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25 de abril de 2024

Prisoners line up to vote at the D.C. Jail in Washington. The voters at this southeast Washington polling place were all dressed alike: orange jumpsuit, white shoes.

Reclusos en una cárcel de Washington con el uniforme naranja de la prisiónGTRES

Estados Unidos

Un estadounidense recupera la libertad tras 38 en prisión por un asesinato que no cometió

Cumplió casi cuatro décadas en prisión, pero el destino parece haber hecho justicia con él. Una prueba de ADN demostró que era inocente

Maurice Hastings estaba condenado a pasar los últimos días de su vida entre rejas. La esperanza era algo que no estaba en sus previsiones después de escuchar la sentencia, pero tras cumplir casi cuatro décadas en prisión, el destino parece haber hecho justicia con él. Una prueba de ADN demostró que era inocente.
Hastings, de 69 años, recibió la noticia del fiscal: era inocente y su libertad sería inmediata. 38 años después de penar en una cárcel de California el viernes se despidió de sus compañeros. La ciencia demostró que no había asesinado a Roberta Wydermyer en 1983 y que tampoco tuvo nada que ver con el intento de asesinato de su esposo, Bill Ray ni de el amigo de éste, George Pinson.

La Fiscalía del distrito de Los Angeles y el sistema judicial estadounidense están en deuda con él

La Fiscalía del distrito de Los Angeles y el sistema judicial estadounidense están en deuda con él. El fiscal George Gascón anunció que su sentencia quedaba anulada y lamentó la «injusticia terrible» que se había cometido.
El hombre que ha recuperado su libertad no tuvo palabras de rencor o reproche.
«No quiero señalar a nadie con el dedo. No quiero ser un hombre amargado. Solo quiero disfrutar de mi vida mientras la tenga. Y solo quiero seguir adelante». Su testimonio lo difundió la cadena NBC de Los Angeles.
El pasado mes de junio las muestras de ADN que se habían recogido en el lugar del crimen se convirtieron en la prueba exculpatoria.
Los errores de la investigación quedaron subsanados tras la muerte de un reo que cumplía condena por la violación y el secuestro de dos personas. Su código genético encajó con el del autor del crimen por el que Hasting había sido condenado y llevaba, prácticamente, media vida privado de su libertad.
Inocente y víctima del sistema, Hasting agradeció el apoyo recibido de su madre que nunca dudo de su inocencia. Lamentablemente, la mujer no ha vivido para ver que la justicia, aunque tarde, ha demostrado que su hijo, es un buen hombre.
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