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27 de abril de 2024

El triunfo en las elecciones brasileñas se jugará entre el expresidente Lula Da Silva y el actuar mandatario, Jair Bolsonaro

Los dos principales candidatos al triunfo en las elecciones brasileñas: el expresidente Lula Da Silva y el actuar mandatario, Jair BolsonaroAFP

Elecciones Brasil 2022

Lula frente a Bolsonaro: ¿quién ganará las elecciones en Brasil? Así están las encuestas

Las elecciones presidenciales en Brasil de hoy domingo se perfilan como un cara a cara entre las dos figuras más relevantes en la política del gigante sudamericano en los últimos años: el expresidente izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva y el exmilitar Jair Messias Bolsonaro, actual inquilino del Palacio del Planalto.
Los dos mandatarios, antagónicos en ideas y formas, vieron ligada su trayectoria política de manera irremediable en el año 2018. El líder del Partido de los Trabajadores (PT) se vio apartado de la carrera por la presidencia cuando lideraba los sondeos por sus problemas judiciales, dejando vía libre al ascenso de Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura militar que logró cabalgar sobre la ola de descontento por la corrupción, el crimen y la economía para alcanzar el poder.
Cuatro años más tarde, los brasileños están hoy llamados a las urnas para elegir entre ambos candidatos. El expresidente Lula, que logró la anulación sus condenas tras pasar año y medio en la cárcel, cuenta con una ventaja de al menos 10 puntos en primera vuelta y roza (algunos sondeos de última hora dicen que lo supera) el 50 % de los votos válidos, según los principales agregadores de encuestas. Esta cifra lo catapultaría directamente a la Presidencia sin necesidad de pasar por el segundo turno.
Los principales caladeros de voto del líder izquierdista son los habitantes del noreste del país, las mujeres, los jóvenes y los hogares con menos ingresos mensuales, entre los que Lula consigue una ventaja de 20 o más puntos respecto a Bolsonaro, según el último sondeo publicado por Datafolha.
El exlíder sindical también es el candidato preferido del electorado católico (57 %), de los que no profesan una religión y de los que solo cuentan con estudios básicos.
Por su parte, Bolsonaro encuentra un respaldo mayoritario entre la comunidad evangélica (53 %), los universitarios, los hogares con rentas medias y altas y los habitantes del oeste y del sur del país.

¿Y si hay segunda vuelta?

Si ningún aspirante supera el 50 % de los votos en primera ronda, los dos más votados disputarán la segunda vuelta el próximo 30 de octubre. De cara a esta cita será decisivo el sentido del voto de los indecisos y de los seguidores del resto de candidatos en liza, entre los que destacan el exgobernador Ciro Gomes (centroizquierda) y la senadora Simone Tebet (centroderecha), a quienes las encuestas otorgan entre el 5 y el 6 % de los votos.
Los sondeos señalan que la mitad de los votantes de Gomes votarían a Lula en segunda vuelta, por un 18 % que preferirían al actual presidente. Los electores del centroderecha estarían más divididos, ya que un 25 % elegiría al líder petista y un 24 % se inclinaría por Bolsonaro, según un estudio difundido por Genial/Quaest.
Este reparto da a Lula da Silva una ventaja de entre 10 y 15 puntos en un hipotético segundo turno. Aun así, los candidatos dispondrían de un mes de campaña para tratar de revertir o acentuar esta tendencia.
Las opciones del actual presidente se ven limitadas por su baja popularidad –genera rechazo al 52 % de la población brasileña, frente al 39 % de su rival– y por los reducidos niveles de aprobación de su Gobierno (31 %), tras un mandato marcado por la nefasta gestión de la pandemia y por su mundialmente criticada política ambiental. Esto se une a sus amenazas de reconocer el resultado de las elecciones en el caso de que no le favorezca.
Un triunfo de Lula permitiría que el Partido de los Trabajadores (PT) retomara el poder seis años después del impeachment a Dilma Rousseff, y haría aún más evidente el resurgimiento de la esta nueva -y vieja- izquierda Latinoamérica, tras las victorias de Gabriel Boric en Chile y de Gustavo Petro en Colombia.
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