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La gesta de los carmelitas de Jerez, su Virgen Coronada y la Armada

La gesta de los carmelitas de Jerez, su Virgen Coronada y la Armada

Grandes gestas españolas

La gesta de los carmelitas de Jerez, su Virgen Coronada y la Armada

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Historia y tradición avalan la devoción a la Virgen del Carmen en todas las gentes del mar: marinos y marineros de la Armada, mercantes, navegantes y pescadores. Y es que la dimensión oceánica de la Virgen se remonta al siglo XVI, cuando los padres carmelitas se embarcaban como capellanes en las expediciones americanas.

Pero no sería hasta 400 años después cuando llegase su nombramiento canónico y militar como Patrona de la Marina española, un patronazgo que tuvo su origen en San Fernando, la Isla de León, en el siglo XVIII impulsada entre otros por el gran almirante Barceló y desde allí, se extendería a toda la Armada. Y uno de los días más gloriosos de la Virgen tendría lugar muy cerca, en la ciudad de Jerez, que viviría gracias a ella la jornada más importante de su historia.

Virgen del Carmen de Jerez

Virgen del Carmen de Jerez

Los carmelitas en Jerez de la Frontera

Tras la Reconquista, se restablecieron en Jerez las diversas órdenes y advocaciones cristianas: las más antiguas, la Consolación y la Merced, esta última redentora de cautivos, una devoción especialmente significativa para los gaditanos, quienes eran víctimas frecuentes de las razzias, saqueos y secuestros de los musulmanes para someterlos a esclavitud o pedir un rescate.

Los Carmelitas se establecieron extramuros en 1586, cuando la devoción a la Virgen del Carmen era aún poco conocida. Trajeron consigo una imagen de candelero que, tres siglos después, se transformaría en talla y se enriquecería con la figura del Niño, atribuida hoy a Luisa Roldán, la Roldana.

Virgen del Carmen y el niño

Virgen del Carmen y el niño

Poco después, en 1600, la peste devastaba la ciudad y los enfermos se agolpaban en las calles. El Ayuntamiento pedía la ayuda de los frailes y se cuenta que en tan solo tres horas habilitaron el convento para atender a los apestados y convertirlo en lazareto. Y el municipio, en agradecimiento, conseguía que el Papa y el Rey les autorizasen fundar un nuevo convento dentro de las murallas, el primero en establecerse en el interior de Jerez tras la Reconquista. Llegó a ser uno de los más grandes de Andalucía. A finales del siglo XVIII, contaba con cuarenta religiosos, muchos de familias ilustres como los Adornos, Dávila, Vargas Machuca y Suárez de Figueroa.

La ubicación tan céntrica de su iglesia anexa al convento hizo que fuera especialmente visitada, y pronto comenzaron a atribuírsele a la Virgen favores y milagros. Entre ellos, el de la niña Juana Vizcaíno, que cayó desde una azotea sobre un pozo del patio y rompió con su cuerpo la tabla que lo cubría. Salió ilesa, según su testimonio, porque la Virgen la sostuvo por la barbilla. Otro milagro ocurrió con el incendio en un almacén que contenía cajas de pólvora y una de ellas había explotado, y al pedir los carmelitas, y fieles ayuda a la Virgen, el fuego, según los testigos, se extinguió de forma inexplicable. Por este hecho, fue proclamada Patrona del Cuerpo de Zapadores y Bomberos de Jerez.

Grabado antiguo en la que la Virgen del Carmen se aparece a zapadores y bomberos

Grabado antiguo en la que la Virgen del Carmen se aparece a zapadores y bomberos

Adversidades: Invasión napoleónica, Desamortización y la « Gloriosa»

El convento comenzó el siglo sufriendo con la ocupación napoleónica. El Coronel Alonso del Puerto analiza cómo 40.000 soldados franceses tomaron Jerez como centro de mando. El pueblo llano opuso cuanta resistencia pudo y protegió a los frailes e iglesias que suele olvidarse eran unas de las principales dianas de escarnio y destrucción. Y aunque en 1933 los carmelitas se volcaban heroicamente en la epidemia de cólera de 1833, solo un año después el liberalismo los deshauciaba con la Ley de Exclaustración y la Desamortización de Mendizábal.

La adversidad no terminó. Durante la revolución «Gloriosa», se ordenó la demolición de la Iglesia y ante ello, de madrugada salvaron la imagen de la Virgen del Carmen llevándosela a hurtadillas, envuelta en una tela, hasta una parroquia cercana. Milagrosamente, la iglesia permaneció en pie.

Virgen del Carmen

Virgen del Carmen

La genial idea: la primera coronada del mundo

Y a finales del XIX la Orden del Carmen sería restaurada y su primera nueva casa en España fue la jerezana. Doña Elena del Páramo les haría la generosa donación de su antiguo convento y la Virgen del Carmen fue instalada en su maravilloso Camarín.

Todo el amor a la Virgen del Carmen cristalizó en 1921 cuando el Prior, P. Luís María LLop, desde el púlpito, lanzaba la idea de coronarla, lo que fue recibido con un entusiasmo desbordante y rápidamente se difundió la noticia por España y el extranjero. Tras cumplir con los permisos pertinentes, se convertiría en la primera imagen carmelita del mundo en recibir tal distinción.

Corona

Corona

Y en el mes de mayo de 1922 se presentaban dieciséis proyectos para el diseño de la corona y el elegido fue el del artista valenciano José David, natural de Játiva.

Llegaron muchas donaciones en metálico, pero su principal materia prima tuvo un alto voltaje emocional: joyas donadas por todas las clases sociales, desde los poderosos a los más humildes desde sencillos anillos de boda, pulseras de pedida con moneditas, hasta valiosos pendientes y broches. El oro fue fundido y se reunieron diez mil gemas de diversa pureza y tamaño: esmeraldas, ágatas, perlas finas, rubíes y hasta diamantes. Como curiosidad, muchos niños aportaron sus medallas de bautizo y comunión y con ellas se haría la corona del niño Jesús, al que durante años ellos mismos sacarían en procesión sentado en una sillita.

Corona pagada por los niños de Jerez

Corona pagada por los niños de Jerez

La corona de la Virgen se diseñó rodeada de una aureola de un metro de diámetro con ángeles y escudos, y una majestuosa parte imperial, de la que cuelga una estrella de oro, cuyos rayos están formados por diminutos diamantes y en su centro, luce uno de gran tamaño que posa sobre la frente de la Virgen. Sería todo un revulsivo en la orfebrería nacional.

Estrella sobre la frente de la Virgen con diamantes diminutos

Estrella sobre la frente de la Virgen con diamantes diminutos

Pesaba 6,6 kilogramos, pero al reforzarse con barrotes de hierro, alcanzó los 10. El valor estimado de la pieza ascendía a 1.500.000 pesetas de las de entonces.

Las vísperas y otros actos de la Coronación

La coronación canónica de la Virgen del Carmen se haría realidad en 1925. Fue un hito para el conjunto del orbe mariano y un hito para Jerez. Cuando se tramitó la Coronación, el jerezano Primo de Rivera no estaba en el poder. Ahora era quien presidía la nación, y por unos días, la ciudad se convertía en capital de España. Asistieron Alfonso XIII, la reina Victoria Eugenia, Infantes de España, el propio Miguel Primo de Rivera y su séquito, el nuncio apostólico, Federico Tedeschini, y los Capitanes generales de todas las regiones militares. Junto a ellos, el Gobierno. que celebró en la ciudad dos Consejos de ministros. La corona llegaba a Jerez el 19 de abril de 1925, escoltada por la Guardia Civil y todo Jerez y alrededores desfilaron ante ella.

Pontificio de la Coronación Canónica

Pontificio de la Coronación Canónica

Los días previos a la coronación se vivieron con una intensidad impregnada de fervor, pero también con actividades culturales y lúdicas que reforzaron el sentimiento de que Jerez estaba viviendo una jornada única.

La ciudad se entregó con profunda devoción: dos quinarios simultáneos precedieron a dos triduos celebrados en la Catedral y la Basílica del Carmen y la víspera, una Gran Vigilia de Adoración Nocturna envolvió a Jerez en un halo de recogimiento espiritual.

Procesión de 1925

Procesión de 1925

Estando la ciudad en el centro de las miradas del país, la convirtieron también en un escaparate de su idiosincrasia. Así, se promovió con magnificencia la ganadería mediante la Exposición de Ganados, calificada como un acontecimiento trascendental en la historia de la ganadería patria. Junto a ella, la agricultura, el vino de jerez y la Exposición Provincial obrera organizada por el Ateneo jerezano que reunió a litógrafos, pintores, viticultores, tapiceros, arrumbadores y vidrieros, mostrando la riqueza de su artesanía.

Detalle de la corona

Detalle de la corona

El mismo 23 de abril se celebraba la «Gran corrida extraordinaria de toros con motivo de la Coronación» de la ganadería de Felipe Bartolomé, y en el ruedo brillaron dos diestros icónicos de gran magnetismo y muerte trágica. Sánchez Mejías, protagonista de la elegía de García Lorca que moriría en Manzaneras por una cornada que se le gangrenó y José García «El Algabeño» a manos de las Brigadas Internacionales en la guerra civil.

La música también tuvo su lugar en los fastos. El tenor más famoso del momento Miguel Fleta actuó en el Teatro Eslava. Como anécdota, como se carecía de palco para ubicar al rey le instalaron una especie de trono en mismísimo escenario, lo que fue aceptado jocosamente por el monarca: «Quién me iba a decir a mí que yo, algún día, compartiría escenario con el gran Fleta».-dijo. Esto paradójicamente, tuvo positivas consecuencias para Jerez porque el alcalde, el marqués de Villamarta, manifestaba esta intención, «Majestad, os prometo que la próxima vez que vengáis a Jerez, tendréis un teatro y un palco regio, digno de vuestra real persona». Y así fue, a los tres años, edificaría el teatro que lleva su nombre: Teatro Villamarta.

Procesión de 1925

Procesión de 1925

No faltó tampoco el fútbol con un encuentro entre los primeros equipos del Real Betis Balompié y el Jerez Fútbol Club. Así la coronación se convirtió en un mosaico de devoción, cultura, arte, deporte y tradición, en ese Jerez epicentro de España durante aquellos días memorables.

Imagen de la espera de la corona

Imagen de la espera de la corona

El día de la Coronación Canónica

La madrugada del 23 de Abril fue intensa. Siete sacerdotes atendieron confesiones mientras se oficiaban once misas consecutivas. A las 8 y media la Virgen abandonaba la Basílica cubierta con una mantilla de encaje de Flandes para ser coronada en un ceremonial regio y eclesial sin precedentes. Miles de personas se echaron a las calles a lo largo de la actual avenida Álvaro Domecq. Los Cuerpos de Vigilancia y Seguridad no constataron un solo altercado.

A las diez de la mañana llegaban al Parque González-Hontoria, lugar de la coronación, los infantes don Carlos y doña Luisa, acompañados de su hija Isabel Alfonsa. Poco después, lo hacían el Cardenal Ilundain arzobispo de Sevilla, y los obispos de Cádiz y el de Málaga.

Los Reyes y delante la Corona

Los Reyes y delante la Corona

Media hora más tarde se produjo la entrada solemne de los reyes de España. Alfonso XIII, que vestía el uniforme de Capitán General de la Caballería, y Victoria Eugenia. Junto a ellos el General Primo de Rivera, y Federico Tedeschini, delegado apostólico de Su Santidad el Papa, revestido con muceta de armiño y capa púrpura.

Los Reyes y delante la Corona

Los Reyes y delante la Corona

El momento culminante llegó con la entrada de la imagen. Las crónicas narran que el silencio se apoderó del lugar, y solo se rompía cuando el Nuncio colocaba la pequeña corona sobre el Niño Jesús, y después la gran corona sobre las sienes de la Virgen del Carmen. En ese instante, todos los campanarios de la ciudad comenzaron a repicar, cual apoteosis de exaltación divina.

Los Reyes y delante la Virgen

Finalizada la ceremonia, la salida de la imagen fue acompañada por una multitudinaria procesión en la que participaron hermandades, dignidades eclesiásticas y civiles y la corporación municipal bajo mazas, portando el pendón de la ciudad. La presidencia la ocupaba el alcalde Dávila Sagreda, Marqués de Villamarta y cerraban la comitiva los Somatenes, el Regimiento de Lanceros de Villaviciosa, la Compañía del Regimiento de Infantería Pavía, la Compañía de desembarco del acorazado Alfonso XIII un Batallón de Alumnos de la Escuela Naval Militar de San Fernando y la Compañía de la Infantería de Marina.

El instante en el que le ponen la corona

El instante en el que le ponen la corona

Tiempos trágicos para los carmelitas

Pero pocos años después de aquel día inolvidable llegaron tiempos convulsos. Con la llegada de la II República, el Convento de la Virgen del Carmen de Jerez- como el de San Francisco o la Residencia de los Jesuitas- fue víctima de la furia anticlerical izquierdista. Afortunadamente, una mente preclara, en este caso un simple monaguillo logró salvar la Virgen, trasladándola a su casa y escondiéndola bajo el hueco de la escalera. Algo semejante ocurriría en toda España con otras imágenes, como la Macarena en Sevilla que se pudieron proteger de la barbarie.

Altar

Primero atacaron la residencia y sacaron a la plaza muebles, ropas y efectos de la comunidad y les prendieron fuego. Entre lo destruido, se encontraba la maquinaria de la imprenta del conocido periódico Santo Escapulario, un piano y la rica biblioteca popular. En la iglesia destrozaron todo cuanto encontraron: los altares fueron arrasados y las imágenes derribadas, algunas arrojadas a la calle. Buscaron a la Virgen, pero ya no estaba. Y entonces ocurrió algo calificado como milagroso. En la sacristía pendía de una Cruz un Jesús Crucificado. Intentaron derribarlo mediante sogas que ataron a los brazos de la cruz, incluso lo intentarían a machetazos, pero no hubo manera: el Cristo permanecía firme en la cruz y acabaron desistiendo. Comenzaría entonces el culto a este Cristo que fraguaría en la actual Hermandad de La Lanzada.

Ataque miliciano de 1931 a la Basílica de El Carmen

Ataque miliciano de 1931 a la Basílica de El Carmen

En la guerra civil, los carmelitas tuvieron que soportabar cómo en Barcelona, Toledo, Madrid, Guadalajara, Valencia, Lérida y hasta en la próxima Córdoba más de una centena de los suyos y sus hermanas monjas eran asesinados.

Y algo les tocó muy de lleno. Uno de sus terciarios seglares el joven tradicionalista Antonio Molle Lazo que precisamente el año de la Coronación había recibido la primera Comunión y el escapulario del Carmen, estaba muy vinculado al convento. Y en Agosto del 36, defendiendo a las Hermanitas de la Cruz en Peñaflor de una turba de milicianos, fue apresado, salvajemente torturado, y asesinado. Los carmelitas de Jerez tendrían el doloroso el honor de darle cristiana sepultura. Hoy su beatificación cada vez está más cerca.

Antonio Molle Lazo

Antonio Molle Lazo

La Virgen del Carmen, Capitán General de la Armada

Y dos décadas después, en 1955, en San Fernando, impulsora de su culto, se coronaba a la Virgen del Carmen, y esta vez además se la elevaba al mayor rango naval. El Almirante ferrolano Salvador Moreno, Chambo, conseguía el nombramiento de la Virgen como Capitán General de la Armada española.

Coronación de la Virgen del Carmen de San Fernando con el Almirante Salvador Moreno

Coronación de la Virgen del Carmen de San Fernando con el Almirante Salvador Moreno

Y estos días de 2025, una exposición organizada por la Orden de Santa Bárbara, inaugurada por el General Souto, Comandante General de Infantería de Marina, conmemora el centenario de aquella coronación jerezana. La preside una hermosa imagen de la Virgen del Carmen remarcando su protagonismo ya inmemorial de tradiciones y liturgias en los buques de las armadas del orbe hispánico. Pero también en las modestas embarcaciones que primorosamente engalanadas cada 16 de Julio exhiben en sus pueblos y villas sus banderas españolas homenajeando la que es llamada «Estrella del mar» un estandarte de fe, historia y tradición.

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