El Mariscal de campo Bernard Law Montgomery en un carro de combate M3A5 General Grant II, una variante del M3 Lee, en algún lugar del norte de África a finales de 1942
El plan de Montgomery para terminar la guerra antes de la Navidad de 1944 que acabó en desastre
Los aliados lanzaron la operación Market-Garden para acelerar el fin de la guerra. Sin embargo, lo que debía ser un golpe decisivo terminó en un costoso fracaso, marcado por notables errores y una resistencia alemana implacable
Tras el exitoso desembarco de Normandía en junio de 1944, la ofensiva aliada en Europa se estancó. El comandante supremo aliado, general Eisenhower, quería avanzar sobre Alemania en un amplio frente; sin embargo, el avance simultáneo de varios cuerpos de ejército suponía un enorme reto logístico. El mariscal de campo británico Bernard L. Montgomery, «Monty», vencedor frente a Erwin Rommel en la decisiva Segunda Batalla de El Alamein, pensó que tenía la solución.
Operación Market-Garden
Montgomery, al mando del 21.º Grupo de Ejércitos, sostenía con excesiva confianza que su arriesgado plan acortaría la guerra y permitiría alcanzar Berlín en pocas semanas. Aseguraba que, gracias a su brillante idea, en apenas tres o cuatro días las tropas aliadas estarían al otro lado del río Rin. La guerra habría concluido en la Navidad de 1944.
Prisioneros de guerra alemanes en Cherburgo
Para ello, diseñó una operación que se denominó Market-Garden. El objetivo principal era establecer una cabeza de puente en la margen derecha del Rin, en las inmediaciones de Arnhem, flanqueando por el norte la línea Sigfrido. Esto dejaría expedito el camino para la invasión de la cuenca del Ruhr, corazón industrial de Alemania. Este ambicioso plan constaba de dos operaciones simultáneas. La operación Market tenía como objetivo la toma de nueve puentes por fuerzas aerotransportadas estadounidenses, británicas y polacas, que serían lanzadas a retaguardia de las posiciones alemanas. Al mismo tiempo, siguiendo la operación Garden, el XXX Cuerpo de Ejército británico, con sus blindados, avanzaría rápidamente desde sus bases para asegurar los puentes.
Sin embargo, la compleja operación diseñada por el célebre Montgomery terminó convertida en un fiasco; estuvo plagada de errores operacionales, tácticos y estratégicos que pusieron en evidencia las carencias del plan.
Paracaidistas en el aire y blindados en marcha
Market-Garden comenzó el 17 de septiembre de 1944. La 101.ª División Aerotransportada fue lanzada al norte de Eindhoven para ocupar los puentes sobre el canal de Wilhelmina. La 82.ª División Aerotransportada fue lanzada algo más al norte, a fin de ocupar los puentes de Grave y Nimega. Por su parte, unos 10.000 hombres pertenecientes a la 1.ª División Aerotransportada británica y a la 1.ª Brigada Paracaidista Independiente polaca fueron lanzados en el extremo norte del dispositivo para ocupar el puente de Arnhem.
Paracaidistas aliados descendiendo sobre los Países Bajos
Simultáneamente, los elementos blindados a vanguardia del XXX Cuerpo de Ejército iniciaron su avance, no sin antes efectuar la preceptiva preparación artillera. Apenas comenzada la marcha, los británicos fueron emboscados por las defensas alemanas. Empezaban los retrasos. Cuando los blindados consiguieron llegar a Eindhoven, descubrieron que la 101.ª División Aerotransportada estadounidense no había cumplido su misión de asegurar el puente de Son. Había sido volado por los alemanes en su retirada. Más retrasos. Hubo que esperar a que los ingenieros levantasen un puente Bailey para reanudar la ofensiva.
Más adelante, ya en Nimega, la situación no mejoró: la 82.ª División Aerotransportada estadounidense tampoco había logrado capturar el puente. Los norteamericanos solo habían conseguido desplegar tropas en el extremo sur del puente. Para rematar el despropósito, en la zona de Arnhem, las fuerzas aerotransportadas británicas y polacas tomaron tierra a más de diez kilómetros de su objetivo. Solo un batallón llegó a alcanzar el objetivo. El resto de la fuerza quedó embolsado al oeste de Oosterbeek.
Vista aérea del puente de Arnhem; se puede ver a las tropas británicas ocupando la parte norte
Tras días de combates encarnizados contra una implacable resistencia alemana, la ofensiva se detuvo. Entre el 24 y el 25 de septiembre, apenas 2.000 soldados británicos y polacos pudieron ser evacuados a través del Rin. El balance final fue desalentador: los aliados habían sufrido cerca de 20.000 bajas, incluyendo los más de 6.000 paracaidistas que se rindieron en Arnhem. Market-Garden constituyó un costoso fracaso, tanto en hombres como en recursos.
El ansiado cruce del Rin, operación Plunder, no sería una realidad hasta seis meses después. La soñada victoria rápida en el frente occidental se había desvanecido.
Los errores que condenaron la ofensiva
La operación fue un rotundo fracaso por múltiples factores. Desde el inicio, la falta de aviones de transporte obligó a desplegar las fuerzas aerotransportadas en tres oleadas, en lugar de hacerlo de forma conjunta. A ello se sumaron las condiciones meteorológicas: la espesa niebla en Inglaterra y las nubes bajas sobre la zona de operaciones complicaron tanto el reabastecimiento como el envío de refuerzos.
La inteligencia británica también falló: ignoró los informes de la red clandestina neerlandesa sobre la presencia en la zona de elementos de dos divisiones Panzer SS.
Paracaidistas británicos en las posiciones en la orilla norte del Rin en Arnhem
El avance del XXX Cuerpo de Ejército no fue mejor. Se llevó a cabo siguiendo una estrecha vía de comunicación que era tremendamente vulnerable a los contraataques alemanes. Debido a los numerosos vehículos que integraban la columna, se produjeron frecuentes atascos. Y el terreno pantanoso impedía el avance de los carros de combate campo a través. Además, la vegetación de la zona restringió notablemente el alcance de los equipos de comunicaciones.
Pese a todo, Market-Garden fue la mayor operación aerotransportada de la historia, con más de 40.000 paracaidistas. Los hechos fueron popularizados en la película Un puente lejano, basada en el libro homónimo de Cornelius Ryan. Su título está inspirado en un comentario del general británico Frederick Browning, quien habría dicho: «Siempre pensé que estábamos intentando tomar un puente demasiado lejano».