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30 de abril de 2024

Refugiadas ucranianas llegan a la frontera con Polonia

Refugiadas ucranianas llegan a la frontera con PoloniaGTRE

Guerra Ucrania Rusia

El éxodo ucraniano y el boicot de Putin a los corredores de paz

Zelenski califica de «estrategia de propaganda» los falsos corredores humanitarios anunciados por Putin

La cifra aumenta por horas. El éxodo de ucranianos en busca de refugio fuera de sus fronteras, es un goteo permanente. En este minuto supera los dos millones, según ACNUR (Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados). Cuando se termine esta crónica serán muchos más. Se huye como se puede, pero sin garantías de que la vía de escape sea segura.
Las tres treguas o alto el fuego del 3, 6 y 7 de marzo, acordado por Rusia y Ucrania han sido una quimera. Volodimir Zelenski calificó esos falsos corredores humanitarios de «estrategia de propaganda» pero hoy mismo el Kremlin insistía, como si no existieran las masacres, en declarar un «régimen de silencio» de «cinco horas» y una vez más, abrir paso en paz a los desplazados por una ruta con destino a… territorio ruso.
«Para llevar a cabo una operación humanitaria de manera efectiva», detalla el comunicado oficial de Moscú, el régimen de Putin se compromete a proporcionar corredores, «desde Kiev y asentamientos adyacentes a la Federación Rusa». El paso sería a través del «territorio de la República de Bielorrusia, en la ciudad de Gomel con posterior entrega por vía aérea». El anuncio o declaración, según se mire, genera malestar en Ucrania donde no se explican cómo la propuesta de escape tiene como destino territorio enemigo.
Al cuarto día de intentarlo, Ucrania y Rusia, pese al pulso en la negociación, marchas y contramarchas, se pusieron de acuerdo en tender, al menos, un puente de evacuación de Sumy a Poltava en el este de Ucrania, pero eso fue todo. En Mariupol, las promesas previas cayeron en el vacío. Fue imposible. El enclave portuario es, junto con el de Odessa y la ciudad de Kiev, el más codiciado por Rusia.
Zelenski daría cuenta en videoconferencia con la Cámara de los Comunes de los atropellos y bajas del Ejército ruso en Mariupol. En el vídeo de madrugada calificó las propuestas de falsos alto el fuego de, «cinismo, ni más ni menos» de Putin, advirtió desde el despacho del Palacio presidencial de Kiev. «Tanques rusos, cohetes Grad, minas rusas… Incluso minaron los caminos que eran las rutas acordadas para llevar alimentos y medicinas a la gente, a los niños de Mariupol», describía para descalificar las presuntas propuestas de paz.
El hombre «sin miedo», recordó que dos niños y siete adultos cayeron bajo el fuego enemigo en Sumy, cuando iban a inaugurar ese pasillo humanitario. «Se acordó que el primer convoy de autobuses saliera a las 10 desde Sumy. Vehículos particulares seguirían a la cola en la caravana», confirmó por televisión Iryna Vereshchuk, viceprimera ministra de Ucrania.
La operación tuvo que abortarse por los ataques de Rusia. Cruz Roja Internacional confirmo el campo minado que era esa carretera horas antes de llegar a un acuerdo y que la reincidencia de Putin en violar las más elementales leyes de la guerra no termina de encontrar explicación ni logra una respuesta certera a la pregunta ¿Por qué no respeta el alto fuego que la propia Rusia establece? El hombre que ha desatado el peor escenario de guerra desde 1945 tiene un perfil psicológico complejo pero es consciente del alcance de sus actos y del perjuicio que causa a la imagen de Rusia en el mundo. Entonces, ¿Qué beneficio obtiene con estos golpes a traición sobre la población indefensa?
Lo que Zelenski califica de «cinismo» observadores internacionales llaman «discurso de consumo interno». Dicho de otro modo, propaganda para el pueblo ruso que tiene censurado el acceso a determinadas redes sociales y a las cadenas internacionales de noticia. Las manifestaciones en Rusia en contra de la invasión, desde el 24 de febrero tienen un saldo de unos nueve mil detenidos. Cifra para tomar con total cautela porque el número de arrestados podría ser mayor. En cualquier caso, pone de manifiesto que hay un sector de la población que no tiene miedo a expresar su disconformidad con la guerra aunque el precio a pagar pueda ser su libertad y años de cárcel.
«Enviar un mensaje que se repica oficialmente de generosidad y sensibilidad con los ucranianos le resulta beneficioso de puertas a dentro a Putin. De puertas afuera, la imagen la tiene perdida y es irrecuperable», advierte un estratega recién llegado de Washington. Los tiempos no le son favorables al último zar salido de las entrañas del KGB y la resistencia numantina de Ucrania se ha convertido en una carrera de obstáculos para rematar la conquista del antiguo territorio soviético. Cuanto más tiempo pasa más parece que se le complica a Putin lograr su objetivo. «Podrá ganar la batalla militar pero el odio entre los ucranianos no va a desaparecer. Se encontrará con una guerra de guerrillas urbanas eterna y pertrechadas con armamento de última generación».
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