El actor Emilio Buale como Juan Latino
El primer profesor negro de Europa fue español: la increíble vida de Juan Latino
En el siglo XVI, un esclavo granadino llamado Juan Latino se convirtió en catedrático. Su vida revela el mestizaje y la riqueza cultural de la España Imperial
«El negro sabio de Granada», así llamaron los cronistas a un esclavo que se convirtió en catedrático en aquella España donde no se ponía el sol. La Leyenda Negra y el propio desconocimiento de la historia de España han generado un problema de comprensión sobre el pasado. España no tuvo colonias en América ni realizó un genocidio; la ciudad de México fue enclave comercial y centro cultural mucho antes de que lo fuera Madrid.
Estas afirmaciones no son opiniones forjadas en la leyenda rosa española; son hechos históricos que ningún historiador serio discute. Otro elemento esencial es el mestizaje, y es ahí donde aparecen historias tan desconocidas y al mismo tiempo apasionantes, como es la de Juan Latino, un esclavo de origen africano que llegó a ser catedrático. Esta es su historia.
La esclavitud era habitual en la Europa del siglo XVI; estaba regulada. Juan ya era esclavo cuando nació en 1518 en Granada. Era hijo de una esclava morisca que servía a la poderosa familia de los Fernández de Córdoba, estirpe guerrera surgida de la Reconquista. La esclavitud del siglo XVI español no era como la de las plantaciones de arroz en Estados Unidos o de las colonias inglesas.
De hecho, el granadino se formó desde joven y mostró un gran talento para las letras, especialmente el latín. Sus primeros años los pasó en la biblioteca del palacio de los Duques de Sessa, donde había nacido, después siguió en el Colegio de la Santa Cruz de la Fe, junto al heredero del Gran Capitán, Gonzalo II Fernández de Córdoba, al que servía como paje.
Allí, entre lección y lección, perfeccionó su latín, hasta el punto de que se ganó el apodo de Latino. Un ‘apellido’ que el propio humanista adoptó: «Y como le llamó por eminente la antigua Roma a su Adriano, el griego, la noble España me llamó Latino». En 1530, Juan Latino llamó la atención de, nada más y nada menos, que el humanista Pedro de Mota, figura clave en la España de la época porque fue obispo de varias ciudades, secretario de Estado tras la muerte de Fernando el Católico y presidente de las Cortes de Valladolid junto a Gattinara.
Latino se convirtió en su pupilo, profundizó en los estudios clásicos en letras durante más de dos décadas, hasta que en 1556 consiguió su bachiller en Artes.
Un matrimonio y una cátedra
Además de convertirse en «el único escritor negro conocido hasta hoy de la España renacentista», según dijo Fra Molinero, también triunfó en su vida personal. El bachiller se casó en 1547 con Ana de Carloval en la iglesia de Santa Ana de Granada. Su esposa era una noble local con la que tuvo cuatro hijos. Esto es muestra del mestizaje que, nacido al otro lado del Atlántico, también se extendió a la península.
Un elemento esencial para la cohesión social de aquella Monarquía Hispánica. Pero su camino no se detuvo allí, pronto fue nombrado catedrático de Gramática en la Universidad de Granada. Era la primera vez que un hombre negro, antiguo esclavo, conseguía un puesto similar. Durante esta etapa, el catedrático Juan Latino compaginó sus clases magistrales con la escritura de obras literarias en latín como Austrias Carmen, un poema épico para ensalzar la victoria española en la batalla de Lepanto.
La fama que consiguió en vida se desvaneció con el paso de los siglos, hasta convertirse en una mera curiosidad o anécdota histórica. Su obra literaria muestra cómo el Reino de Granada se enfrentó al problema morisco en la conocida Rebelión de las Alpujarras. Su vida extraordinaria sirve para ilustrar cómo era realmente aquella España de Isabel y Fernando, Carlos I, Felipe II, en la que se constituyó una sociedad mestiza, diversa y mucho más culta de lo que podemos imaginar.