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20 de abril de 2024

Vladimir Putin y Dmitry Medvedev cuando podían tomar el te en confianza AFP Yekaterina Shtukina

Vladimir Putin y Dmitry Medvedev cuando podían tomar el te en confianza Yekaterina ShtukinaAFP

111 días de guerra en Ucrania

Medvedev se «putiniza» y amenaza a Occidente: «Los jinetes del Apocalipsis están en camino»

Dmitry Medvedev, presidente de la Federación Rusa entre los años 2008 y 2012, parece otro desde que perdió el poder que, en rigor, nunca tuvo del todo. El hombre que hizo de paréntesis entre los gobiernos de Vladimir Putin, amenazó a Occidente: «Los jinetes del Apocalipsis están en camino».
Antes del 24 de febrero, fecha de la invasión de Rusia a Ucrania, Medvedev estaba considerado un político con temple, sereno y con matices, alejado de declaraciones escandalosas o provocaciones. Ese perfil, con la guerra, parece haber cambiado totalmente.
Entusiasta de última hora de Telegram, la red social por excelencia en Rusia, el expresidente anunció que no tardará mucho en producirse un «ataque total» a Occidente por apoyar a Ucrania. Sus palabras, recogidas en The Times, se suman a una lista de expresiones beligerantes que él mismo explica.

Los odio. Son idiotas y degeneradosDmitry Medvedev, ex presidente de Rusia

«A menudo -reconoce- me preguntan por qué mis publicaciones en Telegram son tan duras. La respuesta es que los odio. Son idiotas y degenerados». Difícil pasar por alto sus palabras, insiste:. «Quieren la muerte para Rusia. Mientras esté vivo, haré todo lo posible para que desaparezcan».
Medvedev, de 55 años, pronostica un escenario de destrucción masiva si persiste el apoyo de la OTAN, la Unión Europea y del resto de las democracias al gobierno de Volodimir Zelenksi: «Tal conflicto -observa- siempre tiene el riesgo de convertirse en una guerra nuclear en toda regla». Como si Rusia fuera inocente y no culpable de la invasión, añade: «Este sería un escenario catastrófico para todos. Eso es todo»
Dmitry Medvedev se estaría preparando para ese posible escenario con la idea de volver de donde se fue por imposición de su antiguo padrino político.
Su gobierno estuvo marcado por un aperturismo que contrastaba con la visión previa más cerrada del individuo, hoy en día, posiblemente más peligroso para la humanidad. Las desavenencias con éste surgieron pronto y el desenlace, su retirada, previsible.
El ex presidente se vio forzado a someterse a los deseos de Putin y ha procurado en estos años no levantar ampollas en un individuo que ya se ocupó de marginar y detener a algunas de las personas de su círculo íntimo.

¿El pueblo quiere a Putin?

El apoyo de Putin en la calle es difícil de calcular. El control de la información y la censura impiden tener un estudio demoscópico riguroso. Algunas encuestas aseguran que su carácter nacionalista y bélico le ha devuelto una popularidad extraordinaria, mientras otros aprecian un rechazo profundo al guerrero que ha puesto en crisis a medio mundo. La diferencia es que estos, lo ocultarían por temor a terminar entre rejas.

Esa mala salud de hierro

La salud de este amago de zar siglo XXI es otro de los misterios que sobrevuelan Moscú. Hay algo más que indicios para pensar que el ex hombre del KGB tiene problemas y ha recibido tratamientos severos.
Algunos aseguran que superó un cáncer mientras otro apuntan a un parkinson. Verdadero o falso, la mala salud de hierro de Putin hoy resulta determinante para mantener la conquista que se ha propuesto de Ucrania.
En cualquier caso, según buena parte de los analistas, el que fue su sucesor y aspira a serlo de nuevo, no goza de la popularidad suficiente para recuperar el despacho perdido. Al menos, de momento.
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