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02 de mayo de 2024

Tanques rusos Lyman

Tanques rusos destruidos tras la conquista ucraniana de LymanAFP

233 días de guerra en Ucrania

Décadas de robos en los almacenes militares dejan a Rusia sin suministros para sus tropas en Ucrania

Durante años, se han robado en los almacenes rusos chalecos antibalas, botas y combustible diésel, además de material más prosaico como jabón, papel higiénico y calcetines

A finales de septiembre el presidente ruso Vladimir Putin decretó la movilización parcial de la población con un objetivo claro: recuperar la iniciativa militar y dar un vuelco a la guerra en Ucrania que atajara las contraofensivas ucranianas.
La medida vino precedida de un espectacular contraataque del Ejército ucraniano que permitió a Kiev recuperar la casi totalidad de la región de Járkov y una parte importante de la de Jersón.
En ciudades estratégicas como Izium o Lyman volvía a ondear la bandera ucraniana azul y amarilla después de meses de ocupación rusa.
Sin embargo, la medida del Kremlin no parece haber logrado el objetivo principal de frenar el avance ucraniano.
Es cierto que las tropas ucranianas han ralentizado la marcha, y que Rusia ha impuesto un severo castigo al pueblo ucraniano con el bombardeo masivo de varias ciudades el pasado lunes 10 de octubre.
Sin embargo, después del decreto de movilización parcial, Ucrania ha logrado importantes éxitos, como el espectacular ataque contra el puente de Crimea o nuevas ganancias en la línea de contacto en Lugansk y Donetsk.
Según el Institute for the Study of War (ISW), el motivo principal por el que Rusia es incapaz de recuperar la iniciativa y el poder ofensivo es uno: la falta de suministros.
Se trata de un problema que las tropas rusas arrastran desde el principio de la invasión, el 24 de febrero. Sin una correcta organización logística que garantice los suministros a las tropas en vanguardia, es imposible mantener el territorio conquistado.
El ISW apunta a un motivo principal por el que Rusia no es capaz de garantizar a sus tropas algo tan básico en cualquier ejército moderno como son los suministros: décadas de pequeños robos en los almacenes militares en Rusia.
Robos que han pasado desapercibidos y cuyos culpables son los propios militares: soldados y oficiales de todos los escalafones del Ejército ruso.
El problema no es casual. La corrupción es un problema muy extendido en el régimen construido por Putin, incluso consentido y promovido en las altas esferas para garantizarse la lealtad de los peldaños intermedios y bajos del organigrama funcionarial ruso.
Según la televisión británica, en los últimos ocho años los tribunales militares rusos han sentenciado a, como mínimo, 558 hombres por robo de ropa, además de dictar 12.000 condenas por fraude y más de 700 por malversación de fondos.
«El equipo robado incluye bienes por valor de millones de rublos que van desde chalecos antibalas, botas y combustible diésel hasta jabón, papel higiénico y calcetines», apuntó el informe del ISW.
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