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27 de abril de 2024

El presidente Putin Rusia

La movilización parcial decretada por Putin se ha encontrado con una inesperada oposición ciudadanaAFP

214 días de guerra en Ucrania

La movilización parcial decretada por Putin incendia el Daguestán con protestas contra la guerra

La población del Estado caucásico se niega a implicarse más en la guerra de Ucrania después de enviar a miles de combatientes

El castillo de naipes en que se ha convertido el régimen de Vladimir Putin amenaza con desmoronarse en el embarrado campo de batalla ucraniano y arrastrar con él la unidad territorial de la Federación Rusa.
Las tensiones provocadas por la movilización parcial decretada por el presidente ruso, y su mala gestión que ha llevado a los comisarios militares a llamar a filas a ancianos, enfermos y estudiantes, ha encendido la llama en el punto más débil de Rusia: el Cáucaso.
En las últimas horas, la República del Daguestán ha registrado fuertes enfrentamientos entre manifestantes contra la guerra y la policía.
El Daguestán, cuya población es de mayoría islámica, ya estuvo en el centro de las tensiones territoriales rusas en los años 90 tras la desintegración de la Unión Soviética junto con la vecina Chechenia.
La capital de este Estado federado, Makhachkala, ha registrado este domingo un conato de rebelión contra el Kremlin que ha ido más allá de las tímidas protestas contra la movilización producidas en Moscú y San Petersburgo.
Según la ONG OVD-Info, en un informe recogido por la BBC, la policía ha respondido con «detenciones muy duras» a las protestas, en las que están tomando un protagonismo especial las mujeres.
En los vídeos difundidos por las redes sociales se ve cómo los manifestantes en Daguestán adoptan una actitud muy diferente a la pasividad con que se asumen las detenciones en las protestas producidas en otros puntos de Rusia.
En Daguestán se están viendo escenas de violencia por parte de la población civil contra las fuerzas policiales y militares que tratan de llevar a cabo la movilización. En algunos casos, los policías y comisarios militares se han visto obligados a huir de la masa enfurecida.
Sin embargo, al igual que está sucediendo en las protestas de Irán, en Daguestán son las mujeres las que llevan la voz cantante y se atreven a decir las cosas claras.
«Es Rusia la que está invadiendo el territorio de otro país? ¿Por qué os lleváis a nuestros hijos? ¿Quién atacó primero? ¿Atacaron a Rusia? No vinieron a por nosotros, hemos sido nosotros los que hemos atacado a Ucrania. ¡Rusia ha atacado a Ucrania! ¡No a la guerra!», le espeta una mujer a un policía, algo impensable en Moscú o San Petersburgo.
En la localidad de Endirey los civiles han bloqueado la carretera federal para evitar que los comisarios militares entren en el pueblo para llevar a cabo el reclutamiento de la población local, señala OVD-Info.
Las protestas amenazan con subir de intensidad en los próximos días y, para tratar de calmar las aguas, el gobernador de Daguestán, Sergei Melikov, reconoció «errores» en la movilización y se comprometió a solventarlos.
Sin embargo, sus palabras no parecen convencer a la población de un territorio periférico que ya envió a Ucrania a miles de combatientes para participar en la «operación militar especial» y que, a cambio, recibió cientos de ataúdes.
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