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26 de abril de 2024

Una joven rusa frente a un jet privado, con su bolso de Dior

Una joven rusa frente a un jet privado, con su bolso de Dior@richrussiankids

56 días de guerra

Las «hipócritas» vidas de lujo de los hijos del Kremlin

La descendencia de los oligarcas más fieles a Putin prefiere una educación occidental en vez de rusa

Viajan en jet privado. Esquían en Austria. Estudian en Universidades de élite en Londres y Nueva York. Son los hijos de la oligarquía rusa, cuyos padres integran el círculo más íntimo del presidente Vladimir Putin, y cuyas fortunas están en el punto de mira de la comunidad internacional desde el inicio de la guerra en Ucrania.
En Reino Unido, y en especial en Londres, existe un «visado de oro» para inversores que otorga el permiso de residencia a aquellos que prometan gastar dos millones o más de libras en inversiones británicas.
Por esta razón, muchos oligarcas junior se crían en la capital inglesa, ajenos a la política «anti-occidente» que conduce el régimen de su país. Las suyas son vidas de lujo, nada que ver con la vieja Unión Soviética.
Así lo describe la revista británica Tatler, que documenta y aconseja a la alta sociedad europea. En julio de 2020, entrevistó a cinco crazy rich russians, o «rusos locamente ricos». De menos de veinticinco años, todos estos jóvenes crecieron en las zonas más caras de Londres: Belgravia, por ejemplo, donde el precio medio por casa es de dos millones de libras.
«En Belgravia, una de cada dos personas es rusa. A veces me preguntaba si estaba en Moscú, y no en Londres», señaló una de las jóvenes, Anna Milyavskaya, quien, según Tatler, «no puede decir en qué trabaja su padre».
La hija de un posible oligarca viste con accesorios de Hermés, zapatos de Louboutin, y se describe como «mimada». En Rusia, donde vivió hasta los 14 años, compartía barrio con Vladimir Putin (el vecindario Rublyovka, un enclave de mega mansiones a las afueras de Moscú).
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A través de sus redes sociales, tanto Anna como los demás entrevistados presumen de carísimos coches y ropa de marca, con el Kremlin de fondo, o glamurosas piscinas en áticos de Londres.
Todos estudiaron en Reino Unido, donde, según Philipp Gazmanov, «la educación tiene marca propia». Los cinco consideran, según Tatler, que las instituciones británicas son las que más prestigio tienen.
Estos «niños ricos» viven en una burbuja alejada de la geopolítica global, y por eso sus vidas están, sin saberlo, marcadas por un feo contraste; mientras acuden a estrenos en la alfombra roja americana, y lucen marcas occidentales (Luis Vuitton, Gucci, Prada) en fotos para Instagram, sus padres ayudan a financiar un régimen que busca aislar a Rusia del resto del mundo, para alejarla lo más posible de Occidente.
«Es una hipocresía extrema», afirma Daniel Treisman, profesor de la universidad UCLA. «Puede que ni [los propios oligarcas] perciban la contradicción. Creen que hay una competición entre Rusia y Estados Unidos, pero ¿por qué tendría que afectar a los planes escolares de sus hijos?», explicó a la cadena CNN. Muchos equiparan el lujo y la aristocracia con la sociedad occidental.
El propio Putin criticó a aquellos rusos que están «mentalmente alineados» con Occidente, y los acusó de pensar que pertenecen «a una raza superior» y de colaborar, junto «al colectivo occidental», para traer la destrucción de Rusia.
«El pueblo ruso siempre sabrá distinguir entre los verdaderos patriotas y la basura y los traidores, y los escupirá como a un mosquito que se les metió en la boca por accidente», declaró el presidente durante un apasionado discurso.
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