial lograr que el oponente no acceda a la información de las propias filas como obtener la máxima información del enemigo. Y precisamente el intentar romper las claves de la Enigma sucedería por primera vez en la Guerra Civil española.
Spanish Enigma
Según Ángel Tarifa, otra de las singularidades de la pieza sevillana es que se conoce toda su «biografía», es decir cómo se envió, cuándo y dónde estuvo…. Llegó a España a finales de 1936 con un primer lote de máquinas recibidas por el comandante Antonio Sarmiento responsable de los servicios de escucha y criptografía. Tuvo como destino la Legión Cóndor y recaló en la ciudad en 1938 asignada al Ejército del Sur, y en julio de 1939, pasó al Estado Mayor de la Segunda Región Militar.
Soldados sin rostro
En enero de 1937 llegó a España otra tanda de Enigma y las fuentes difieren si fueron compradas o regaladas por Alemania y si eran 20 o 30. El modelo K era sofisticado, pero no el más avanzado, porque los germanos eran conscientes del riesgo que corrían si caían en manos soviéticas de tanta preeminencia en el ejército frentepopulista.
De lo comercial a lo militar
La máquina original alemana fue diseñada para cifrar comunicaciones bancarias y empresariales y era menos compleja que las militares. Antonio Barro, capitán de navío, la describe como un dispositivo electromecánico, es decir con una parte eléctrica y otra mecánica y con teclas con las letras del alfabeto, como una máquina de escribir. Pero en realidad eran interruptores que accionaban dispositivos eléctricos y hacían mover unos cilindros rotatorios. Funcionaba mediante permutaciones: cada letra se transformaba en otra, y esa transformación variaba con cada pulsación.
Las fuerzas alemanas con las máquinas ‘Enigma’ durante la Segunda Guerra Mundial.
En 1927 los británicos compraron una Enigma y encargaron a su mayor experto en criptografía Dilly Knox que la analizara a conciencia. Pero poco pudieron ahondar ya que en breve Alemania prohibía su uso comercial para dedicarla solo al ámbito militar y en los años 30, el acceso a los mensajes del ejército alemán se convirtió en un muro infranqueable ya que sus posibles combinaciones superaban los trillones.
España y la máquina Enigma en los dos bandos
En España al comenzar la guerra civil ambos bandos utilizaban claves relativamente sencillas por lo que los mensajes eran rápidamente captados y descifrados. Incluso en muchos casos fueron las mismas. Sarmiento recuerda que las dos marinas utilizaron casi los mismos códigos durante meses. Pero enseguida los nacionales adelantaban a los republicanos en cuestiones criptográficas y organizaban ese mismo verano de 1936 el servicio de escucha y descriptado centralizándolo en el mismísimo cuartel general de Franco. El servicio recién creado actualizó códigos y claves y adquirieron las máquinas Enigma que se concentraron en el Estado Mayor de la Flota, en el Estado Mayor Naval y en el Estado Mayor de Cádiz y serían usadas por la Legión Cóndor, las marinas italiana, española y alemana, y todos los Cuerpos del Ejército del bando rebelde.
La Spanish Enigma utilizaba unos rotores modificados a medida con unas claves distintas a las suministradas de serie y gracias a ello, los británicos lograron avanzar en emular el funcionamiento de las Enigma. Además las señales de radio alemanas no se podían captar desde Gran Bretaña, pero sí se recibían las generadas por el ejército español que enviaban a Berlín, permitiendo a los británicos tener por fin señales cifradas reales con las que probar sus técnicas de descifrado.
El Bando rebelde utilizó la Enigma sobre todo para sus comunicaciones entre el Cuartel General en Salamanca, las diferentes unidades militares y sus dos representaciones en el exterior, Roma y Berlín. Su primer objetivo fue el evitar que el Gobierno de la República descifrara los mensajes relativos al inminente avance hacia la toma de Madrid. Sarmiento concluye que los rebeldes ganaron la batalla criptográfica por la organización, los sistemas de trabajo y la captación de un personal altamente cualificado como Díez de Rivera Casares, Iñiguez y Almech, Martínez Velasco, Fariñas Sagredo, Espinosa San Martín, Sarmiento León-Troyano o Sarmiento Farinós entre otros.
Cuartel General de Franco en Salamanca
Aunque en el bando republicano hubo grandes expertos en cifrado, nunca se le dio la importancia merecida. Sin embargo, sí ganaron la batalla de la propaganda, desinformación e intoxicación informativa del enemigo que también sería importante y que llevó en ocasiones al bando nacional a tomar decisiones en base a mensajes falsos. Curiosamente, la relevancia de los republicanos con la máquina Enigma vendría desde el exilio y con el llamado Equipo D, recién terminada la guerra civil.
Los polacos Z y Camazón, líder del Equipo D
Durante la guerra mundial acceder a la comunicación alemana se convertiría casi en una obsesión para los aliados. Convirtieron la mansión victoriana Bletchley Park en toda una instalación militar con un ejército paralelo de matemáticos, lingüistas, ajedrecistas y hasta aficionados a los crucigramas que trabajaban en la clandestinidad para lograr interceptar señales y desencriptar de sus claves.
Bletchley Park en la II Guerra Mundial
Los polacos habían tenido la inmensa suerte de interceptar una máquina Enigma que había sido enviada de Berlín a Varsovia. Por error los germanos olvidaron etiquetar la mercancía como valija diplomática. Así los polacos Marian Rejewski, Jerzy Rozycki y Henryk Zygalski consiguieron descifrar una parte de los mensajes que transmitía el ejército alemán antes de la Segunda Guerra Mundial. Integrado en el grupo Z diseñaron un «Enigma en paralelo» que llamaron bomba kryptologiczna que simulaba sus permutaciones y consiguieron un 75 % del descifrado. Tras la invasión alemana de Polonia, los Z pusieron a disposición de los británicos todo lo conseguido y se trasladaron al PC Bruno, un centro secreto en el castillo de Vignolles, al noroeste de París y desde allí, colaboraban en los equipos que se formaron en Bletchley Park. Estaba formado por 15 criptógrafos polacos, 9 franceses y 7 españoles, republicanos exiliados, conocidos como el Equipo D, liderados por Faustino Camazón.
Camazón con miembros del equipo polaco
Camazón nació en Valladolid en 1901. Estudiando Matemáticas en Madrid, descubrió un talento oculto: un inaudito don para los idiomas y fue bilingüe en cuatro y dominó doce y acabó contratado en las embajadas como profesor e intérprete.
Llegó a ser comisario de policía de la II República, pronto ingresaba en el SIM (Servicio de Investigación Militar). Su biografía sigue sumida en el misterio y cierta fantasía, como que aprendió árabe para participar en la captura de Abd el Krim. Algo imposible ya que el rifeño desde 1926 llevaba años en un cómodo exilio en la isla de Reunión, del que disfrutó dos décadas al bloquearse el proyecto de un comando falangista para apresarlo y juzgarlo en España, a modo del Mossad con los nazis décadas después.
Ficha de Faustino Camazón
Durante la Guerra Civil, Camazón fue nombrado jefe del servicio de inteligencia. Operó en el frente del Ebro, y cuando pasó la frontera, la Francia tan afín al a la República lo recluyó- como a tantos españoles que huían- en un campo de concentración. Otra fantasía casi cinematográfica afirma que Camazón utilizando al personal que sacaba la basura del campo logró enviar un mensaje al oficial francés Gustave Bertrand proponiéndole que si lo liberaban junto a su equipo, les ayudaría en la lucha contra el nazismo. Se ha demostrado que fue el propio Bertrand quien lo fue a buscar. Según Quirantes, los siete españoles fueron enrolados oficialmente en la Legión Francesa y vivieron bajo identidades falsas.
En Vignolles españoles, polacos y franceses trabajaron codo con codo con Bletchley Park casi tres años para descifrar mensajes entre Alemania, Italia, España y las zonas ocupadas del sur de Europa. Los Aliados estaban especialmente interesados en saber si España se uniría a la guerra en el bando de Hitler.
Edgar Allan Poe, apasionado de la criptografía: «Es dudoso que el género humano logre crear un enigma que el mismo ingenio humano no resuelva». Y así fue.
Fotograma de la película «Descifrando Enigma»
El británico Alan Turing acabó desarrollando una versión más avanzada de la bomba kryptologiczna. «Era como tener interceptado el intercomunicador de Hitler», dice su personaje en la película y consiguió romper la inviolabilidad del sistema nazi. Y en 1941 la Royal Navy abatía al submarino alemán U-110 y pudo hacerse con una Enigma y con el ansiado libro de claves. La captura se mantuvo en secreto para que no fuesen cambiadas. Uno de los hitos fue descubrir de las más de 150 billones de combinaciones posibles, que los mensajes casi siempre contenían dos palabras. En esto no se esmeraron mucho. ¿Cuáles eran?: «Heil Hitler»
Tras la guerra, Camazón trabajó en el Ministerio de Asuntos Exteriores francés, y en los 60 regresó a España sin sufrir como tantos miles de españoles que volvieron ninguna represalia y donde murió en 1982. La Universidad de Zaragoza conserva su biblioteca de 800 títulos en 150 lenguas.
Enigma y la División Azul
Las nuevas tecnologías iban reinventado el mundo criptográfico y este tipo de máquinas pronto quedaron obsoletas. Tardaron décadas en revelar que la Enigma había sido descifrada.
Posiblemente en nuestro país una de las últimas misiones de la encriptación llegó tras la llegada en el Semiramis de los cautivos de la División Azul en la Unión Soviética. Con generosidad también se había dado la posibilidad de regresar en él a niños de la guerra y republicanos. Buenos, sí, pero tontos no, organizaron una operación combinada con los norteamericanos para intentar determinar la existencia de espías infiltrados entre ellos.
Alan Turing
Personajes a la palestra y el valor de los Austrias en la criptografía
El cine ha conseguido que Bletchley Park y la hazaña de Alan Turing se hayan llevado los laureles de la fama, pero recientemente se ha revalorizado el papel de otros genios ocultos ingleses y el de las mujeres que intervinieron. En el caso español, también la relevancia de las Spanish K y la participación de españoles en el descifrado de los códigos nazis. Incluso yendo muy atrás en el tiempo, recientemente el CNI ha descifrado códigos utilizados por el Gran Capitán. Y Soler considera la época de los Austrias, y en concreto la de Felipe II, con diferencia la mayor potencia criptológica de su tiempo en todo el planeta.
Mujeres trabajando en Bletchley Park
Como caídas del cielo… nada menos que 26
Y como caídas del cielo, en 2008 aparecían en un inventario rutinario en el Cuartel General del Ejército de Tierra 26 Spanish Enigma en magnífico estado. Considerando que fueron 30 las que enviaron los alemanes, se ve que las cuidaron «como oro en paño».
Los británicos consideran el descifrado de Enigma una epopeya nacional y determinaron que las Spanish Enigma habían tenido gran protagonismo. Por ello, el Reino Unido solicitó formalmente -y consiguió- que le fueran prestadas dos en depósito. Una se expone en la sede del Government Communications Headquarters (GCHQ) y pueden imaginar dónde está la otra. En el mítico Bletchley Park, hoy sede de su Museo Nacional de Criptografía.
Joan Clarke, criptógrafa británica
Había 159 millones de millones de millones de combinaciones posibles de la Enigma. Todo lo que teníamos que hacer, era probar una por una. Pero si tuviéramos 10 hombres chequeando una combinación por minuto durante 24 horas, todos los días, los siete días de la semana... ¿Cuántos días creen que tomaría comprobar cada una de las combinaciones? Bueno, no son días, son años. Son 20 millones de años.
Estas palabras de Turing en la película hablan de la gesta que supuso el descifrado de Enigma, porque aunque algunos afirman que la criptología ha matado más gente que la bomba atómica, todos los investigadores coinciden en que con esta hazaña se acortó la guerra al menos dos años. Y como siempre, nos lleva a la reflexión de que hasta en los capítulos más insospechados siguen nombres por descubrir y méritos por reconocer en la Historia de España.