Los bomberos de Ucrania recorren los escombros del centro comercial en busca de cadáveres y supervivientes
124 días de guerra en Ucrania
El ataque al centro comercial de Kremenchuk satura los hospitales: «Era el infierno»
Volodimir Zelenski denunció el «ataque terrorista» de los misiles rusos
Del centro comercial de Kremenchuk, en Ucrania, no quedan más que escombros calcinados. Una lluvia de misiles rusos se precipitó sobre el complejo, en aquel momento repleto de más de 1.000 civiles.
La agresión dejó 18 muertos y un «número incontable» de heridos, en lo que el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, describió como «uno de los ataques terroristas más atrevidos de la historia de Europa».
«Esto no es un golpe accidental, es un ataque de Rusia calculado con exactitud», denunció el líder del país invadido.
En vista del horror de este ataque que encañonó directamente una zona de ocio para civiles, Ucrania ha pedido una reunión con el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, para denunciar la agresión. Por su parte, los líderes del G7 condenaron esta «abominable» maniobra, y afirmaron que «los ataques indiscriminados a civiles inocentes suponen un crimen de guerra».
Mientras los servicios de emergencia inundan la zona, nubarrones de humo gris siguen envolviendo lo que queda del centro, que se desmorona por momentos. Los drones zumban sobre las ruinas de metal calcinado y fragmentos de hormigón, bajo los cuales aún hay cadáveres por encontrar y, posiblemente, supervivientes al borde de la muerte.
Hay más de 40 desaparecidos. Bomberos, voluntarios, y soldados trabajan sin cese desde el ataque para tratar de encontrar muertos entre los escombros, o, con más urgencia, víctimas con vida a las que esperan rescatar. Mientras tanto, en un hotel cercano, los familiares de las víctimas y el equipo de rescate han montado un hospital improvisado.
Los demás centros médicos de la zona están saturados. En las salas de cuidados intensivos, hasta cinco personas se apiñan en camastros y camillas. Oleksander Kovalenko, director de cirugía en el hospital público de Kremenchuk, denunció que esta era la sexta vez que bombardeaban la ciudad.
«Nunca había visto un ataque que afectara a tantas personas», admitió el doctor, en declaraciones al canal estadounidense ABC.
Una de las pacientes del hospital, Ludmyla Mykhailets, de 43 años de edad, relató como fue la tragedia desde su perspectiva; estaba de compras en la tienda de electrónica del centro comercial cuando los misiles impactaron contra su infraestructura.
«Salí volando de cabeza, y mi cuerpo se llenó de astillas. El edificio entero colapsaba por momentos. Cuando aterricé sobre el suelo, no sabía ni si estaba consciente. Era el infierno», recordó la mujer, que yace junto a su marido, Mykola.
El ucraniano, que también estaba presente durante el ataque, tiene toda la cabeza vendada y manchada de sangre.
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